La Fundación Bofill: “Una política educativa tendrá éxito si se tiene en cuenta al profesorado”
La entidad presenta su ‘Anuario 2022′, que recopila 11 retos pendientes, como la escuela inclusiva o la lucha contra el abandono prematuro o la segregación escolar
Cualquier transformación educativa dependerá de la motivación del profesor, por eso, hay que contar siempre con la opinión de los docentes y tener en cuenta sus condiciones laborales a la hora de emprender cualquier reforma. Este es uno de los principales mensajes que ha lanzado este jueves la Fundación Bofill, especializada en temas educativos, durante la presentación de su Anuario 2022, y que es fácil vincular con las protestas de las plantillas de docentes el curso pasado por la falta de negociación del Departamento de Educación en cambios de calado como el calendario escolar. “Una de las fuentes de malestar [del profesorado] tiene que ver con estos procesos de tomar decisiones y enterarse de algunas políticas educativas cuando ya se están aplicando”, ha apuntado Aina Tarabini, directora del informe.
Bajo el título Los retos de la educación en Cataluña, el anuario -elaborado por 15 expertas del sector- lista un total de 11 asignaturas pendientes del sistema educativo, como la escuela inclusiva o la lucha contra el abandono prematuro o la segregación escolar, pero partiendo de la premisa que “ninguna reforma es viable” sin la dotación económica suficiente y teniendo en cuenta “las condiciones en que los profesores desarrollan su actividad”.
En este sentido, uno de los retos pasa por mejorar la estabilidad de las plantillas, ya que las escuelas ven cómo cada curso van y vienen numerosos docentes, cosa que no ayuda a aplicar adecuadamente los proyectos educativos. El problema se acrecienta en los centros de alta y máxima complejidad, esto es, los que concentran mayor número de alumnos vulnerables. Asimismo, en estas escuelas se acumulan los docentes con menos experiencia, según apunta la fundación. Por este motivo, la entidad propone que en estos centros se fomenten medidas para estabilizar las plantillas e iniciativas innovadoras para que se conviertan en un “polo de atracción” de profesorado.
En la lucha contra la segregación escolar, la Bofill plantea incluir en el futuro decreto de conciertos educativos (encallado en los despachos desde hace varios años) para que la escuela concertada aplique las mismas medidas que la pública, como la reducción de ratios, algo que la privada rechaza porque les supone menos ingresos.
Otra asignatura pendiente es la escuela inclusiva. En este apartado, la fundación pide a la Generalitat que inyecte recursos económicos y doblar en dos años el personal de los SIEI o los EAP, los servicios dedicados a la atención de alumnos con necesidades especiales. Pero paralelamente, reclama formación específica del profesorado en este ámbito y que en cinco años todas las direcciones hayan recibido directrices para gestionar esta diversidad en el aula.
En cuanto a la Formación Profesional, se propone reservar plazas en los ciclos de formación de grado medio para los alumnos más vulnerables, y así garantizar que estos puedan continuar estudiando “con independencia de la vía de acceso y del rendimiento académico en la ESO”. Igualmente, la Bofill pide flexibilizar los requisitos de acceso a la bolsa de profesores, para aumentar la plantilla de especialistas en esta etapa educativa.
Igualmente, se reclama el apoyo e impulso de los conocidos como centros de Nuevas Oportunidades (que rescatan a los alumnos que han abandonado los estudios), fomentar los programas de salud en los institutos (focalizados en problemas como la salud mental o el consumo de drogas), mejorar la orientación de los alumnos de ESO para que puedan continuar una óptima trayectoria académica, luchar contra la brecha digital entre los alumnos y centros según su situación socioeconómica,
Asimismo, desde la fundación aseguran que una de las claves para que un alumno aprenda es la motivación. En este sentido, defienden que la “motivación óptima es un equilibrio entre el gusto inmediato por la tarea, el hecho de encontrarle un sentido de futuro y confiar en la capacidad para lograrla”. Igualmente, abogan por la “reducción de la cantidad de contenidos para ampliar la profundidad de su abordaje”.
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