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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lo recordaremos, este planeta

El escritor siciliano Leonardo Sciascia quiso reposar escudado por un epitafio, que escogió con mimo. Reza así en el cementerio de su pueblo natal, Racalmuto: “Lo recordaremos, este planeta”

El escritor siciliano Leonardo Sciascia, en una imagen de 1988.
El escritor siciliano Leonardo Sciascia, en una imagen de 1988.ricardo gutiérrez
Mercè Ibarz

Desconozco si Juan Marsé sabía que compartía aniversario, el mismo día del mismo mes, 8 de enero, con Leonardo Sciascia, el escritor siciliano de quien este mes se cumple el centenario de su nacimiento, en 1921. No sé tampoco si el barcelonés reposa bajo o tras una lápida con epitafio, solo que su recordatorio de funeral rezaba: “Gracias y hasta luego”. Sciascia quiso reposar escudado por un epitafio, que escogió con mimo. Reza así en el cementerio de su pueblo natal, Racalmuto: “Ce ne ricorderemo, di questo pianeta” [”Lo recordaremos, este planeta”]. Pues sí, Sciascia, sí. Ni que lo digas.

Lo que parecía un enigma en 1989, cuando el escritor italiano murió hace treinta y dos años (se cumplirán el 20 de noviembre, otra fecha resonante entre nosotros), lo parece menos hoy. Imagino a sus vecinos de Racamulto y a sus muchos lectores, estudiosos también, visitándole en el cementerio, sorprendidos algunos, ante el último saludo de Sciascia para siempre desde entonces: “Lo recordaremos, este planeta”. Y fabulo que el desconcierto de unos y otros habrá ido siendo menor cada década, incluso cada cinco años, hasta leerlo hoy como una anticipación certera, acerada, finísima.

Autor que jamás se va por las ramas, tampoco construye imágenes sin fundamento. Es escueto y sobrio

El planeta. Vaya, hombre. El virus este de la puñeta, planetario desde hace un año. El asesinato del clima y el paisaje que perpetramos con fruición planetaria y la correspondiente hipocresía convencida de sus derechos. Lo que comemos en cualquier parte del planeta, si es que tenemos la suerte de comer, que no puede decirlo todo el planeta, ni siquiera toda la calle donde vives. Lo que ganamos para sostenernos, que no tengo a mano la cifra de personas del mundo que no pueden en verdad decir ni que se ganen la vida ni que tengan un salario. La suerte que corres por todo el globo si eres mujer y de raza negra y otras razas vilipendiadas en tantos lugares, empezando por la (todavía) potencia mundial de Occidente y de la otra, nada sabemos. Como no quiero dejarme a nadie, cosa muy mal vista, confío en ustedes y cuento con que entre todos sumemos todos los males del mundo, antes de saltar por la ventana.

Y antes de saltar, recuerden que Sciascia lo dejó escrito en futuro: “Lo recordaremos, este planeta”. Hay futuro.

Igual se refiere en su epitafio al más allá, para seguir molestando a unos y a otros, los modernos y los mafiosos

No es que pensara la frase por las buenas y se quedara tan ancho. El autor de Sicilia como metáfora y el caso Moro[disecciones justas y precisas, la primera de la extensión del modelo de la mafia siciliana por todo el planeta y, la segunda, sobre cómo llegó a morir el jefe de gobierno Aldo Moro secuestrado por las Brigadas Rojas] nunca se quedaba tan ancho. Había sido profesor de escuela elemental en su pueblo \[tras la guerra, de 1949 a 1957] y participó arduamente en el debate colectivo en los papeles italianos durante décadas. Quedarse tan fresco no iba en absoluto con el autor de El mar color de vino y Todo modo.

Escritor que jamás se va por las ramas, tampoco construye imágenes sin fundamento. Es escueto y sobrio, descarnado y austero. ¿Qué quiso dejar dicho en piedra para toda la eternidad? A mí me suena a advertencia fúnebre, que recordaremos el planeta como un mal asunto. Pero, aún así, contiene un futuro. El mundo puede terminar como el rosario de la aurora, reventar, darse de morros consigo mismo, lo sabemos, vale. Así pues, ¿quién lo recordará? Y si me apuran, ¿desde dónde recordaremos, los muertos, el planeta?

Sciascia no era un ufólogo precisamente. Libre y anticonformista, lucido y crítico despiadado de su tiempo, fue un ilustrado del siglo XX y también un hombre de acción política. Pasó por casi todas las gradaciones de la izquierda italiana, que es mucha izquierda o así se ha querido ver a sí misma durante décadas hasta llegar a la nada actual: socialismo democrático, marxismo moderado, radicalismo liberal, garantismo (algo específicamente italiano) y socialdemocracia. Herético, pues, lo fue un rato largo. Igual se refería al Más Allá, para seguir molestando a unos y a otros, los modernos y los mafiosos.

Matteo Collura investigó la cosa a fondo y revolvió los papeles familiares hasta dar con un escrito de su puño y letra, que lo cuenta y lo razona. Sciascia ha pensado varios epitafios pero finalmente decide “hacerme escribir en la tumba una cosa menos personal y más amena, esta frase de Villiers d’Isle-Adam precisamente: ‘Lo recordaremos, este planeta’. Y con ella participo en la apuesta de Pascal [sobre la existencia de Dios] y advierto de que una cierta atención esta tierra, esta vida, la merecen”. El futuro pasa por ahí.

Mercè Ibarz es escritora y crítica cultural

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