La ANC mantiene la Diada de la discordia ajena a las críticas internas del soberanismo
La entidad desatiende las peticiones de Esquerra para que module el tono y se eviten deserciones en la manifestación del 11-S
La primera Diada de Cataluña ajena a los males coronavíricos da pie a poder salir a la calle sin más reservas que la pertinaz calorina que abruma a Barcelona, pero carga con la discordia que anida dentro del independentismo. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha despachado con un portazo las peticiones de la cúpula de Esquerra Republicana (ERC) para que reoriente sus lemas, y los haga menos excluyentes, de cara a la manifestación del próximo domingo. ”La entidad mantiene contactos positivos y constructivos con todos los partidos, pero no vamos a cambiar el manifiesto”, afirmó este jueves un portavoz de la ANC. La respuesta disipa las dudas, si pudiera haber alguna, acerca de un posible acercamiento entre el partido que manda en la Generalitat y la entidad que logró sacar en masa a la ciudadanía a la calle.
La manifestación es el acto más masivo de la Diada de Cataluña. Según la Assemblea, a 72 horas de la cita ya se tenían confirmados 170 autocares, que se desplazarán a Barcelona desde varios puntos de Cataluña. El dato queda lejos de los 1.100 autocares que se contrataron hace una década, y ayuda a poner contexto a los recelos que pesan sobre este 11-S. El president Pere Aragonès y todos sus consejeros de Esquerra han anunciado que no acudirán a la popular convocatoria ciudadana, como muestra de desacuerdo con la deriva que ha tomado organización. “Este año la ANC ha renunciado a la transversalidad y ha optado por excluir, empequeñecer y dividir el independentismo”, ha criticado Marta Vilalta, portavoz de ERC. También Oriol Junqueras y el candidato a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall, han cargado contra la ANC.
La presidenta de la Assemblea, Dolors Feliu, ha declarado que la ausencia de Aragonès demuestra que “no está implicado con la independencia”. “No entendemos que se haga fotos con el Gobierno de Madrid y no quiera hacérsela con cientos de miles de catalanes”, ha afirmado la entidad en un comunicado, en el que también señalan que la ANC no está en contra de ningún partido, pero sí de la estrategia de algunos de ellos, y que no avala el “autonomismo”. El president se siente señalado y esquiva acudir a una manifestación donde, el año pasado, ya tuvo que escuchar algunos abucheos.
Òmnium Cultural, que también convoca la manifestación del domingo desde un segundo plano, ha divulgado un vídeo en el que llama a la movilización del independentismo esta Diada, pero donde se desmarca del discurso de la Assemblea Nacional Catalana. Òmnium tiene previsto como cada Diada celebrar un acto político al mediodía en el paseo Lluís Companys, en Barcelona, en el que sí que estarán representados todos los partidos y entidades, no solo independentistas. Aragonès sí ha confirmado su asistencia a ese acto.
Mientras, Junts per Catalunya trata de sacar partido del clima de tensión. Laura Borràs, presidenta de la formación postconvergente, ha rechazado que la ANC deba replantearse nada de la convocatoria de este domingo. Borràs no perdona a ERC, ni a la CUP, su reciente suspensión como presidenta del Parlament. Jordi Turull, secretario general de Junts, apuntó este jueves en una entrevista en TV-3 que si Esquerra está en problemas es por “el incumplimiento” de los acuerdos de gobierno que trabó en su día con Junts, para que Pere Aragonès pudiera ser investido.
La Diada va a volver a visibilizar la delicada relación entre los dos socios del Gobierno catalán. Junts considera que la marcha de este año es otra muestra del desafío independentista y por eso sus dirigentes asistirán. “A las verdes y a las maduras. Hay que estar más en la calle y escuchar más que nunca a la gente”, afirmó Josep Rius, portavoz del partido. El vicepresidente Jordi Puigneró y los consejeros de Junts acudirán a la marcha. Mientras, el PSC ha pedido a los socios de Govern “menos crispación y más responsabilidad”.
Todo ello en la víspera de una manifestación que atiborrará las calles del centro de Barcelona, pero que está lejos de los niveles de expectación que generaba en los momentos más álgidos del procés. “Tornem-hi per vèncer: Independència!” [”Volvemos para vencer: ¡Independencia!”], es el lema escogido por la Assemblea, en un intento de revitalizar la agitación ciudadana. Las vistosas camisetas de colores chillones fueron un icono de la Diada pero, este año, la ANC ha decidido pintar de negro todos sus objetos de marketing.
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