Un osito y un joven abrazados, en la peana de Antonio López en Barcelona

Un oso de peluche y un joven abrazados, ambos de un rojo intensísimo. Esa es la figura escultórica que ha aparecido por sorpresa este fin de semana en la peana que antes ocupaba el naviero, mecenas y esclavista barcelonés Antonio López y López, primer marqués de Comillas, al final de la Via Laietana de Barcelona, tras ser retirada por el Ayuntamiento en marzo de 2018.

La nueva obra lleva por título Humanitat y su autor es el artista callejero francés James Colomina, que con ella ha querido realizar una acción reivindicativa con motivo del aniversario de la abolición de la esclavitud en España (que se promulgó el 30 de enero de 1837), según ha hecho saber el propio escultor a través de un comunicado.

El Ayuntamiento de Barcelona ha asegurado que la estatua de Colomina se dejará, por el momento, en ese mismo lugar, “como otras muestras de arte efímero que se hacen en la ciudad”, y sin fecha de retirada, informa Efe.

Los bomberos de Barcelona examinaron la nueva escultura y comprobaron que no tiene riesgo de caerse, si bien se ha rodeado de vallas la peana. Esta está ubicada en la antigua plaza de Antonio López, que ya no se denominará así, sino que se partirá y llevará dos nombres. Así, el Consistorio ha iniciado los trámites para que el espacio donde está la escultura pase a llamarse Idrissa Diallo, en memoria del joven inmigrante guineano sin papeles fallecido en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona. Otra parte pasará a denominarse Correos: será la zona más próxima al edificio histórico de este servicio en la capital catalana.

El espacio escogido para la instalación misteriosamente sorpresa de Colomina (Toulouse, 1975) tiene una notabilísima carga simbólica para la ciudad y para la política de memoria del equipo de la alcaldesa Ada Colau: Antonio López fue borrado de la memoria escultórica de los barceloneses en 2018 con una gran fiesta popular a cargo de la compañía Comediants que reunió a un millar de personas. La retirada de su escultura llegó tras un encendido debate popular y político a favor y en contra de la misma.

En realidad, no era la primera vez que la estatua desaparecía de su pedestal, ya que en agosto de 1936, poco después del estallido de la Guerra Civil, fue destruida y fundida.

Réplica en piedra

En 1943, acabada la contienda y en los momentos más duros de la dictadura franquista, la estatua fue sustituida por una réplica en piedra de la figura de Antonio López, obra de Frederic Marés.

Ya en plena democracia, la pieza estuvo siempre en el epicentro de las discusiones sobre la memoria histórica de la ciudad con relación a su patrimonio artístico. Tas una campaña de SOS Racismo y los sindicatos CC OO y UGT, iniciada en 2010, el Ayuntamiento se decidió por su retirada final hace casi cuatro años.