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Una semana sin internet en la Universidad Autónoma de Barcelona: “Es llegar al campus y quedar completamente incomunicado”

La UAB prevé pasar semanas sin sistema informático por un ciberataque y se queja de la poca cobertura móvil en el campus

Jordi Pueyo Busquets
Ciberataque UAB
Estudiantes este viernes en la plaza Cívica de la UAB.CRISTÓBAL CASTRO

”Ya habíamos recuperado cierta normalidad y ahora esto”, lamenta de camino al campus de Bellaterra (Barcelona) en los Ferrocarriles Berta, una estudiante de Pedagogía que, en segundo curso, había empezado a saborear la vida universitaria cotidiana, este viernes ya oficialmente con el 100% de aforo permitido por el Govern. Tras un ciberataque el lunes, la UAB ha pasado de una adaptación total a lo virtual por el coronavirus a una presencialidad desconectada: sin campus virtual ni Wi-Fi y con la poca cobertura móvil que tiene el campus, saturada ahora por un pico de demanda. El rectorado prevé que los efectos del ataque informático se prolonguen durante varias semanas.

Una profesora que manda los PDF por WhatsApp a la delegada de clase, una amiga ansiosa porque tiene examen la semana que viene y no se puede descargar los apuntes y una incertidumbre general dominan la conversación de Berta y sus dos compañeros de trayecto y estudios, Arnau y Emma. “Es llegar al campus y quedar completamente incomunicado”, explica Jana, alumna de primero de Ciencias Políticas de una clase al aire libre en la plaza Cívica. Su compañera, Paula, dice que tiene estudiados algunos puntos de una sala de estudios donde llega el 4G. Ella, además de estudiar, también vive en la Vila y se siente aún más aislada.

“Llevo años haciendo campaña para que pongan una torre de telecomunicaciones móvil en el campus y es muy lento”, explica el comisionado del rector para las TIC, Jordi Hernández, que detalla que a partir del lunes la UAB pondrá en marcha una red Wi-Fi provisional, desconectada de sus servidores internos y solo con acceso a internet. Los técnicos aún están en una fase de evaluación de los daños y, según Hernández, “el entorno virtual de la universidad se tendrá que reconstruir desde cero”. La UAB, que tiene el apoyo de la Agencia de Ciberseguridad de Cataluña para denunciar los hechos, prevé que todo 2022 estará trabajando en mejorar su seguridad. Los piratas informáticos que atacan con ransomware suelen pedir recompensa. No obstante, el comisionado explica que, como institución pública, la UAB no hará ningún pago, además que opina que “que tampoco sería garantía de nada”. La universidad tuvo que desmentir una información aparecida en algunos medios, que aseguraba que los atacantes habían pedido tres millones de euros.

En las aulas de la Facultad de Ciencias Políticas, pese a las mascarillas, las clases se desarrollan a lo tradicional, con más o menos un 50% de estudiantes tomando notas en papel y el resto en ordenador. La vicedegana de Comunicación, Dafne Muntanyola, debate en los pasillos con una compañera sobre cómo se las ingenian para imprimir. Considera que las clases se ven poco afectadas: “Tenemos que copiar los PowerPoint a USB previamente formateados”. Sin embargo, dice que el ataque informático llega en un momento en el que el profesorado arrastra un “cansancio del esfuerzo extremo durante la covid”. Muntanyola apunta a Twitter e Instagram como canales de comunicación alternativos que utilizan profesores para contactar con los alumnos. Este viernes la UAB abrió un canal de Telegram para informar sobre el ciberataque. El rectorado quiere solucionar de forma oficial cómo se hará la entrega de material evaluable.

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Sobre la firma

Jordi Pueyo Busquets
Es periodista en la redacción de Cataluña y escribe sobre economía, innovación y tecnología. Antes de llegar a EL PAÍS, pasó por ACN, TV3, 324.cat, Bloomberg TV y Cadena Ser. Ha dado clases de redacción en inglés en la UPF y de redes sociales en la UOC. Es licenciado en Periodismo, Ingeniería Informática y máster en Innovación y Calidad Televisivas

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