Aragonès busca cerrar antes del martes un Govern con independientes de perfil “técnico”
Junqueras desdeña el apoyo de un PSC al que no ve “comprometido contra la represión”
Si algo ha caracterizado el discurso del president Pere Aragonès durante la última —y definitiva— crisis con sus ya exsocios de Junts ha sido el llamamiento continuo a preservar las instituciones. Las peleas partidistas, lamentan en su entorno, enmascaran la gestión. De ahí que el republicano se haya conjurado para que la remodelación del Ejecutivo tras la ruptura sea rápida y no se perciba un frenazo. Este domingo se continúa trabajando de cara a intentar cerrarlo todo antes del martes. Habrá consellers independientes, de perfil “técnico”, pero la cantera principal serán las filas de ERC.
El diseño final, sin embargo, choca con la realidad de la aritmética parlamentaria: 33 escaños de un total de 135. O Junts o el PSC son necesarios. El jefe de filas de los socialistas, Salvador Illa, abrió el sábado la mano a colaborar y puso la tramitación de los presupuestos de la comunidad como el primer paso. En Comú Podem hizo lo mismo, subrayando que no daría un cheque en blanco. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, dejó claro que no cuenta con los socialistas pero sí con los comunes. La línea roja, dijo, es que sean formaciones que luchen contra la “represión” y apoyen un referéndum secesionista. “Es evidente que el PSC no está comprometido con el fin de la represión”, afirmó para asegurar después que desde esa formación se aplaudió su encarcelamiento. El tono ha sentado mal dentro del principal grupo de la oposición.
Cuando el lunes de la semana pasada se conoció la pregunta de la consulta de Junts sobre el futuro de la coalición, el entorno de Aragonès comenzó a trabajar en “todos los escenarios”. Se trataba de una operación arriesgada y de calado. La Administración catalana cuenta con 14 departamentos, que acarrean 370 altos cargos entre consejeros, secretarios y directores generales, asesores y personal eventual. El pacto con el exsocio, en 2021, estipulaba el reparto a medias entre las dos formaciones. Tantear demasiado fuera del partido posibles nombres era un riesgo.
La consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, señaló el sábado que se están ultimando los detalles para anunciar los nuevos nombres “a principios de la próxima semana”, sin especificar más. El martes es el día en el que se reúne el Consell Executiu y el president aspira a llegar a ese día con la foto completa y transmitir así la idea de que la crisis derivada de la salida de Junts está superada.
Ceses oficializados
Los seis consejeros salientes de Junts —el séptimo, Jordi Puigneró, fue destituido el 29 de septiembre— ya han comunicado al Palau que dejan el Ejecutivo. Sin embargo, los ceses no han sido publicados en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC), algo que desde la oficina de Aragonès dicen que se hará “a principios de la próxima semana”. Tras ese paso, se pueden hacer los nuevos nombramientos y publicarlos, celebrar la toma de posesión (puede ser el mismo día) y comenzar la designación de los altos cargos. Si la voluntad es llegar el martes, el calendario es muy ajustado.
La arquitectura del Ejecutivo también es potestad de su líder y es un asunto que ha generado debate interno. Hubo voces a favor de aprovechar la oportunidad para hacer alguna fusión de departamentos o incluso marcar perfil con una estructura distinta. El organigrama actual fue el resultado de un reparto con Junts que incluyó algún encontronazo (a cuenta por ejemplo de la ubicación de algunas empresas públicas), y de la decisión de visibilizar políticas específicas dando una cartera propia a Feminismos y a Universidades.
Los rectores de la Universidad de Barcelona, Joan Guàrdia, y de la Politécnica de Cataluña, Daniel Crespo, abogaron por que esa cartera, hasta ahora en manos de la consejera de Junts Gemma Geis, tenga continuidad en el nuevo diseño del Govern y no se fusione con otra. El Palau no confirma oficialmente si se reducirá o no el número total de departamentos.
También hay hermetismo sobre los nombres. Durante las dos últimas legislaturas, ERC tuvo bajo su mando consejerías como Economía, Salud, Servicios Sociales y Justicia. Junts se las había quedado en el actual reparto y ante la nueva situación, los republicanos pueden tirar de la experiencia dentro de sus propias filas para poder llenar las cúpulas de esos departamentos. Segundos niveles de entonces y ahora con otras responsabilidades en el Ejecutivo están entre los posibles candidatos a consejeros, como Albert Castellanos o Natàlia Mas para Economía o Marc Ramentol para Salud.
El aterrizaje de algunas figuras independientes fue explicitado por el propio Aragonès. El viernes dijo que quería caras que “representen los consensos del 80%”, en referencia al porcentaje de apoyo que el Centro de Estudios de Opinión, el CIS catalán, da a la celebración de un referéndum de autodeterminación acordado. Una fórmula para decir que habrá consejeros no precisamente independentistas pero sí soberanistas, posiblemente un guiño a los comunes. Vilagrà se refirió el sábado a ellos como “expertos” en las áreas que asumirán.
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