Cataluña, en la cola de la vacunación pediátrica
Un 39,5% de los menores catalanes de entre 5 y 11 años han recibido al menos una dosis, por el 55,1% de la media nacional. La Generalitat considera que los contagios masivos limitan el avance
La vacunación pediátrica es la piedra en el zapato de la inmunización colectiva en Cataluña. Un 39,5% de los menores de entre 5 y 11 años han recibido al menos una dosis contra la covid, un porcentaje sensiblemente menor que el de la media nacional (55,1%). Únicamente Baleares (33,5%) tiene una cobertura menor, según las cifras del Ministerio de Sanidad de este miércoles. La Generalitat considera que el bajo ritmo de inoculaciones se explica en parte por los contagios masivos de las últimas semanas, que obligan a los niños a esperar ocho semanas para recibir una dosis tras pasar la enfermedad. Los expertos admiten su “desconcierto” por la lentitud en una comunidad tradicionalmente pionera en la vacunación no sistemática, aquella que no entra por la Seguridad Social.
La explosión de casos en las escuelas ha limitado el avance, entiende la secretaria de Salud Pública de la Generalitat, Carmen Cabezas, “Muchos niños han pasado la covid en esta sexta ola y esto influye”, justificó este miércoles. Según datos de Salud, cerca de 320.000 jóvenes de menos de 20 años se han contagiado en los dos últimos meses, por lo que puede estimarse que unos 110.000 niños de entre 5 y 11 años han sufrido la enfermedad en este periodo. Esta afectación representa una quinta parte de la población a vacunar (559.000 menores) de estas edades. Cabezas, en todo caso, ya admitió hace dos semanas estar “un poco sorprendida” ante la escasa cobertura (entonces del 36%) y la situación apenas ha cambiado.
La interpretación de la Generalitat se sustenta por el alud de test efectuados en los colegios. Cataluña ofrece pruebas gratuitas a todos los alumnos cuando se detecte un positivo en clase, por lo que la detección se ha disparado, especialmente en aquellos niños asintomáticos que en otras condiciones podrían haberse vacunado por no saber que habían pasado la infección. “La alta detección ha limitado el aumento de la cobertura pediátrica”, entiende Cynthia Crespo, pediatra y miembro del grupo de trabajo de vacunas de la Sociedad Catalana de Pediatría. La incidencia acumulada en los últimos 14 días en los niños de menos de 11 años en Cataluña es de 9.258 casos por cada 100.000 habitantes, casi el doble que en el resto de España (4.872).
Crespo y Cabezas también observan cierto recelo de padres y madres. La menor afectación de la covid en los niños ha llevado a algunas familias a cuestionarse la necesidad de vacunar a sus hijos. “Muchos padres que no dudaron ni un segundo en vacunarse vienen a buscar respuestas para saber si deben pinchar a sus hijos”, asegura Crespo. En Cataluña, únicamente el 0,88% (26 de 2946) de los ingresados por covid en los hospitales tiene menos de 10 años, según datos del Departamento de Salud. “Quizás los padres no le dan el valor a la vacuna que le darían para las personas mayores, con más riesgo de acabar en el hospital”, entiende la secretaria de Salud Pública. Pepe Serrano, miembro del Comité Asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría, remarca la misma tesis: “En las consultas comprobamos que las familias buscan un último empujón y que les animemos a vacunar a sus hijos”.
Falta de información
Puede parecer contradictorio que en un territorio con un alta integración de la vacunación pediátrica exista resistencia a las dosis contra la covid, pero Crespo considera que es una cuestión de “información”. “Tradicionalmente existe mucha información sobre las vacunas y quizás ahora ha faltado”. La experta considera que todo el tiempo que pasó hasta que se validó la vacunación para los niños pudo generar recelo entre los padres. “Las familias han podido interpretar que no es del todo segura”, plantea. Crespo recuerda que Cataluña es una de las comunidades con más vacunas sistemáticas en su calendario de vacunación pediátrica y añade que las familias “pagan” por aquellas que no están incluidas. “Somos pioneros y apenas existen los antivacunas”.
Serrano apunta a una cuestión logística. “En números absolutos Cataluña está encima del resto. Es más difícil llegar a una población amplia, que a una pequeña”, resume. Cuestionado sobre por qué otras comunidades con una población similar tienen unas coberturas mayores, Serrano pone el ejemplo de Andalucía, que alcanza el 63%. “Allí crearon una red de formación de formadores para informar a todos los niveles sobre las ventajas de la vacunación”, remarca. Serrano, en todo caso, considera que el avance en Cataluña “es una cuestión de tiempo, aunque las cifras actuales son desconcertantes”. “No hay ningún indicador que diga que nos quedaremos atrás”, remarca. El Departamento de Salud, sin embargo, rechaza que la organización y la logística hayan sido limitantes: “Tenemos vacunas y espacios disponibles por todo el territorio”, reivindica Cabezas.
A pesar del bajo ritmo, Crespo anticipa cuál sería el escenario deseado: “No creo que alcancemos los niveles de vacunación de los adultos, pero si conseguimos un 80% estará muy bien, porque consideramos que existe una inmunidad de grupo”.
Fin a los test masivos en las escuelas catalanas
Cataluña anunció este miércoles que no mantendrá el programa de test masivos en las escuelas, casi un mes después de su puesta en marcha. La secretaria de Salud, Carmen Cabezas, aseguró que la mejora de los datos epidemiológicos lleva al Govern a acabar a partir del próximo lunes 7 de febrero con el plan de detección masiva, después de "haber hecho un test a casi la mitad de los escolares".
La Generalitat introdujo en su protocolo escolar que todos los alumnos podrían hacerse un test en una farmacia cuando se detectara un positivo en su clase. En total, según las cuentas de la Generalitat, se han realizado cerca de 440.000 pruebas diagnósticas en los centros educativos.
Salud, en todo caso, mantendrá el rastreo en las escuelas de educación especial y entre el profesorado.
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