Alerta por covid en los hospitales de Cataluña: “Es imposible cubrir todas las bajas”
Los centros registran casi 400 ingresados más que la semana anterior y Salud admite que en julio se superarán los 2.000 pacientes. El Govern recomienda la mascarillas en interiores a las personas vulnerables
La covid vuelve a impactar en los hospitales de Cataluña. Los ingresos con coronavirus se han disparado en la última semana y la Generalitat admite que los registros epidemiológicos “no son buenos”. Según datos del Departamento de Salud, los centros hospitalarios registraron el domingo 1.762 enfermos por covid, casi 400 pacientes más que la semana anterior (1.383). Es el mayor aumento de casos desde el fin de la sexta ola y refleja la alta transmisión comunitaria del virus. La tendencia también se manifiesta en el resto de comunidades: el Ministerio de Sanidad comunicó este martes 9.553 hospitalizados, 1.348 más que el viernes.
La buena noticia es que las UCI siguen casi vacías, con 46 enfermos críticos en Cataluña, un porcentaje muy bajo respecto a los pacientes de planta si se compara con las olas anteriores. Los responsables sanitarios recomiendan que las personas vulnerables recuperen la mascarilla en espacios cerrados ante la presión hospitalaria y rechazan tomar medidas más drásticas.
El aumento de la presión asistencial en los hospitales llega tras el aumento de los contagios en la calle, que alcanza los 4.000 casos nuevos diarios en Cataluña, según Salud. La integración en la comunidad de las subvariantes de ómicron, más contagiosas, facilita esta transmisión. “Las infecciones van aumentando”, admitió este martes la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, tras la reunión del Consell Executiu. “Las subvariantes de ómicron BA.4 y BA.5 empiezan a ser mayoritarias. Son más contagiosas y esto se está notando ya en las plantas hospitalarias y en las UCI”, insistió Plaja, que descartó que el Gobierno catalán asuma restricciones a corto plazo: “No está previsto que haya más limitaciones, pero tenemos que adaptarnos a la evolución de la pandemia. Será necesario volver a recordar las medidas de prevención y precaución y aquellos hábitos que ya teníamos adquiridos que a lo mejor en las últimas semanas hemos ido dejando un poco de lado”. Según Clara Prats, investigadora del grupo BioComSC, de la Universitat Politècnica de Catalunya, entre el 80% y el 90% de los casos actuales en Cataluña son de BA.5.
Los múltiples contagios también golpean a los profesionales sanitarios y los centros admiten la dificultad para cubrir estas bajas laborales. En el hospital Vall d’Hebron de Barcelona, por ejemplo, de una plantilla de unos 9.000 trabajadores, unos 800 están de baja, según Marta Rúbies, delegada de prevención de riesgos laborales del centro por el sindicato Satse. Esta cifra, remarca, es total del centro, y no solo exclusiva de las ausencias por covid. “Hay unidades prácticamente enteras con todos los trabajadores infectados por coronavirus”, lamenta. Durante la sexta ola, Vall d’Hebron alcanzó el millar de bajas laborales. “Nos vamos acercando a esa cifra y es casi imposible cubrir todas esas ausencias”, alerta Rúbies. Según Salud, un 1,9% de todos los profesionales sanitarios están de baja, aún muy por debajo del 4,9% que se alcanzó en la última ola.
La complejidad para cuadrar las plantillas ante el rebrote tiene diferentes explicaciones. Para Xavi Tarragón, delegado de CATAC-CTS/IAC y presidente del comité de empresa del Parque de Salud Mar, las diferencias salariales llevan a las profesionales de enfermería a un tránsito constante que limita su estabilidad y la de las plantillas. “Esta es la lógica del mercado actual”, lamenta. “En vez de colaborar, los hospitales han competido por contratar: si todo el sistema fuera único, podríamos colaborar, pero cada empresa tiene sus propios convenios y hay una lucha entre centros hospitalarios. El resultado es que no hay enfermeras disponibles”. Rúbies aporta otra mirada: “Se limitaron las plazas universitarias en Cataluña y ahora cada generación es menor de lo que debería”, apunta.
La llegada de las vacaciones dificulta aún más encajar todas las piezas. “Algunos profesionales ya están librando”, aseguró la secretaria de Salud Pública de la Generalitat, Carmen Cabezas, en rueda de prensa. Los hospitales ofician actualmente con casi total normalidad y la responsable admite que las vacaciones son un “periodo de estrés” habitual en los centros. Prats avanzó que el BioComSC estima que las hospitalizaciones superarán los 2.000 pacientes con covid en Cataluña, y no descartó alcanzar los 3.000. La experta también concretó que el pico de contagios se alcanzará previsiblemente a finales de julio. A pesar de la tendencia negativa, la situación actual no afecta a las operaciones quirúrgicas, según todas las fuentes consultadas.
Ante las próximas complicaciones, Cabezas hizo un llamamiento a un “uso racional” de los recursos sanitarios, aunque también rechazó restricciones a corto plazo. La responsable sí admitió que la Generalitat estudia la manera de reducir la burocracia para obtener la baja laboral, aunque defendió que no es posible automatizarla porque la afectación de los pacientes es “diferente” en cada uno.
La presión asistencial, en todo caso, no afecta de momento a la actividad quirúrgica, como sí ocurrió en diversas fases de la pandemia. Ómicron mantiene un impacto menor que el de otras variantes, y el número de pacientes críticos por covid es muy bajo: 46, seis más que la semana anterior. “Estamos en mínimos históricos”, celebró Cabezas. Según Prats, en dos semanas Cataluña registrará entre 60 y 70 críticos por covid.
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