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Comienza el Mobile World Congress 2023: aires de prepandemia, perros robot y un metaverso que se reivindica

El Rey y Sánchez inauguran un congreso con amplia afluencia de asistentes y sin incidentes

Felipe VI intercambia unas palabras con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este lunes en el MWC. Foto: ALBERT GARCIA | Vídeo: efe
Josep Catà Figuls

El frío y las montañas de Barcelona cubiertas de una fina capa de nieve han dado la bienvenida a los asistentes del Mobile World Congress (MWC), que ha comenzado este lunes en las instalaciones de la Fira de la capital catalana en L’Hospitalet de Llobregat y que se celebra hasta el jueves. Por el número de asistentes que se espera —unos 80.000— y por la afluencia de congresistas que ya se ha visto desde primera hora en el metro, los trenes, y con el trajín de vehículos privados y taxis, el MWC empieza con aires fríos, pero con un ambiente que no se vivía desde que comenzó la pandemia. Aunque cada vez está más centrado en los debates y posibilidades que brindan las nuevas tecnologías que en los dispositivos móviles, el congreso también ofrece novedades muy visuales y de experimentación, con un protagonismo importante de la robótica y de todas las formas y aplicaciones prácticas que puede adoptar el metaverso.

Ya a primera hora de la mañana, el gran número de asistentes al MWC que se veía en el metro y en el tren —reconocibles por el traje y las mochilas estampadas con marcas tecnológicas—, así como la cantidad de taxis y sobre todo de furgonetas negras que llenaban las calles de la ciudad transportando a los altos directivos de las empresas, daban cuenta de que el MWC ha vuelto con buena salud después de tres años marcados por la covid-19. Se espera que asistan al congreso 80.000 personas, y más de 2.000 empresas ocupan las instalaciones con sus puestos de exposición. También a primera hora, mientras los asistentes salían del tren o del metro y hacían cola para entrar con su acreditación digital, se podía ver a algunos llevando plantas u otros elementos decorativos para terminar de montar los puestos, justo antes de empezar.

El comienzo oficial del MWC lo ha dado el Rey Felipe VI con su visita a las instalaciones. Antes ha habido tiempo para la escenificación política: el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha llegado antes que el Rey, y tras ser recibido —de la misma forma que lo ha hecho luego el Monarca, en la alfombra roja y por las autoridades y organizadores del salón—, ha entrado en el interior, donde lo esperaba ya la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Unos minutos más tarde ha llegado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y por último el Rey, que ha sido recibido por todos —por Sánchez, por la vicepresidenta Nadia Calviño, por el jefe de la oposición en Cataluña, Salvador Illa, el presidente de la Fira, Pau Relat, y el director de la GSMA, organizadora del MWC, John Hoffman, entre otros— menos por Aragonès y Colau, en línea con los últimos encuentros en los que han manifestado su rechazo al Rey por su posición durante el proceso independentista. Estos, sin embargo, sí lo han saludado dentro, cuando toda la comitiva se ha reunido con empresarios del sector en una sala para conocer las novedades del MWC, y se han hecho una fotografía juntos.

Ya sin Aragonès ni Sánchez (que tenía una agenda de reuniones con los directivos de Meta, Orange y Cisco para tratar sobre las inversiones que estas empresas tienen previstas en España) el Rey ha iniciado un recorrido que ha pasado por el puesto de la GSMA, por el estand que representa a las empresas de España, por el de la fundación Mobile World Capital, y por los de las empresas de telefonía Telefónica, Orange y Vodafone. Por la tarde, el Rey tiene previsto seguir con su visita a varias empresas, aunque la Casa Real no ha detallado cuáles.

Detalle del robot de la empresa española Alisys que se exhibe en el pabellón de España del Mobile World Congress (MWC), este lunes.
Detalle del robot de la empresa española Alisys que se exhibe en el pabellón de España del Mobile World Congress (MWC), este lunes.Enric Fontcuberta (EFE)

Aunque a su paso muchos curiosos se agolpaban para ver al Rey, la mayoría de los asistentes al MWC han empezado el día ajenos al paseo de las autoridades, y centrados ya en las posibilidades de negocio de este congreso. Los puestos de fabricantes de teléfonos móvil (Xiaomi, Huawei, Samsung, Ericsson...) son los que ocupan más espacio, y tienen exhibidos sus últimos modelos, pero el MWC ya no es solo el lugar donde las marcas presentan sus novedades, y año tras año van cobrando importancia empresas cuyos productos tienen que ver con el metaverso, la inteligencia artificial o la aplicación de las nuevas tecnologías en la movilidad urbana, como por ejemplo el despliegue de la red de 5G.

La robótica es una de las protagonistas más visuales del congreso, especialmente los perros robot. Varias empresas muestran sus pequeños cachorros, que se mueven como un animal, se yerguen como si pidiesen comida y dan vueltas. Es el caso de la española Alisys, la china Unitree, que tiene perros robot más grandes, con brazos articulados, para tareas de mantenimiento industrial, el mismo objetivo que los de la empresa Keybotic, una startup barcelonesa.

El otro gran protagonista es el metaverso, una propuesta que hace tiempo que es conocida, pero que cuesta hacerse a la idea de en qué consiste exactamente o qué aplicaciones prácticas tiene. Empresas como SK Telecom, un fabricante coreano de teléfonos que en los últimos tiempos ha virado hacia la inteligencia artificial y el metaverso, ha instalado en su puesto un imponente dron del tamaño de un helicóptero, en el que hasta cuatro personas se pueden montar y, mediante gafas de realidad virtual, pueden hacer un paseo en el metaverso que han creado. Pero para entender mejor en qué consiste el metaverso, la fundación Mobile World Capital ha preparado una serie de actividades. Empieza en su estand con la creación, mediante un programa fotométrico, de un avatar que será el personaje que vivirá en el universo paralelo creado por la fundación. Este emprende un camino por distintas partes de Barcelona y, a medida que cambia de barrio, el usuario puede sentir los olores de la ciudad (el césped del Camp Nou, el chocolate de la calle de Petritxol, entre otros). Más tarde, con gafas de realidad virtual, el visitante, con su avatar, come unos bombones preparados por los hermanos Roca, y luego se enfunda una manga en el brazo con la que sentirán la tensión del arco con el que Antonio Rebollo disparó la flecha al pebetero olímpico en 1992. El recorrido sigue en el Beat Barcelona, el espacio de música, con dj del Sónar o el Cruïlla, donde el metaverso (y otra vez las gafas de realidad virtual) ofrecen la posibilidad de asistir a un concierto de Izal o de estar en una discoteca con bailarines virtuales.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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