El temporal vuelve a castigar el Delta de l’Ebre, que exige responsabilidad a la Generalitat y al Gobierno

La borrasca Filomena ha agudizado la herida que mutila al Delta de l’Ebre y ha puesto al descubierto, otra vez, la desprotección que sufre el humedal más grande de Cataluña y segundo de la Península, tras Doñana. La Barra del Trabucador ha quedado arrasada; las salinas de la Trinitat, aisladas; las playas de la Marquesa, Riumar y el Arenal, prácticamente desaparecidas y el mar se ha tragado las puntas del Fangar y de la Banya. El Delta del Ebro languidece y el sello de parque natural con alto valor medioambiental no se traduce en un amparo que le sirva para resguardarse del empuje del mar.

La disputa competencial y el constante cruce de reproches entre la Generalitat y el Ministerio para la Transición Ecológica mantiene paralizadas las acciones de refuerzo de la franja costera que rodea la desembocadura del Ebro y, a cada nueva embestida del oleaje, el mar le gana terreno a la playa y a los arrozales. “En un Estado de derecho normal tendría que haber coordinación y colaboración entre administraciones, sería lo más lógico, pero esta situación de enfrentamiento es incomprensible e insostenible”, denuncia Rafa Sánchez, asesor técnico de la Mesa de Consenso para salvar el Delta. La Mesa agrupa a los municipios del último tramo de la desembocadura, a las comunidades de regantes y a los arroceros, es decir, a todos aquellos colectivos que viven de la riqueza ecológica, turística y agrícola del Delta. “Este territorio cada vez está más angustiado y la paciencia también se acaba”, avisa Sánchez.

Para dejar al descubierto las costuras del Delta de l’Ebre ya no hace falta ni siquiera un temporal descomunal, como cuando, hace un año, el Gloria anegó de agua salada casi 3.000 hectáreas de arrozales. “Esta vez no se trataba de un temporal dramático pero los daños son cuantiosos”, indica Rafa Sánchez.

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, el consejero de Territorio, Damià Calvet, y la titular de Agricultura, Teresa Jordà, acudieron este lunes a una reunión con la Mesa de Consenso en Sant Carles de la Ràpita. Calvet denunció que el Estado se arroga competencias exclusivas en el Delta pero “ni hace, ni deja hacer”. El Ministerio para la Transición Ecológica defiende que, desde el Gloria, las únicas actuaciones para regenerar la zona han corrido de cuenta de la administración estatal. Se refiere a una intervención, realizada antes del verano, para regenerar arenas. Más de 120.000 metros cúbicos de tierra fueron esparcidos en la Barra del Trabucador para darle una anchura de 50 metros que, ahora, el temporal se ha tragado. El Ministerio contesta a la Generalitat exigiendo que presente “un proyecto concreto” donde detalle qué actuaciones propone.

La Mesa de Consenso matiza que “las actuaciones del Ministerio fueron bienvenidas pero resultan insuficientes” y denuncia que “la Generalitat lleva meses hablando de que si tiene o no competencias”. Rafa Sánchez critica que el rifirrafe conduce a la inacción. “El Delta está dentro de la Xarxa 2000 y la responsabilidad de mantener este espacio es de la Generalitat”, abunda.

Nevadas en el interior

Si el Delta de l’Ebre concentró los estragos más severos de Filomena en el litoral, en las comarcas del interior los daños fueron achacables a intensas nevadas. Priorat, Terra Alta y Conca de Barberà aún sufrían este lunes los efectos de acumulaciones de nieve de más de medio metro. En el Priorat, los cortes de luz afectaron a buena parte de la comarca y casi una veintena de escuelas no pudieron reanudar las clases. Según datos del departamento de Educación, más de 53 colegios permanecieron cerrados este lunes en Cataluña, por culpa de los efectos del temporal. Más de 3.100 alumnos se tuvieron que quedar en casa.

Los destrozos que ha provocado el temporal castigan comarcas muy penalizadas por la despoblación y la baja productividad económica. En el Priorat y en la Terra Alta, fuertemente dependientes del vino, habrá que evaluar la afectación del temporal en las viñas. En Falset, la nieve hundió el techo de la fábrica Fermator, una de las principales empresas de la comarca. En la franja que separa las provincias de Tarragona y Lleida, comarcas como las Garrigues, la Conca de Barberà y la Ribera d’Ebre han sufrido destrozos. Las cooperativas agrícolas señalan que más de 35.000 hectáreas de olivos han quedado afectadas.