La Troballa: un escaparate para mostrar que se puede salir de la calle

Velas, libretas, tazas y collares decoran las estanterías de La Troballa, el nuevo espacio que ha inaugurado este miércoles la Fundació Arrels con el objetivo de acercar la realidad de las personas sin hogar a la ciudadanía. Está en la calle Ample, 3, en Ciutat Vella, tocando al Moll de la Fusta. Hace 20 años, la entidad puso en marcha un taller ocupacional para que las personas atendidas pudieran desarrollar sus habilidades, ocupar su tiempo libre y crear una rutina. Pero en él también conversaban y generaban vínculos.

En La Troballa “ponen a prueba sus competencias personales y sienten que forman parte de un grupo”, tal como ha explicado en el acto de inauguración Rocío Alonso, jefa del programa ocupacional de Arrels. La tienda es el resultado de todos estos años de trabajo, con productos elaborados por personas sin hogar y voluntarios en el taller, y es también un lugar que servirá para sensibilizar a través de talleres, charlas y exposiciones.

Desde 2001, cuando se creó el taller, han pasado 483 personas y cada semana trabajan en él 25 usuarios diferentes. El espacio se divide por secciones. Está la mesa de carpintería, la de costura, la de manualidades, la de cerámica y la de encuadernación. Armando trabaja en esta última. Vivió 10 años en la calle y hace poco tuvo que fabricar más de 5.000 tarjeteros en una sola semana. “Arrels me ha dado una vida nueva” ha expresado mientras presumía orgulloso de tener la firma de Leo Messi sobre su escritorio. Camilo está en el taller desde hace dos años, ahora vive en uno de los pisos que le garantiza la entidad y se dedica sobre todo a confeccionar productos artesanales. “Aquí cultivamos las relaciones personales entre nosotros, y que abra la tienda es importante para mí porque es un punto de encuentro”, ha celebrado.

Este año, la Fundació Arrels ha acogido a más de 1.300 personas en su centro abierto y está garantizando alojamiento a 246 personas. El director de la entidad, Ferran Busquets, ha denunciado que “en Cataluña hay una tasa de pobreza del 26%, lo que implica que haya gente con situación de infravivienda”. Tras el reciente incendio que ha acabado con la vida de dos menores y sus padres que malvivían en un local vacío de la Plaza Tetuán de Barcelona, Busquets ha recalcado que “es importante no culpabilizar a estas familias”. “Que no quieran acceder a los servicios temporales de vivienda que se les ofrecen no significa que no quieran nada, significa que lo que ofrecemos no funciona”, ha argumentado.

Camilo ha asegurado que para una persona sin techo es muy complicado dejar el espacio de la calle que lleva ocupando tanto tiempo. “En la calle tienes tu sitio, tu círculo. Si te vas 15 días a un albergue, después te echan y tienes que buscar otro lugar para dormir”. Y empieza la odisea de nuevo.

El taller ocupacional de Arrels ofrece a las personas sin hogar la posibilidad de descubrir qué quieren hacer. “Cada uno puede realizar su itinerario. Pueden venir a ser escuchados, a tomar un café… Si desarrollan sus capacidades a través de los distintos talleres, esto puede derivar en un itinerario laboral o de profesionalización o de formación”, ha aclarado Alonso. Para algunos es un espacio de encuentro pero para otros es el espacio donde florecen estas competencias laborales.

Cati Martí es voluntaria desde hace 3 años y ha destacado que “la estructura es muy horizontal, entras al taller y no distingues quién es una persona atendida y quién es un voluntario”. La tienda es el escaparate de Arrels. Es un espacio para denunciar esta realidad y para poder conectar con los vecinos, para que participen y hagan propuestas, porque solo así, según Busquets “se podrá revertir esta situación tan grave”.