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Vacuna pediátrica y tercera dosis: el reto pendiente contra la pandemia

Cataluña recupera la actividad ordinaria en los hospitales y consolida la sensación de normalidad en el segundo aniversario del primer positivo por covid en la comunidad

Vacunas Covid
Una sanitaria espera la llegada de usuarios para vacunar contra la covid en Fira de Barcelona, este jueves. El recinto, referencia de la vacunación masiva, ha disminuido mucho su volumen de trabajo.Albert Garcia (EL PAÍS)
Bernat Coll

Pocas cosas inquietan más a los profesionales sanitarios que las preguntas sin respuesta. Y los pediatras buscan desde hace semanas el porqué a una cuestión concreta: ¿Por qué los niños no se vacunan? Cataluña ha pasado de vacunar a 200.000 menores de entre 5 y 11 años en el primer mes de vacunación pediátrica, en marcha desde el 15 de diciembre, a los 20.000 de las últimas cuatro semanas. El parón es calcado al que ocurre en el resto de España, donde se pasó de 1,7 millones de primeras dosis a 175.000 en el mismo periodo. La alta incidencia de la sexta ola entre los niños y el recelo de los padres se presentan como dos de los principales factores que explican el bloqueo. Los expertos reclaman medidas para recuperar el ritmo de vacunación y limitar así la capacidad de transmisión (y mutación) de la covid en el segundo aniversario del primer positivo detectado en Cataluña, el 25 de febrero del 2020.

Los niños sufrieron muchos contagios en enero. Esta es la razón principal del parón, porque ahora no pueden vacunarse”, analizan Ángel Hernández y Pepe Serrano, miembros del Comité Asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría. “La vacunación fue bien hasta la primera quincena de enero y ahí se truncó la tendencia”. Los menores infectados tienen que esperar al menos ocho semanas a recibir una dosis tras pasar la covid. En Cataluña, unos 120.000 niños de 5 y 11 años han pasado la enfermedad, un 20% de todo el colectivo, desde el 15 de diciembre. “Muchas familias que querían vacunar a sus hijos no han podido”, resume Serrano. “Ahora veremos si recuperan el interés pasadas estas ocho semanas”.

Los pediatras entienden que la logística y el mensaje que ha transmitido cada comunidad ha repercutido en el interés de la población. Por ello, entienden, Andalucía tiene una cobertura vacunal pediátrica (65,9%) muy superior a la de Madrid (46,7%) o Cataluña (40,7%), las tres comunidades con mayor población infantil. “Quizás estas dos últimas no están haciendo todo lo posible para incentivar la vacunación”, entiende Hernández.

El mensaje de la administración es clave. Y si con la población adulta la información era constante, considera Serrano, con los niños no ocurre lo mismo. “Institucionalmente, no se ha reforzado la idea de que los niños deben vacunarse”, lamenta el pediatra. “Las campañas eran más intensas con los adultos”. Tampoco parecen ayudar los cambios de protocolos: la Comisión de Salud Pública acordó en enero ampliar de cuatro a ocho semanas el periodo necesario para vacunar a los niños tras pasar la enfermedad. “Estos cambios desincentivan la vacunación porque a la gente le entran las dudas”, considera Hernández. Por convencer a las familias, Serrano propone a la Generalitat que los facultativos tengan visible el estado de vacunación de los menores cuando les visitan para poder exponer personalmente los beneficios a los padres. “Ellos confían en su pediatra”, reivindica.

La importancia de la vacunación pediátrica, añade otro experto, es limitar la capacidad de transmisión del virus y, por tanto, su riesgo de mutación. “Si los niños no están vacunados, el virus puede instalarse en este colectivo, replicarse continuamente y encontrar una mutación adecuada para transmitirse aún más o ser más lesivo en los adultos”, alerta Pere Domingo, coordinador covid del Hospital Sant Pau. La receta para acabar con el virus, explica Domingo, es utópica pero ilustrativa: “Imaginemos que podemos vacunar a toda la población mundial el mismo día y a la misma hora. El virus se quedaría sin espacio. Logísticamente, es imposible, pero este es el razonamiento de por qué es necesario garantizar la vacuna a la mayor población posible”.

