Ada Colau reforzará la limpieza en la calle y el control de plagas

La limpieza en Barcelona marcó este martes buena parte de la comisión de Urbanismo en el Ayuntamiento. La oposición arremetió contra la situación del espacio público, que de forma unánime ven sucio y dejado. Algo que incluso desde el Gobierno municipal reconoció hace unos días la teniente de alcalde Janet Sanz.

Tras la discusión, y también de forma unánime (con los votos del Gobierno de la alcaldesa Ada Colau incluidos), la comisión aceptó una proposición de ERC por la que el ejecutivo se compromete a reforzar con medios humanos y materiales el servicio de limpieza y el control de plagas (de cucarachas o ratas). El texto exige un refuerzo “para conseguir que el espacio público esté en las condiciones de salubridad necesarias”, mejoras en el control de plagas y una “auditoría del mantenimiento del espacio público” e “intervenciones urgentes”.

Después de un verano en el que los grupos municipales han criticado la suciedad en la ciudad, el chaparrón se lo llevó este martes el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia. El escenario más apocalíptico lo pintó la concejal de Junts Francina Vila, que pidió “una ciudad donde podamos pasear tranquilamente sin que las ratas nos muerdan los pies”.

“Por muchas cosas que se hayan hecho no podemos ser autocomplacientes”, afirmó Badia en una respuesta conjunta y añadió: “Nos preocupa, hemos hecho tres planes de refuerzo desde la desescalada”. Enumeró intervenciones en parques, o en Ciutat Vella y aportó datos sobre plagas que indican que la ciudad está a los niveles de 2019 (tras un aumento en 2020 debido a los meses de confinamiento). El concejal se comprometió a habilitar una partida presupuestaria extraordinaria a comienzos del año 2022.

Badia recordó que en mayo de 2022 habrá el relevo en el contrato de la limpieza. Y defendió la actuación de las 400 personas que “hemos visto trabajar tras los botellones o cuando hay fiestas en las playas”. “Si nos acercamos a hablar con ellos igual cambia lo que pensamos: nos cuentan que a veces pasan seis o siete veces por algún punto y no consiguen que esté limpio”, dijo.

10.000 mesas más

En el plano normativo, el protagonismo se lo llevó la aprobación inicial de la modificación de la ordenanza de terrazas que permitirá regular la instalación de sillas y mesas en la calzada. Una medida que se tomó durante la desescalada para apoyar al sector de la restauración y facilitar las distancias, pero que ha supuesto un aumento de 10.000 mesas y 40.000 sillas (sumando aceras y calzada) sobre las que ahora hay que decidir cuántas se quedan. El texto superó el primer trámite con los votos del gobierno, Ciutadans, el PP, Barcelona pel canvi y la concejal no adscrita.

Los grupos de ERC y Junts per Catalunya se abstuvieron y avisaron de que serán exigentes en sus alegaciones. ERC, por ejemplo, exigió un estudio que analice qué impacto tiene la contaminación del tráfico sobre los clientes de las terrazas ubicadas sobre el asfalto. Pese a los votos positivos del resto, todos los partidos anunciaron que presentarán alegaciones.