Los hospitales catalanes ya buscan espacios alternativos por la presión en las UCI

Los hospitales de Cataluña ya buscan alternativas para dar respuesta a la presión que sufren las UCI por la pandemia del coronavirus. A pesar de la mejora en los datos epidemiológicos, el número de pacientes críticos sigue creciendo día tras día: el hospital Sant Pau de Barcelona ha derivado 10 pacientes al Institut Puigvert, y el hospital de Girona sigue sin realizar operaciones por la tarde para centrar a sus profesionales a la gestión de la covid y liberar camas. Los centros esperan con urgencia la finalización de los cinco nuevos hospitales satélite, prevista para las próximas semanas. La comunidad ya suma 631 pacientes críticos.

Los centros hospitalarios catalanes tienen una misión: buscar camas para los pacientes críticos que día tras día llegan a las plantas UCI. Los hospitales se encuentran en una fase de desprogramación de su actividad quirúrgica urgente para evitar densificar las plantas y ultiman la readaptación de los espacios.

En el hospital Sant Pau de Barcelona, que ayer tenía 36 pacientes en cuidados intensivos, ya se han reducido las operaciones cardiacas. “La situación es claramente peor desde el martes. Las actividades programables y que ocupaban camas han quedado aplazadas”, explica el director médico del centro, Xavier Borràs. “Mantenemos las operaciones oncológicas, pero hemos disminuido las cardiacas”.

Ante la presión en las UCI, la convivencia con la Fundación Puigvert les ha ofrecido una salida. “Les pedimos 10 camas. Si nuestros pacientes están estables al cabo de tres o cuatro días, les pasamos allí”, expone el director. Y la relación médica con el paciente se mantiene. “Somos tan vecinos que nuestros cirujanos van allí. Ellos hacen los TAC, y nosotros realizamos el informe. A pesar del crecimiento de los críticos, el centro descarta tener que rehabilitar el pabellón del Guinardó, cerrado el 5 de mayo, que ya acogió en la primera ola muchos de los pacientes covid. “Esperamos no necesitarlo porque tendremos los cinco módulos específicos nuevos en la ciudad”, añade el director.

En el hospital Can Ruti de Badalona actualmente hay 52 pacientes críticos con covid, y unos 30 de otras patologías. La cifra es muy superior a las camas habilitadas antes de la pandemia: 35. “Estamos en una situación muy complicada”, admite un portavoz. El centro sigue utilizando los espacios internos habilitados en la primera ola para gestionar la presión.

En Vall d’Hebron la situación es algo mejor. El centro ha ganado espacio para las UCI reconvirtiendo las áreas para semicríticos en áreas para críticos. “De momento no hemos tenido que salir fuera”, celebra la doctora Rocío Cebrián, subdirectora asistencial del centro, que espera la inauguración el próximo 14 de febrero de un hospital satélite de gestión propia. “Ganaremos 32 camas más. Es muy importante porque se adapta a las necesidades de renovación de aire”, concreta Cebrián. Si la presión aumentase aún más antes de la inauguración, Vall d’Hebron tiene capacidad de respuesta. “Contamos con un espacio con 24 camas complementarias”.

En Bellvitge la pandemia aceleró las obras de una nueva UCI. Se inauguró el pasado mes de septiembre, y está utilizada mayormente por los pacientes covid. En la recámara cuentan con las camas de la antigua UCI, que permitiría añadir 24 camas a las 90 actuales, según un portavoz del centro. Un tercio de ellas están ocupadas por pacientes covid.

A pesar de la adaptación de los espacios y la ampliación de los recursos, los hospitales coinciden en que sigue faltando algo: “Profesionales”, reclaman todas las fuentes consultadas. “Nos falta personal especializado en las UCI. Y cuando lleguen los nuevos hospitales, ocurrirá lo mismo”, advierten

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