Juicio a un manifestante que lanzó pirotecnia contra un helicóptero policial en los disturbios del ‘procés’: “Pudo haber sido grave”

El juicio contra un hombre que, durante una protesta contra la sentencia del procés en 2019, lanzó presuntamente dos cohetes de pirotecnia contra un helicóptero de los Mossos ha comenzado este lunes en la Audiencia de Barcelona con la declaración de uno de los agentes que iba en el helicóptero aquel día. El policía ha afirmado que, si el petardo hubiese entrado por cualquiera de las ventanas, “podría haber sido peligroso, grave”. El acusado, que responde a las siglas F. L. G., se enfrenta a una petición de pena de la Fiscalía de nueve años y medio de cárcel.

El ministerio público acusa a F. L. G. de haber lanzado dos cohetes contra un helicóptero de los Mossos que sobrevolaba a baja altura usando para ello un tubo de plástico. Los cohetes detonaron cerca del aparato durante una manifestación el 16 de octubre de 2019, dos días después de que el Tribunal Supremo dictase la sentencia del procés condenando a penas de entre nueve y 13 años de prisión a nueve dirigentes independentistas por sedición y malversación. La protesta había sido convocada por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR). La Fiscalía pide una pena de cinco años por desórdenes públicos y cuatro años y medio por un delito de atentado contra agente de la autoridad con lesiones. El acusado declarará en la segunda sesión del juicio, prevista para el próximo 15 de noviembre. La abogacía de la Generalitat, personada como acusación particular, reclama dos años de cárcel, mientras que la defensa de F. L. G. solicita la absolución.

El mosso ha testificado que solo tuvo consciencia de una detonación cerca de la aeronave, aunque en su declaración previa durante la fase de instrucción aseguró que había oído hasta cinco explosiones. “Yo escuché una detonación”, ha dicho el policía, que ha señalado que el helicóptero “hizo un movimiento” tras la explosión del petardo: “Supongo que sería la reacción del piloto”.

El testigo ha defendido que vio la “deflagración justo en el lado” donde él se ubicaba y que, por razones de seguridad, decidieron volar a más altura. Por su parte, el copiloto del helicóptero ha testificado que oyó al menos una detonación, aunque no ha descartado que hubiera más, y ha añadido que abandonaron el lugar donde se produjeron los disparos de cohetes por seguridad.

Los hechos sucedieron el 16 de octubre de 2019 en una manifestación independentista en Barcelona en la que hubo disturbios en zonas aledañas a la Delegación del Gobierno y también a la sede del Departamento de Interior, donde los concentrados montaron barricadas, relata el ministerio público. Según el escrito de Fiscalía, el acusado lanzó alrededor de las 21:15 un primer petardo hacia el cielo y, una hora más tarde, en Gran Via con la calle de Bruc, disparó dos cohetes más al darse cuenta de que sobrevolaba un helicóptero policial, unos hechos que una dotación de los Mossos presenció.

El presunto autor, que llevaba un casco negro, se desplazó hasta la calle de Casp y ahí se quitó un pañuelo amarillo con simbología independentista que le cubría la cara y echó a correr al ver que un agente de los Mossos le perseguía. El policía consiguió atraparlo. El Fiscal sostiene que el acusado y el agente mantuvieron un forcejeo, aunque ni el mosso ni otro compañero que le asistía pudieron finalmente detener al presunto autor ante los gritos que profirió F. L. G. para llamar la atención de otros manifestantes. “En actitud, muy agresiva” esos manifestantes les rodearon, relataron. El presunto autor fue detenido dos días después en su domicilio, donde la policía catalana encontró el casco y el pañuelo que llevaba. Además del acusado, en la próxima sesión del juicio está prevista la declaración del piloto del helicóptero.

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