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Invasión de cómicas en Barcelona para subrayar que las mujeres sí son graciosas

El ciclo ‘Mujeres, humor y feminismos’ programa en una veintena de centros cívicos y equipamientos el código humorístico femenino hasta finales de junio

Ana Polo y María Rovira, del podcast 'Oye Polo'.
Ana Polo y María Rovira, del podcast 'Oye Polo'.Cecilia Díaz Betz

“Las mujeres no son divertidas”. Estas cinco palabras se habían repetido demasiadas veces a lo largo de la historia. John Belushi se lo espetó a Gilda Radner en la etapa primeriza del Saturday Night Live, Johnny Carson lo declaró sin tapujos a la revista Rolling Stone y Jerry Lewis lo entonó ante la audiencia de un festival cómico de Aspen, donde no se cortó en añadir: “Una mujer que quiere ser cómica no me ofende pero… pienso en ella como en una máquina expendedora de niños al mundo”. La frase no sólo se declaraba públicamente, el tópico de que solo los hombres tenían el gen de la risa era un pensamiento común en el oficio. Ejecutivos cinematográficos y de la televisión, agentes o comediantes desprestigiaban el papel de la mujer en la comedia continuamente. Hasta el escritor Christopher Hitchens publicó un incendiario ensayo en Vanity Fair en 2007 donde defendía Por qué las mujeres no son divertidas.

No solo ha pasado al otro lado del charco. “El nivel de las cómicas que hay en España necesita un tiempo, hay que darles uno o dos años para que estén a la altura de los cómicos que hay en La Chocita del Loro”, dijo hace unos meses Francisco Carretero, el gerente de la sala más emblemática de la escena monologuista de Madrid. Aquellas declaraciones provocaron un seísmo cultural sobre el sesgo de proyección de una afirmación que distaba de la realidad objetiva, donde las humoristas agotan las entradas de estadios en pocas horas, dirigen podcasts que se alzan con el premio Ondas (Estirando el chicle, Deforme Semanal Ideal Total) y se han convertido en un referente en las redes. Desde el miércoles 4 de mayo hasta el 21 de junio, Calidoscopi Cultural, el ciclo anual cultural impulsado por el distrito de Sant Andreu en Barcelona, se centrará en probar que existe toda una cantera de humoristas que han transformado el panorama humorístico nacional a través de Mujeres, feminismos y humor, que ha comisariado la cómica Ana Polo.

La actriz Asaari Bibang.
La actriz Asaari Bibang.Laurent LEGER ADAME (EL PAÍS)

“El objetivo es que el público pueda consumir humor hecho por mujeres”, explica Polo sobre un ciclo que busca “cuestionar todos los relatos humorísticos que se realizan desde una posición de privilegio”. Con más de una veintena de actividades programadas por los equipamientos del distrito, el ciclo se inaugura con todas las entradas agotadas para la emisión en directo el miércoles 4 de mayo del podcast Oye Polo (Radio Primavera Sound) desde el Centre de Vida Comunitària de la Trinitat Vella, a cargo de la propia Polo y Maria Rovira (Oye Sherman). También contará con monólogos como Humor negra, de la actriz Asaari Bang (el 26 de mayo a las 18.30 h en el Centro Cívico La Sagrera), donde desentrañará el racismo, el choque cultural y la hipersexualización femenina a través de su periplo vital, que pasa por salir de Guinea Ecuatorial de niña hasta que llega a Hospitalet y convertirse en actriz, monologuista y columnista. O con charlas como Humor y venganza, de la ilustradora Rocío Quillahuaman (el 19 de mayor a las 18.30 horas en el Centre Civic Navas), donde ahondará en cómo reírse de la angustia de vivir y cómo convertir el odio y las ansias de venganza en humor.

“Es importante ofrecer diferentes puntos de vista y referencias sobre diversas realidades culturales y sociales”, recalca Polo, que ha hecho de este ciclo una reivindicación política al programar para su cierre a Pamela Palenciano con No solo duelen los golpes (el 21 de junio, en el Centre Cívic de Bon Pastor). El monólogo pensado para alertar a los adolescentes sobre la violencia de género narra una relación personal de maltrato durante los seis años que duró. El texto lo ha interpretado más de 7.000 veces por varios países durante dos décadas y volvió a cobrar relevancia mediática hace unos meses, cuando en junio de 2021 recibió una querella, la tercera, pero la primera en ser admitida a trámite por un juzgado de Madrid. La presentó la Asociación de Hombres Maltratados días después de que una diputada de Vox en la Asamblea de Madrid publicase un vídeo señalando el monólogo de Palenciano. “Pamela es mi referente a la hora de hacer humor, es capaz de emocionarte y arrancarte carcajadas al mismo tiempo, y eso creo que es crucial a la hora de hacer humor”, explica Polo sobre el porqué de su inclusión en el cartel. “El ciclo empieza de una forma ligera y reivindicativa, también abre puertas a nuevas voces con una sesión de micro abierto, pero necesitábamos acabar apoyándola, porque ella ha sido muy perseguida en redes por su mensaje”. Un cierre “contundente e importante” para reivindicar, como explica Polo, “que las mujeres sepan que existen espacios que pueden ocupar para poder hacer humor y, claro que sí, ser graciosas”.

Pamela Palenciano, en enero de 2020, tras una actuación en el instituto Los Rosales de Móstoles.
Pamela Palenciano, en enero de 2020, tras una actuación en el instituto Los Rosales de Móstoles.víctor sáiz

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