Talleres artísticos en horario escolar: “Bailar en clase con mis compañeros me deja volar la imaginación”

Iris (11 años) antes solo bailaba en su casa delante de su familia. Desde el año pasado puede hacerlo en su escuela, el centro Santiago Rusiñol, en el distrito barcelonés de Nou Barris. “Siempre he bailado en casa, pero hacerlo en clase con mis compañeros es muy emotivo. Es una manera de expresar tus sentimientos y dejar volar tu imaginación”. El curso pasado empezaron a implementar la danza en la escuela gracias a la iniciativa Caixa d’Eines, un programa impulsado por el Pla de Barris i el Consorci d’Educació de Barcelona (CEB) para introducir en horario escolar la práctica artística, con el objetivo de reducir las desigualdades culturales entre los diferentes barrios de la ciudad.

En la escuela Santiago Rusiñol los niños y niñas de la clase 6A se movían este martes descalzos por la sala donde bailan tres veces por semana. En ella los guían su profesora Eli Couceiro y una bailarina profesional, María Ferrer. “Los niños tienen aquí la posibilidad de probar la danza y sacar su parte artística”, asegura Couceiro. En la escuela se imparten clases para todos los cursos: tres veces por semana una hora y media para los de primaria, y una vez por semana en infantil.

Couceiro también habla de los beneficios para los niños: “Muchos no tienen la oportunidad de hacer estas actividades. A algunos les gusta el baile, pero no lo dicen por lo encasillado que está en el género femenino, y aquí sienten que tienen esa ocasión de probarlo”. Alba y Jason, ambos de 11 años, comentan emocionados al salir de la case cómo se sienten. “Es una manera muy bonita de expresarse. Lo que más me gusta es la felicidad que me da, y la alegría de mis compañeros”.

El proyecto forja un camino para que las escuelas se conviertan en centros culturales para los barrios. “Las escuelas son laboratorios culturales”, aseguraba Jordi Martí, el teniente de alcalde de Cultura, Educación, Ciencia y Comunidad en una rueda de prensa convocada en el patio de dicha escuela. Gracias a esta iniciativa, explica Martí, “los niños no solo tienen acceso a la contemplación artística, sino también a la participación directa en ella”.

El programa Caixa d’Eines, con una inversión hasta ahora de tres millones, se inició en el curso 2017-2018 en 30 centros y llegó a unos 3.000 alumnos. Ahora arranca una segunda fase en que se amplía el radio hasta los 51 centros educativos, implicando a 5.500 alumnos y 360 docentes, y con una nueva metodología centrada en la formación del equipo docente que incorpora esta práctica artística y alcanza ya 18 barrios.

“El objetivo es alargar y ampliar el derecho a la educación”, destaca Pau González, regidor de Educación. Laura Brea, directora de la escuela Santiago Rusiñol, recalca la importancia de la “formación de los docentes”, ya que es un “proyecto a largo plazo”. El programa se impulsa a raíz de la “relación directa entre menor renta en los barrios y la escasa oferta y participación de los niños en extraescolares”, explica González. Comenta el regidor la necesidad de “actividades variadas, diversas y suficientes en el mundo de las artes y las ciencias”, ya que solo las actividades extraescolares deportivas representan un 70%.

Extraescolares gratuitas y nuevas becas

A través del proyecto se ha desplegado una nueva oferta de actividades extraescolares, con 146 talleres semanales programados en 15 barrios. El objetivo es ofrecer de manera gratuita actividades culturales, artísticas y científicas para paliar las desigualdades de algunos territorios sin acceso ni participación a este tipo de proyectos. Esta oferta beneficiará a 2.300 alumnos y contará con un presupuesto anual de 440.000 euros. Además, también se ha introducido un nuevo programa de ayudas y becas para la práctica musical, que se pondrá en marcha en los próximos meses y complementará el sistema actual.

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