Cataluña en la Unión Europea
La comunidad está insuficientemente presente en Europa, casi ausente, y urge revertir esta situación en bien de los catalanes
Tras mi segunda visita a las instituciones europeas desde que empezó la legislatura –en la que he tenido ocasión de reunirme con tres comisarios: el de Economía, Paolo Gentiloni; el vicepresidente y comisario de Relaciones Interinstitucionales, Maroš Šefčovič, y la eurocomisaria de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira; visitar el Comité de las Regiones y reunirme con el delegado de la Generalitat en Bruselas, Ignasi Centelles, y con la presidenta del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, Iratxe García Pérez, así como con el conjunto de la delegación española–, me reafirmo en una serie de impresiones que sintetizo en seis puntos:
Primero: Europa, como espacio público compartido, es más necesaria que nunca. La pandemia, con el programa de vacunación y los fondos Next Generation, y la guerra en Ucrania tras la invasión rusa lo han puesto de manifiesto.
Segundo: Europa, como espacio de libertad, prosperidad compartida y bienestar social está más asentada y fuerte que nunca. Tras más de setenta años de construcción europea, ni sus más acérrimos adversarios ponen en duda su existencia ni mucho menos se plantean no seguir en ella.
Tercero: Europa, como proyecto político comunitario, tiene que seguir reforzándose y, sin duda, va a seguir haciéndolo. Los cuatro grandes temas de discusión en estos momentos (energía, seguridad, marco fiscal y presupuestario, y cómo frenar los populismos) apuntan todos ellos a una mayor y mejor integración, y a compartir más soberanía.
Cuarto: España y el presidente Pedro Sánchez en particular gozan de una alta capacidad de influencia y de un reconocido papel proactivo, constructivo y facilitador entre sus pares.
Quinto: Las regiones, así como las ciudades, pueden tener un papel relevante en este proceso de reforzamiento de Europa, más todavía las regiones con capacidad legislativa, como es el caso de Cataluña. El Comité de las Regiones, que presidieron Pujol y Maragall, es el espacio adecuado para ello.
Sexto: Cataluña está insuficientemente presente en Europa. Casi ausente. Hemos estado distraídos los últimos años y hemos perdido posiciones ante otras regiones que hoy por hoy tienen más capacidad de influencia que nosotros. Urge revertir esta situación en bien de los catalanes.
El baño de realismo que estamos viviendo estos últimos años tiene también que hacer virar el rumbo de la política catalana en Europa: estar más, participar más, construir juntos.
Salvador Illa, primer secretario del PSC y líder de la oposición en Cataluña
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