Lloret de Mar se reinventa: de turismo de bajo coste a plató de cine

Cala Sa Boadella, las playas de Fenals, Santa Cristina y Treumal, los Jardines de Santa Clotilde sobre un acantilado, -catalogados como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN)-, el Cementerio Modernista o la avenida Just Marlés, principal vía del ocio nocturno de Lloret de Mar (Girona). Todos ellos son solo algunos de los escenarios que desde 2005 han acogido los 240 rodajes que se han hecho en esta localidad de la Costa Brava. Múltiples campañas y actuaciones diversas intentan desde hace años borrar la asociación de Lloret con la idea de “turismo de borrachera”. Poco a poco y con ingente trabajo transversal, esta imagen se va disipando. En 2021 una treintena de rodajes le convirtieron en un plató que consiguió llevar su esencia a hogares de todo el mundo.

Indiscutiblemente el escenario estrella de rodaje es cala Sa Boadella, -250 metros de largo y 40 de ancho de arena gruesa en un entorno boscoso virgen-, que aparecen en ‘Uncharted’ (2022) de Sony Productions, un largometraje que convierte a Tom Holland en Nathan Drake, un intrépido cazador de tesoros que ha recaudado en dos semanas 226′3 millones de dólares. Esta cala, simulando ser África, ya apareció en 2005 en “Sahara”, con Penélope Cruz y Matthew McConaughey de protagonistas; en spots publicitarios de Estrella Damm, BMW o en sesiones fotográficas de MANGO.

Sin embargo Lloret esconde otros escenarios que agradan a buscadores de localizaciones. Incluso, con las restricciones por la pandemia, suplió a Canarias y Mallorca. El pasado 28 de enero se estrenó Todos mienten de Pau Freixas, con escenas rodadas en cala Banys y recientemente se ha lanzado Bienvenidos al Edén, superproducción de Netflix con previsión de llegar al éxito de títulos como La Casa de Papel o Élite, rodada en la playa de Santa Cristina y la cala Treumal. En los Premios Goya, Clara Roquet recibió el Goya a la mejor directora novel y Nora Navas a la mejor actriz de reparto por “Libertad”, rodada en 2019 en la zona de ocio.

En 2005 el Consistorio puso en marcha el Lloret Film Office, un servicio que aporta un abanico de servicios gratuitos para ayudar a la producción audiovisual nacional e internacional. El objetivo es ofrecer un servicio de calidad que facilite planificar, agilizar y producir en las mejores condiciones. En 2007 se adhirieron a la red Barcelona-Catalunya Film Commission. En el último lustro se han hecho más de 80 rodajes, entre series de televisión o de plataformas como HBO o Netflix, largometrajes, documentales, videoclips musicales, spots publicitarios, o fotografías comerciales.

Elizabeth Keegan, la gerente de Lloret Turisme, explica que han notado un incremento de rodajes vinculados a series para a plataformas de reproducción en línea (streaming) como Netflix y Movistar, que coincide con la expansión del sector audiovisual en todos sus formatos. “Eso nos abre nuevas e interesantes oportunidades de dinamización y promoción del destino”, afirma. “Su versatilidad hace que seamos atractivos tanto para un rodaje en un entorno virgen como para una localización urbana, y todo muy cerca de Barcelona, un hub de producción audiovisual de primer nivel”.

“Lloret es un destino maduro que hace una gran tarea en mil aspectos, también en promoción”, indica Keegan. Con los rodajes, esta localidad, turística por excelencia, ofrece una perspectiva diferente al mundo. Están pendientes de House of Dragons de HBO, precuela de Juego de Tronos que convierte los Jardines de Santa Clotilde en un laberinto. “Es un boom, todavía no se ha estrenado la serie, pero ha trascendido que se ha rodado allí y mucha gente los va a visitar”, apunta. Es una gran oportunidad para la marca. “Aunque no hemos calculado la repercusión económica, está clara directa e indirectamente, hay rodajes que duran semanas y más de 50 personas se alojan y comen aquí, con proveedores y caterings de la zona”, detalla.

“Lloret hace años que trabaja en su transformación para sacarse la mala imagen de encima”, sostiene Keegan. Se ha ganado mucho en reposicionamiento del destino. Han cerrado hoteles y locales de ocio porque no han sabido adecuarse al nuevo modelo de negocio y se ha hecho una importante inversión en renovación de la planta hotelera. “No trabajamos en temas de volumen, sino de calidad”, sostiene la técnica, que reconoce que les ha ayudado que “la demanda ha cambiado”. “Ahora no es cool para los instagramers lo que gustaba décadas atrás, lo que se llevaba entonces no es moda”. Lloret se centra ahora en un turismo vinculado al deporte, de familia, de pareja, y cada vez más, de audiovisuales.