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Ada Colau intenta limitar el turismo con un acuerdo con los guías que no funcionó en 2017

BComú y PSC ponen fin a sus discrepancias en materia turística “recomendando” que los grupos de visitantes no superen las 30 personas en Barcelona

Turismo Ciutat Vella verano
Turistas en la RamblaMassimiliano Minocri (EL PAÍS)
Alfonso L. Congostrina

El Ayuntamiento de Barcelona firmó este lunes un acuerdo con dos asociaciones de guías turísticos para que reduzcan -mediante una recomendación que han pactado- el tamaño de los grupos de turistas y los limiten a un máximo de 30 personas o 15 por grupo si se trata tours dentro del distrito de Ciutat Vella. El acuerdo sirve para poner un parche a las discrepancias entre el modelo turístico de los socios de gobierno municipal – BComú y PSC- y para ello desempolvan un acuerdo muy similar que se firmó en 2017 y que no sirvió ni para regular, ni para concienciar a los guías turísticos sobre las molestias que genera esta industria sobre la vida cotidiana de los vecinos. El acuerdo actual se firma con dos asociaciones de guías oficiales sin conocer el elevado número de intrusos -o falsos guías- que realizan estos tours y que, previsiblemente, no asumirán estas recomendaciones.

La pasada Semana Santa fue el punto de inflexión para el turismo en Barcelona. El número de visitantes empezó a remontar, ya sin freno, tras los meses de pandemia. Era tal la presión turística que el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa (BComú) hizo públicas sus críticas a esta industria, criticó a la Generalitat por no proporcionar mecanismos a los ayuntamientos para regular el turismo y acusó a este sector económico de acabar con los vecinos y la vida de barrio. En el mismo equipo de gobierno volvió a desatarse la tensión. El concejal de turismo, Xavier Marcé (PSC), mostraba su discrepancia con la posición de Rabassa y apostaba por buscar “mejores” turistas, incrementar el precio de las habitaciones de hotel e intentar descentralizar el turismo. El lunes Rabassa y Marcé firmaron la paz cara a la galería presentando a la par la “declaración de buenas prácticas en el guiaje de grupos en la vía pública de Barcelona”. Un acuerdo suscrito con dos asociaciones de guías habilitadas y acreditadas oficialmente por la Generalitat: la Asociación de Guías Habilitados por la Generalitat de Cataluña por un Turismo Responsable y de Calidad (AGUICAT) y la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Cataluña (APIT).

El acuerdo contempla una serie de recomendaciones entre las que destacan los aforos de grupos que no superen las 30 personas fuera de Ciutat Vella y las 15 en los barrios del centro de la ciudad. De esta manera, se pretende respetar la “convivencia en la ciudad y minimizar eventuales molestias en la vida cotidiana en el espacio público”. Además, los guías turísticos se han comprometido a no utilizar megáfonos para reducir el ruido y en Ciutat Vella utilizarán radioguías para reducir el impacto acústico. Es este distrito central, un total de 24 calles tendrán un sentido único para los grupos turísticos y puntos habilitados para subir y bajar de los autocares.

En la plaza de Sant Jaume y la plaza Reial no podrá haber más de ocho grupos de forma simultánea, cinco en la plaza del Rei, tres en el Fossar de les Moreres, tres en el paseo del Born, tres en la Fachada de Santa María del Mar, tres en la plaza del Pí, dos en la plaza Sant Felip Neri o uno en la plaza de la Barceloneta.

Para evitar conductas irrespetuosas con el patrimonio arquitectónico, el acuerdo fija la voluntad de los profesionales de mantener conocimientos actualizados sobre recursos turísticos y espacio público, ordenanzas, Ley de Turismo, preservación de la privacidad y evitación de la exposición de menores (evitando tomar fotografías o interferir en espacios donde haya menores o grupos escolares haciendo uso de la vía pública).

