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Un “aquelarre” en el Parlament para reparar la memoria de las brujas

Toda la cámara, salvo PP y Vox , apoya reparar dignificar a las mujeres asesinadas en Cataluña acusadas de brujería entre los siglos XV y XVIII

Parlament dignificar brujas
Un momento de un Pleno del Parlament el pasado mes de octubre.
Àngels Piñol

“Somos las herederas de las brujas, de las envenenadoras y de las curanderas. Hay una evolución: hoy nos llaman feminazis. Hay una conexión entre la caza de brujas y los feminicidios”, ha sostenido Jenn Díaz, diputada de Esquerra. “Queremos que haya una reparación y entender que nos queda tan lejos. Estamos haciendo un aquelarre en el Parlament”. La Cámara ha aprobado hoy con 114 votos a favor, 14 en contra -los de PP y Vox- y seis abstenciones- Ciudadanos- una resolución para reparar la memoria de las brujas asesinadas entre los siglos XV y XVIII en Cataluña, impulsar estudios y emplazar a los Ayuntamientos a revisar su nomenclator y bautizar los nombres de calles con alguno de las de ellas.

La propuesta entronca con la ya aprobada por el Parlamento de Navarra en 2019 o los de Suecia, Escocia y Suiza. La idea persigue reconocer que cientos de mujeres fueron perseguidas y juzgadas en Cataluña por sus propios vecinos en una sociedad impregnada por la “misoginia” sin ninguna garantía. La resolución, firmada por ERC, Junts, la CUP y los comunes, apoya el manifiesto titulado: “No eran brujas, eran mujeres”, promovida por la revista Sapiens. Los cuatro grupos han logrado recabar el apoyo de los socialistas, eso si, con una cierta estirada de orejas porque consideran que el asunto no debía de haber llegado al Pleno.

Susanna Segovia, diputada de los comunes, ha calificado la caza de brujas de “feminicidio” y ha lamentado que el oscuro capítulo desaparece de los libros de historia medieval que estudian los niños. “Hablan del reparto de tierras y de un montón de cosas pero de eso, no. Y esa caza jugó papel fundamental en los mecanismos de control de las mujeres: eran Independientes, curanderas, vivían solas y conocían los sistemas reproductivos”, ha dicho. Y ha citado cómo ejemplo de que faltan aún muchas cosas por cambiar cómo el Instituto de Estudis Catalans define tiene como acepción de bruja a persona que además de persona que ejerce la brujería las de “mujer vieja y fea” o la de “mujer vieja y mala”. No se incluyen esos calificativos con la definición de brujos.

Basha Changue Canalejo, diputada de la CUP, ha definido a las brujas como “resistentes” ante el “capitalismo” y Aurora Madaula, de Junts y secretaria de la mesa del Parlament, ha rechazado que el asunto pueda tacharse de “frívolo”. “Los que lo dicen son los mismos que nunca han condenado el exterminio de una minoría. Las muejres podemos hacer dos cosas a la vez desde hace siglos: debatir sobre eficacia energética. Más del 80% de las personas perseguidas en la caza de brujas eran mujeres”.

Los socialistas han votado a favor pero sí que han subrayado que este tipo de iniciativas “simbólicas” deberían de tratarse en comisión y no elevarse al Pleno. “El 26,2% de los ciudadanos de Cataluña están en riesgo de pobreza. La cara que habrán puesto las personas que van a comedores sociales cuando o que no llegan a final de mes al oír que estamos hablando de estos, ha afirmado la sociaista Gemma Lienas. Nacho Martín Blanco, de Ciudadanos, ha calificado de “surrealista” la iniciativa aunque su grupo de ha abstenido porque no ha encontrado una objeción a su contenido. Más crítico ha sido Vox o el PP. La popular Lorena Roldán lo ha calificado de “falta de respeto” y ha pedido al Parlament que mostrara la misma sensibilidad a favor de “constitucionalistas atacadas” como Inés Arrimadas, Cayetana Álvarez Toledo o las chicas de apoyo a la selección. “No se vayan al siglo XY: tienen mucho trabajo que hacer”, ha zanjado.





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