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Una Barcelona patas arriba por grandes obras supera sin atascos la primera hora punta del curso

La vuelta al cole coincide con trabajos en Diagonal, Consell de Cent, Via Laietana... y con los descuentos en el transporte público

Clara Blanchar
Calle Mallorca Barcelona radar
Radar que informa a los conductores si superan la velocidad permitida cerca de una escuela de la calle de Mallorca de Barcelona.Carles Ribas (EL PAÍS)

Obras de la Superilla, Consell de Cent casi de punta a punta y tres calles perpendiculares. Obras en la Diagonal: levantada de Glòries hasta más allá de Verdaguer para encajar el tranvía. Obras en la Via Laietana, también de envergadura y larga duración. Barcelona estrenó este lunes curso y el distrito del Eixample, patas arriba por los trabajos en tres de sus principales arterias, superó sin grandes atascos la primera hora punta. O no más que a la misma hora de la semana pasada. “Los datos han sido los de un lunes normal de colegio”, resumió la concejal de Movilidad, Laia Bonet.

En realidad, pese a la espectacularidad de los trabajos, las tres vías acumulan muchos meses de trabajos en los que el tráfico ya se ha restringido. La Diagonal, antes de las obras del tranvía, ya se cortó en el tramo central por la construcción de un colector. Via Laietana lleva a medio gas desde marzo, y en total afronta cuatro años de obras. Y el tráfico en Consell de Cent comenzó a pacificarse en 2020, cuando el equipo de la alcaldesa Ada Colau comenzó a sacar coches: tímidamente antes de la pandemia y con urbanismo táctico al salir de los peores meses de la crisis del coronavirus.

Sí hubo más lío de la cuenta en la superilla en el momento inmediatamente anterior a la entrada de las escuelas, a las 9 de la mañana. En la escuela Lestonnac, por ejemplo, en Pau Claris, donde algunos padres llevan a los alumnos en coche, las obras de Consell de Cent han dejado la esquina inferior sin dos chaflanes y llegaron a acumularse hasta ocho turismos aparcados de cualquier manera y con la excusa de “es un momentito”. Además, la pérdida de plazas de carga y descarga en los chaflanes de esta misma calle ha impactado en los transportistas. “Estamos haciendo un seguimiento especial del impacto de las obras y, en caso de que sea necesario, tomaremos las medidas necesarias”, apuntó Bonet.

El inicio de la escuela, y la vuelta de la ciudad a la normalidad tras las vacaciones, coincidió además con las bonificaciones en el precio de metro y bus (50% para los títulos más utilizados) y la gratuidad del servicio de cercanías para los usuarios habituales. El metro ha recuperado prácticamente la normalidad prepandémica (la semana pasada estaba de media a un 96% de la ocupación) y el bus, a un 84%. Este lunes la oferta se aumentó al 100% de la capacidad y la demanda, pese a ser de un 34% más respecto al lunes pasado en el metro, se pudo absorber bien, indicó TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona). La empresa municipal también informó de que las ventas de abonos mensuales se han quintuplicado con la vigencia de las tarifas reducidas: desde el jueves pasado se han vendido 500.000 abonos.

En el caso de las cercanías, Renfe informó que ha expendido más de 200.000 abonos gratuitos de Rodalies y media distancia en Cataluña para viajar en tren entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, lo celebró y abrió la puerta a que el Gobierno prorrogue la bonificación más allá de la fecha prevista. La demanda se incrementó entre un 8% y un 9% coincidiendo con el comienzo del curso.

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Los radares cerca de 12 escuelas revelan que no se respeta el máximo de 30 kilómetros por hora

La vuelta al cole coincidió este lunes con la puesta en marcha de los 12 radares cerca de escuelas e institutos. Unos dispositivos que, hasta enero, no multarán. Mientras, los conductores son avisados con unas pantallas "radares pedagógicos" que les informan de si circulan por debajo de la velocidad máxima permitida o por encima. Bastó con pasar un rato delante de los dispositivos para observar que la mayoría de las motos, turismos, furgonetas y, ojo, ¡taxis y autobuses! superan los 30 kilómetros por hora. "Estamos muy preocupados por la velocidad como causa indirecta de siniestralidad y debemos cambiar la cultura de conducir. La voluntad no es poner multas, sino que la gente sea consciente de la velocidad a la que circula. Ojalá no tengamos que instalar más radares", consideró la concejal de movilidad, Laia Bonet.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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