La Generalitat concede el tercer grado a Fèlix Millet por motivos humanitarios
El saqueador del Palau de la Música, que ha cumplido ya dos años y cuatro meses de la condena, permanece aún en el hospital penitenciario de Terrassa
El Gobierno catalán ha concedido el tercer grado al saqueador confeso del Palau de la Música, Fèlix Millet, por razones humanitarias. Millet, que desvió más de 23 millones de euros de la institución cultural, permanece desde hace dos años y cuatro meses en segundo grado (régimen ordinario) para cumplir la condena por el caso Palau. Su defensa había solicitado de forma reiterada el régimen de semilibertad debido a su salud frágil. El Departamento de Justicia -del que depende la clasificación de los presos- lo había denegado hasta ahora, cuando ha apreciado un severo deterioro en el estado de Millet, según ha avanzado Efe y han confirmado fuentes penitenciarias a EL PAÍS.
Millet ingresó en la cárcel de Brians 2 para cumplir una pena de nueve años y ocho meses de cárcel en un caso que, por primera vez, afloró la financiación ilegal de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). El expresidente del Palau y su mano derecha al frente de la institución, Jordi Montull, disfrutaron de una vida de lujo -incluidos viajes por todo el mundo con sus familias- a costa de las arcas de la entidad en un caso que convulsionó la política y la sociedad catalanas en 2009, cuando los Mossos d’Esquadra irrumpieron en el coliseo modernista para registrarlo.
La demora en la tramitación de la causa y los sucesivos recursos retrasaron el ingreso en prisión de Millet, que tampoco logró que el Gobierno -como había solicitado- le concediera el indulto. La junta de tratamiento de Brians 2 -compuesta por profesionales del centro- propuso su clasificación inicial en segundo grado, que es el régimen en el que cumple la mayoría de presos. Debido a sus problemas de salud y a su edad avanzada, el máximo responsable del Palau ha pasado buena parte de su estancia entre rejas en el centro penitenciario de Terrassa.
A Millet se le había negado, hasta ahora, el régimen de semilibertad. El pasado mes de abril, la jueza de vigilancia penitenciaria lo denegó de nuevo tras examinar los informes de los responsables del centro, que alertaron de que el condenado no había asumido del todo su culpa y que gozaba de “cierta sensación de impunidad”. La jueza consideró entonces que el tercer grado era una decisión “precipitada”.
Desde entonces, las cosas han cambiado. El estado de salud de Millet, de 86 años, se ha deteriorado de forma notable. A partir del informe favorable de la junta de tratamiento, Justicia acordó concederle el tercer grado hace ya un mes, lo que en principio le permite ir a dormir a la cárcel solo de lunes a jueves. Millet, sin embargo, no ha salido todavía porque permanece ingresado en el pabellón hospitalario penitenciario de Terrassa. Padece una patología “grave irreversible e incurable” y se le ha aplicado el artículo 104.4 del reglamento penitenciario, que permite flexibilizar el régimen por motivos “humanitarios” a reclusos con enfermedades graves.
En octubre, el expresidente del Palau cumplió una cuarta parte de la pena impuesta, una de las condiciones que se tienen en cuenta para conceder el tercer grado. La decisión de Justicia puede ser recurrida por la Fiscalía.
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