Barcelona comienza a sacar coches de la primera gran arteria del Eixample
Consell de Cent será la primera de las vías horizontales en convertirse en un eje cívico
El gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha comenzado los trabajos de pacificación de la calle de Consell de Cent, que será la primera de las vías horizontales del Eixample en convertirse en un eje cívico y verde, con circulación solo de vecinos. Desde hace unos días un grupo de operarios trabaja en la calle, entre Viladomat y Borrell, en unas obras que compilan tres proyectos anunciados por los comunes: la protección de entornos escolares, la superilla de Germanetes y la conversión en eje verde de una de cada tres calles del distrito. Los ejes verdes también figuran en la Declaración de Emergencia Climática.
Son actuaciones con un objetivo común: sacar coches, ganar espacio público, reducir la contaminación y los accidentes, y mejorar la salud de la ciudad. Los carteles que el Ayuntamiento ha ubicado en este tramo de Consell de Cent explican que las obras consisten en la creación de un espacio amable junto al instituto Viladomat. Pero los trabajos son de calado: dejan un solo carril para aparcar (con zona azul), otro de circulación, y el resto se lo reparten el carril bici segregado y la acera ensanchada. Cuando en mayo pasado Colau anunció la creación de ejes pacificados en el Eixample, citó Consell de Cent como el primer previsto para este mandato.
Que esta vía sea el primer “eje cívico o verde” tiene sentido, además, porque forma parte de dos superilles ya anunciadas: la de Germanetes (diez manzanas de largo, del parque del Escorxador hasta Aribau), y la de Girona (que abarca cuatro, de Roger de Llúria hasta paseo de Sant Joan). Una vez ejecutadas las dos supermanzanas, solo faltaría actuar en las seis calles que quedan en medio para completar la pacificación. Reducir el tráfico al mínimo en Consell de Cent también tendría sentido para evitar los atascos cuando desemboca en la Meridiana, donde se han reducido los carriles de salida de Barcelona.
Como en todas las pacificaciones realizadas, la reducción del tráfico se ejecutará con obras “estructurantes” —de cemento— y otras más blandas, donde se interviene con mobiliario urbano. En cualquier caso, pretenden dificultar la circulación lineal en vehículo privado y permitir solo la de vecinos o servicios: con giros obligados o creando plazas en las intersecciones (como en la supercruïlla del mercado de Sant Antoni). Es el caso de las esquinas proyectadas en Consell de Cent con Borrell (una calle ya pacificada) y Girona.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad, Janet Sanz, asegura que la actuación actual “es muy pequeña” y afirma que “no hay planificación de más tramo”; pero admite que la pacificación de calles horizontales llegará. “Igual que nos hemos marcado intervenir en calles verticales como Borrell o Girona, debemos fijarnos en las longitudinales”. Sanz recuerda el corte de la calle de Aragó el pasado domingo y apunta: “Todas las actuaciones van en la misma dirección, en el Eixample deben pasar cosas, nos lo tenemos que imaginar de una forma distinta”. Sobre la intervención en el tramo central de Consell de Cent, entre Aribau y Roger de Llúria, afirma que todavía no tiene calendario.
Desde la asociación de vecinos de la Esquerra de l’Eixample, su vocal de Urbanismo, Xavier Riu, celebra las obras ante el instituto Viladomat: “De manera inmediata, mejora el entorno escolar, pero supone también poner una pica en Flandes para proyectos de más calado”. Riu cree que “limitar la circulación a un solo carril reducirá mucho el tráfico”. “Consell de Cent debe pacificarse entero, debe ser la primera calle horizontal del Eixample que ganemos para pasear, el interrogante es a qué ritmo y con qué presupuesto”, dice.
En el otro extremo, el presidente de la asociación vecinal de la Derecha del Eixample, Jaume Artigues, subraya que hasta ahora los ritmos han sido lentos. “Es un proceso complejo, llevamos años y antes que hablar de Consell de Cent tenemos que comenzar por Girona, todavía no se ha redactado el proyecto ejecutivo. Cuando esté listo entraremos valorar si la pacificación puede llegar a cruzar Balmes o el paseo de Gràcia”.
Objetivo: acelerar el cerco al coche
El cerco a los coches se extiende. Primero fueron supermanzanas en cascos antiguos, como Gràcia u Horta. Luego, ya con Barcelona en comú en la alcaldía, la superilla del Poblenou, en trama cuadriculada como la del Eixample, pero sin estar en el centro, y con polémica, porque se hizo sin consenso. El gran salto llegó con el entorno de Sant Antoni: una supermanzana en pleno Eixample, trabajada con tiempo y aplaudida por el entorno.
En el segundo mandato de los comunes, y con actuaciones también vinculadas a la Declaración de Emergencia Climática, el cerco a los coches en el centro se acelera con más supermanzanas, entornos escolares, los ejes verdes, obras en la Via Laietana, festivos sin coches, más carriles 30 o la Zona de Bajas Emisiones.
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