Para facilitar la circulación de otras personas, será obligatorio dejar libre un mínimo del 50 % de la anchura de la calle, y en los tramos con sentido de circulación marcado, los grupos circularán por la derecha y en fila de máximo de dos personas. En los mercados de La Boquería, de Santa Caterina y de Sant Antoni se prohíbe el acceso de grupos organizados de más de 15 turistas todos los viernes y sábados desde el 1 de abril hasta el 30 de octubre.

Los mismos acuerdos que no funcionaron en el anterior mandato

La declaración de buenas prácticas con los guías turísticos no son novedad en el Ayuntamiento de Barcelona y se comprobó que resultó ineficaz. En septiembre de 2017 el entonces concejal de turismo, Agustí Colom (Bcomú), firmó con AGUICAT un documento similar al que se ha firmado este lunes donde se reducía a 25 el número de personas que podían integrar un grupo de turistas. Los guías se comprometieron a elegir los puntos donde dar sus explicaciones y a evitar los altavoces. De nada sirvió.

El mismo concejal firmó en agosto de 2018 un decreto para evitar que los grupos de más de 15 turistas invadieran durante los fines de semana el mercado de santa Caterina haciendo imposible la vida vecinal. Ni una ni otra iniciativa sirvieron de demasiado. Inés Calzado, presidenta del APIT, dio algunas pistas el lunes de por qué no funcionó: “Hay 2.000 licencias oficiales de guías turísticos y en Barcelona trabajamos 800 oficiales pero no sabemos el número de guías no oficiales que operan”, destacó. La cifra negra de guías que preparados, o no, realizan estos servicios muchas veces a cambio de propinas hace imposible que funcionen estas meras declaraciones de intenciones.

El TSJC anula la regulación catalana de alquiler de habitaciones a turistas

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha anulado el decreto que la Generalitat aprobó en 2020 para regular el alquiler de habitaciones a turistas, porque durante la tramitaciónde la normativa se obviaron trámites de información pública. La Generalitat ya ha anunciado que recurrirá la sentencia del TSC.

En su sentencia, el alto tribunal catalán estima parcialmente el recurso presentado por la Asociación Vecinos y Anfitriones, que representa a personas que alquilan habitaciones a viajeros en su propio domicilio, para que se cumplan los "trámites formales de información pública omitidos" durante la tramitación del decreto.

Según reconoce el TSJC, la última redacción del decreto, que fue aprobado en el año 2020, contenía "modificaciones sustanciales" respecto al proyecto inicial que había sido sometido a información pública años antes.

“No se puede sostener que las variaciones fueran adjetivas o meramente superfluas", añade el fallo, que detalla que las modificaciones incorporadas en el decreto final establecían una limitación al número de días de la estancia y la capacidad de los hogares compartidos, además de introducir la necesidad de habilitación otorgada por el Departamento de Empresa.

Por todo ello, el alto tribunal anula el decreto para que se reabra el trámite de información pública "con las personas o entidades afectadas, dada la importancia de la regulación que se pretende y los condicionantes que se quieren introducir en la regulación de los hogares compartidos".

En un comunicado, la Asociación de Vecinos y Anfitriones ha celebrado el fallo, que considera "histórico", y ha denunciado que la Generalitat nunca "ha tenido la voluntad real de estudiar el fenómeno" del alquiler de habitaciones a turistas y "hacer una regulación coherente a lascaracterísticas de los hogares compartidos".

Para la Asociación, se trata de una actividad que se lleva a cabo en la residencia habitual, a diferencia de los alojamientos turísticos, por lo que "no puede equipararse a las mismas condiciones y requisitos que cualquier otra actividad profesional". Asimismo, la entidad considera que con la "prohibición encubierta de hogares compartidos", el Ayuntamiento de Barcelona está "protegiendo y consagrando la modalidad de las viviendas turísticas, que son las que se encuentran en manos de grandes tenedores" y crean los "verdaderos problemas de convivencia".

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