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TEATRO

Temporada teatral de acento feminista en la Sala Fènix de Barcelona

10 de las 14 obras programadas están dirigidas por mujeres y son de producción local

Isabella Pintani y Felipe Cabezas en la Sala Fènix, ayer.
Isabella Pintani y Felipe Cabezas en la Sala Fènix, ayer.

La Sala Fènix, el pequeño pero muy activo teatro ubicado en el corazón del Raval de Barcelona, reivindica la igualdad de género y la sitúa como uno de los ejes vertebradores de las producciones que conforman el cartel de su nueva temporada, que se inaugura hoy con Tecnócrata, del autor libanés Anthony Kmeid. De un total de 14 obras que programa la sala, 10 están escritas o dirigidas por mujeres y son de producción local, una apuesta de teatro feminista y “de proximidad”.

Entre los espectáculos previstos, la sala estrenará cinco obras, traerá otras dos producciones de fuera de Cataluña y acogerá tres montajes impulsados por el colectivo Teatres de Proximitat.

La programación gira en torno a varios ejes que determinan la voluntad de la sala por reafirmar su apuesta por “el teatro comprometido” y con el objetivo de “crear, compartir y difundir valores artísticos, humanos y sociales”. A partir de temas como la identidad individual y colectiva, el antirracismo, la memoria histórica y la crítica social, además del componente feminista, se ha construido el cartel, con producciones que se van a poder ver desde principios de septiembre hasta finales de abril.

La dona que va cridar tant que es va buidar, de la compañía Les Fugitives, es la primera propuesta feminista de la Fènix. Se trata, según su autora, Maria Ten, de una combinación de monólogos de distintos personajes, en los que se mezclan “la opresión sutil y continua” con “la voz oprimida de los personajes de la obra de Àngel Guimerà”. Ten además protagoniza y dirige esta propuesta que pretende ser “un homenaje a todas aquellas mujeres que luchan por sus sueños”.

En el cartel de la nueva temporada repite Miseria, la coproducción del festival Grec, Suika Producciones y Sala Fénix. La obra, que parte de la falta de empatía humana ante el sufrimiento ajeno, está dirigida por Sergi Pompermayer y escrita por Queralt Riera. Felipe Cabezas, director artístico de la sala, se sube al escenario en solitario para interpretar esta obra sobre el drama que supone la soledad y lo representa a partir de una fuerte crítica social. La artista argentina Mara Ortiz plasma la índole antirracista de la programación con la obra Índia, en la que introduce el concepto “identidad marrón” para referirse a los emigrantes latinoamericanos.

Felipe Cabezas en la Sala Fènix
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El “compromiso social” de la sala también se traduce en la participación de ésta en diferentes proyectos que promueven la inclusión y la igualdad como es el caso de Raval Teen Project, una iniciativa comunitaria que ganó la Beca Ciutat de Barcelona 2020 en la que los adolescentes del barrio barcelonés se sitúan en el centro de la actividad creativa y de investigación.

En cuanto a Tecnócrata, el espectáculo inaugural (hasta el día 19), que dirige y protagoniza Anthony Kmeid, es un drama basado en la dicotomía que se produce entre el “yo real” y el “yo ficticio” en las redes sociales. La obra gira alrededor de la “pornografía de las emociones” que se produce en el mundo digital, así como “la venta barata del ser humano a cambio de likes y aceptación social”.

Vídeo, imagen y movimiento componen la obra del autor afincado en Barcelona, aunque nacido en Chipre tras la huida de su familia del Líbano.



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