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Pero a veces los palos en las ruedas llegan desde el propio colectivo médico, que no encuentra el mismo consenso en la vacunación pediátrica que en la del resto de la población. “Hay cierta controversia entre los profesionales”, admite Hernández. “Siempre ha ocurrido y sabemos que existen dudas entre algunos facultativos sobre la necesidad de vacunar o no a los niños”. El experto, en todo caso, no duda: “La protección contra la covid es conveniente y reporta claros beneficios para los menores y toda la población”.

Los recelos a la vacuna entre el colectivo sanitario se observan también en la aceptación de la tercera dosis. Uno de cada cinco profesionales de atención primaria y hospitalaria (21,1%) no ha recibido la dosis de refuerzo, un porcentaje aún mayor entre el personal de residencias (27,7%) y el resto del personal de ámbito sanitario y sociosanitario (36,1%), según datos del Departamento de Salud de la Generalitat. La gran mayoría de estos trabajadores, entre un 90% y un 95%, en cambio, no dudaron en recibir las dos primeras dosis. “Desconozco los motivos que tienen estos profesionales para no administrarse la tercera dosis, pero es un error”, comparte Rafael Máñez jefe del servicio de Medicina Intensiva del hospital de Bellvitge. “La tercera dosis es efectiva, al menos durante los primeros seis meses”. En Cataluña, el 50% de la población mayor de 12 años tiene la dosis de recuerdo, aunque la cobertura baja drásticamente entre los jóvenes: se la ha administrado un 15% de las personas de entre 20 y 29, y un 24% en los de 30 a 39.

Cuestionado sobre el rechazo que puede generar tener que vacunar a parte de la población cada cierto tiempo, Pere Domingo, pone el ejemplo de la gripe. “Para combatirla ya nos vacunamos cada año y no pasa nada; y la covid mutará si le das opción a replicarse”. La vacunación, en todo caso, da síntomas de haber tocado techo: Fira de Barcelona, epicentro de la vacunación masiva en la capital catalana, era este jueves un oasis de tranquilidad. En la última semana, Salud ha administrado 4.000 primeras dosis en todas las edades en toda la comunidad.

El reto de la vacunación coincide con la mejora hospitalaria en Cataluña. “Hemos recuperado prácticamente la normalidad en Bellvitge”, celebra Máñez. Muchos centros tuvieron que desprogramar intervenciones no urgentes a lo largo de la sexta ola. “En la última semana, no ha ingresado nadie en la UCI”. El Departamento de Salud insiste desde enero en diferenciar los enfermos por covid de los pacientes ingresados por otras patologías que también son portadores del virus. De este modo pretende optimizar el recuento de la afectación real por la pandemia. “En enero un 10 o un 15% de los pacientes que llegaban a urgencias tenía covid. Esto ha ido disminuyendo”, insiste el responsable de Bellvitge. Según Máñzez, un 25% de los enfermos críticos son inmunodeprimidos, un porcentaje que coincide con el del hospital Sant Pau. Domingo añade la mitad de estos pacientes no están vacunados. En el centro barcelonés, concreta, el 60% de los enfermos covid están ingresados por el virus y no por ninguna otra patología.

Cataluña registra este jueves 1.504 ingresados en los hospitales, 500 menos que hace una semana. El descenso también es considerable en las UCI, que suman 232 críticos. Según el grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos (BioCom-SC), de la Universidad Politécnica de Cataluña, las camas UCI deberían seguir vaciándose la próxima semana “a buen ritmo”, cayendo por debajo de los 200 críticos. Lo que ya no desciende tan rápido es la incidencia y el número de casos semanales, que ha ralentizado su caída desde la reapertura del ocio nocturno y de la consolidación de la vida social, especialmente entre los jóvenes.

Dos años del primer positivo en Cataluña

La covid afloró en Cataluña hace hoy dos años. El 25 de febrero del 2020 la Generalitat comunicó que había detectado el virus por primera vez en la comunidad a través de una mujer italiana de 36 años residente en Barcelona que acababa de aterrizar con síntomas procedente de un viaje a Bérgamo y Roma (Italia).

El Departamento de Salud aisló inicialmente a la paciente en el Hospital Clínic de la capital catalana. El entonces secretario de Salud Pública de la Generalitat, Joan Guix, resumió la sintomatología de aquel virus desconocido. “Su situación es leve, con una sintomatología similar a la de la gripe”. En total, Cataluña acumula casi 2,4 millones de casos confirmados a lo largo de estos dos años, de los que la mitad se contabilizaron en la sexta ola. 

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

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