Cataluña da luz verde a un Bachillerato con más optativas y menos memorístico
La nueva normativa crea una nueva modalidad, la General, y permite cursar la etapa en tres años
El Govern ha aprobado este martes el decreto que regula las enseñanzas de Bachillerato, que definen desde cómo se estudia, al número y tipo de asignaturas y las condiciones para pasar de curso. Aunque el decreto se acaba de aprobar, los centros deben aplicarlo en 1º de Bachillerato desde este curso, que arrancó hace dos semanas. Entre las novedades de la normativa destacan la introducción de una metodología de enseñanza por competencias (eliminando las clases magistrales), el aumento considerable de las asignaturas optativas o la creación de una nueva modalidad de Bachillerato, la General.
Cataluña, como el resto de comunidades, ha tenido que aprobar sus decretos autonómicos sobre Bachillerato, para adaptar estos estudios a la nueva ley educativa estatal aprobada hace un año, la Lomloe. En las últimas semanas, los institutos criticaban el hecho de que iban a empezar el curso sin tener la normativa aprobada y pedían una moratoria de un año para poderse adaptar a los cambios, que son de mucho calado. La Generalitat asegura que antes de empezar el curso envió unas indicaciones para que los profesores pudieran diseñar el curso y el contenido de las materias. Aunque los nuevos currículos entran en vigor este curso en 1º de Bachillerato y el año que viene en 2º, el Departamento de Educación ha introducido una moratoria de tres años para la introducción de las optativas trimestrales (una de las novedades), que durante este tiempo podrán ser anuales.
Entre los principales cambios que supone el nuevo currículo destaca una transformación en el concepto de enseñanza: el aprendizaje por competencias, que busca sustituir el modelo de enseñanza tradicional, basado en el aprendizaje memorístico, para potenciar que los alumnos desarrollen su capacidad de análisis y visión crítica para resolver problemas y adaptarse a un mundo cambiante. Con esta fórmula, la distribución tradicional de asignaturas desaparece para ser sustituidas por ámbitos, que viene a ser una fusión de diferentes materias.
La nueva norma también cambia la estructura del Bachillerato, que pasa a tener cinco modalidades o especialidades: Ciencias y Tecnología; Humanidades y Ciencias Sociales; Artes plásticas, Imagen y Diseño; Música y artes escénicas, y se crea una nueva rama llamada General, que se implantará, de momento, en 15 centros. El objetivo de esta nueva modalidad es que los alumnos puedan acceder a una formación de amplio espectro y no especializada. Así, se podrá estudiar asignaturas como Matemáticas, Ciencias, pero también Economía y Movimientos culturales.
En cuanto a las materias, los alumnos cursan asignaturas comunes, de modalidad y optativas. Sobre las comunes, se incluyen cinco por curso, que deben estudiar todos los alumnos. Se trata de las tres lenguas (castellano, catalán e inglés), la Educación Física, la Filosofía y la Historia. Asimismo, los alumnos también cursan materias específicas, que dependerán del itinerario del Bachillerato que hayan elegido. Y en cuanto a las optativas, la nueva normativa introduce la novedad de las asignaturas trimestrales, que se combinarán con las de carácter anual que ya existían hasta ahora. Las anuales vienen determinadas por el departamento, pero en las trimestrales los centros tienen autonomía para diseñar su propia oferta de materias.
La introducción de estas nuevas optativas obliga a modificar la distribución de horarios, de manera que, en primer curso por ejemplo, las comunes pasan de 14 a 12 horas semanales, las de modalidad bajan de 12 a 9 horas, mientras que casi se dobla el tiempo que ocuparán las optativas: de 4 a 9 horas semanales.
Sobre la evaluación, el decreto indica que los profesores deben calificar a los alumnos con una puntuación que va del 1 al 10, de manera que se ha eliminado las fórmulas de “logro satisfactorio”, “logro notable”, “logro excelente” y “en proceso de logro” (para los suspensos), que habían generado controversia en la comunidad educativa hace unos meses cuando se conoció el borrador de la normativa. El alumno podrá pasar de curso aunque tenga hasta dos materias suspendidas, de las cuales tendrá que volver a matricularse. Y cuando hayan quedado pendientes tres o cuatro asignaturas, el alumnado podrá elegir si prefiere repetir curso o matricularse de las pendientes de primero y coger algunas de segundo. Asimismo, se podrá obtener el título de Bachillerato y presentarse a la Selectividad, aunque haya quedado una materia suspendida, siempre que así lo decida el profesorado. La normativa también abre la puerta a que se pueda cursar el Bachillerato en tres cursos, pero queda pendiente de determinar en qué casos se permite.
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