Estabilizado el incendio del Pont de Vilomara (Barcelona) tras dañar decenas de viviendas
El fuego del Bages ha quemado 1.700 hectáreas, más de 300 del parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac
Los primeros rayos de Sol destaparon este lunes los destrozos de una larga noche de fuego. Miles de vecinos de los 12 municipios que envuelven las montañas del Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, en la comarca de interior del Bages (Barcelona), han amanecido bajo una enorme nube de humo en el cielo y un gran nudo en el estómago. Unos 200 huyeron anoche de sus casas porque las llamas saltaban literalmente a las viviendas. Todavía no saben cuándo van a poder regresar. Eso, los que puedan hacerlo: una veintena de fincas se han visto afectadas, algunas totalmente destrozadas, según los primeros cálculos de los bomberos. A las 20.00, el consejero del Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, ha anunciado que el fuego ya estaba estabilizado tras quemar 1.700 hectáreas, más de 300 en el parque natural.
El día había empezado con buenas noticias desde las montañas en cuanto a los trabajos de extinción. Los trabajos nocturnos, que habían concentrado a más de 100 equipos, habían contenido el avance del flanco izquierdo. Por lo que los trabajos de extensión se concentraron desde primera hora en el derecho, que amenazaba con afectar 6.000 hectáreas. Una enorme nebulosa con olor a cenizas impregnaba la comarca y una cortina de humo de color anaranjado se observaba incluso desde Barcelona, situada a unos 50 kilómetros. La montaña de Montserrat también se ha vuelto durante unas horas invisible tras el humo.
La Cataluña central ha ardido y todos los cuerpos de emergencias, a parte de Bomberos (Agents Rurals, Mossos d’Esquadra, Protecció Civil, policías locales, voluntarios, SEM), se han coordinado en decenas de puntos de un macizo cuyas cimas rozan los 1.000 metros en 13.000 hectáreas. Los Agentes Rurales han confirmado que el origen ha sido una acción humana. Investigan si de manera imprudente o intencionada.
Tras un esfuerzo titánico de los bomberos, a primera hora de la tarde, el flanco derecho ha logrado ser “contendido”. Y a las 20.00 el consejero de Interior ha anunciado que el fuego estaba ya estabilizado. Algunos daños ya son, sin embargo, irreparables. Y en algunos casos dramáticos porque el fuego había reducido a cenizas proyectos de toda una vida. “Salí de casa y tenía las llamas delante. Los bomberos han parado el fuego en mi casa. La han salvado. Otras no han corrido la misma suerte”, explicaba mientras fumaba un pitillo visiblemente nerviosa Elisabet Moreno, una vecina de la urbanización Rivera Park, del municipio del Pont de Vilomara (Barcelona), la urbanización más golpeada de las tres afectadas.
Moreno había pasado la noche junto a su marido en el centro cívico del pueblo. Ayer domingo estaba en la piscina con su familia cuando avistó una humareda. En cuestión de dos horas, las llamas ya cercaban su jardín. Salió con lo puesto y junto a sus dos hijos. Los niños han pasado la noche con sus abuelos, pero ella y su marido decidieron pasar la noche en las instalaciones municipales. Querían estar cerca de las autoridades para estar informados en todo momento.
Todavía no sabe cuándo podrá volver a su vivienda, aunque la mujer ya respira aliviada al comprobar que las llamas no la han arrasado. “Solo se ha quemado una pared. La noche ha sido muy dura. Otras viviendas cercanas, sin embargo, han ardido”, dice mientras muestra su teléfono móvil. En el grupo de Whatssap de la urbanización estaba repleto de imágenes de viviendas siendo pasto de las llamas. La mayoría de casas afectadas tienen daños en el exterior.
En la primera reunión técnica del día, algunos vecinos han reprochado al alcalde una presunta dejadez en un ambiente muy caldeado. La mayoría ha pasado la noche en casa de amigos o familiares. Pero a primera hora del lunes ya llenaban el centro. Muchos eran mayores. Algunos, visiblemente afectados, no podían contener las lágrimas. Tenían los ojos pegados a sus móviles en busca de una foto que confirmara que su vivienda no ha ardido. “La mía se ha salvado”, era la frase que todos querían decir.
Esther Fernández no ha pasado la noche en el centro cívico, pero sí que ha acudido a primera hora de la mañana para estar informada. “Cada año hacemos nosotros las tareas del cortafuegos porque si no, nadie lo hace. Nadie viene a desbrozar. Tengo una casa al lado que lleva años vacía con una parcela abandonada. Si no llegamos a cuidarlo nosotros, mi vivienda habría ardido. Queremos que se sepa. Estaba claro que ocurriría”, denuncia. El alcalde, Enric Campàs Serra, ha defendido que se habían desbrozado 25 metros a la redonda de la urbanización en 2018 y en 2021, tal y como estipula la normativa municipal en prevención de incendios.
Mientras unos cruzaban dedos para que sus casas hubieran esquivado las llamas, otros no despegaban sus ojos de las montañas. Tras serpentear por una carretera repleta de caminos forestales cortadas al paso, una mujer de 53 años llamada Dori observa los helicópteros que lanzan agua. La casa, levantada a principios del siglo XIX, está en medio de la nada a medio camino del municipio de Talamanca El domingo fue desalojada, pero volvió por la noche. “La columna de fuego se movía muy rápido”, explica mientras avivan pequeñas columnas de humo y se escucha el ruido de las motosierras de los Bomberos cortando pinos para hacer cortafuegos en un montículo cercano. Una pareja de lo Mossos d’Esquadra acude a la vivienda y le pregunta si tiene pensado marcharse. “Si se acercan las llamas, me iré. No quiero dejar solos a mis animales”, les contesta cuando el mercurio roza los 40 grados.
Hace un año, este diario acudió con un equipo de los agentes rurales, el cuerpo encargado de la prevención de incendios, y otro del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) a la misma zona donde ayer se originó el incendio. Las imágenes de dron de entonces mostraban un bosque manchado con amplias zonas marrones a las copas de los árboles. La sequía empezaba a cebarse (hoy los embalses están solo al 48% de su capacidad) y el cuerpo de agentes rurales ya alertaba de que precisamente esta era una de las zonas más susceptibles de arder. La ambientóloga del CREAF Mireia Banqué ya advirtió entonces del peligro de que las llamas llegaran a zonas urbanizadas, como finalmente ha ocurrido.
La temida simultaneidad sobrevuela Cataluña
Los bomberos no han tenido respiro este lunes y la temida simultaneidad de grandes incendios, cuando el cuerpo se queda sin efectivos para afrontar todos los frentes, ha sobrevolado la comunidad. Otros tres incendios se han declararon de manera simultánea, entre ellos uno en Àger (Lleida), que por su difícil acceso preocupa al cuerpo de extinción. Cataluña llevaba seis días de una ola de calor que había activado las alertas por el elevado riesgo. Las altas temperaturas y la sequía crean las condiciones extremas para que las llamas puedan avivar con fuerza. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha acudido esta tarde al centro de mando de los Bomberos en Sant Vicenç de Castellet (Barcelona) y pidió a los medios que siguieran "extremando precauciones" ante la situación de viento y calor, especialmente alrededor de las zonas incendiadas. La Consejería de Interior ha decidido prorrogar hasta el próximo viernes las restricciones en 275 municipios de 20 comarcas debido al riesgo de incendio por la ola de calor en Cataluña, que comportan el cierre de nueve macizos y la limitación de actividades agrícolas y en el medio natural.
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