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Cataluña acelera el plan de vacunación tras el fiasco de la primera semana

Hasta este domingo se ha vacunado a 7.774 personas, el 13% de las dosis recibidas para la semana

Rafael Perea, de 94 años de edad y residente en el Centro de la tercera edad Ballesol de Badalona (Barcelona), recibe la vacuna.
Rafael Perea, de 94 años de edad y residente en el Centro de la tercera edad Ballesol de Badalona (Barcelona), recibe la vacuna.Enric Fontcuberta (EFE)

La vacunación contra el coronavirus en Cataluña no avanza al ritmo esperado y el Govern trata ahora de enmendar el fiasco de la primera semana de campaña, lastrada por errores logísticos y déficits organizativos. El Departamento de Salud ha anunciado este domingo que, a partir de ahora, vacunará todos los días de la semana (incluidos los festivos) para acelerar el suministro de dosis a las residencias de ancianos. “A lo mejor fuimos demasiado optimistas”, asume Carmen Cabezas, responsable del programa de vacunación, que admite problemas para reclutar enfermeras pero confía en recuperar el tiempo perdido.

Hasta este domingo, Cataluña había administrado la vacuna de Pfizer contra la covid-19 a 7.774 personas, apenas el 13% de las que debían recibirla en la primera semana, según las previsiones. La campaña arrancó de forma simbólica el pasado 27 de diciembre: Josefa Pérez, que vive en una residencia de ancianos de L’Hospitalet, se convirtió en la primera persona vacunada en la comunidad. Para el lunes 28 de diciembre estaba prevista la llegada del primero de los lotes que cada semana aterrizarán en el aeropuerto de El Prat con 60.000 dosis de la vacuna. Pero un error de Pfizer en la planta de Bélgica, unido a otros fallos y problemas logísticos —las neveras para transportar las dosis quedaron atrapadas en el túnel de Calais durante el cierre fronterizo con Reino Unido— restaron días a una semana complicada, con la nochevieja de por medio.

La consejera de Salud, Alba Vergés, anunció a mediados de diciembre que alrededor de 500 enfermeras y administrativos, distribuidos en 25 equipos por todo el territorio, empezarían a vacunar a la población de las residencias —ancianos y cuidadores— “en cuanto lleguen las vacunas”. En la práctica, nada ha sido tan sencillo. En un principio, la campaña de vacunación debía comenzar el 4 de enero. Pero se avanzó una semana, lo que provocó problemas, también, para formar los equipos de enfermeras. Los equipos de vacunación no han estado plenamente operativos por las fechas navideñas, y la necesidad de recabar el consentimiento de los familiares de los ancianos en residencias ha retrasado trámites.

Cabezas, responsable de la campaña y subdirectora general de Promoción de la Salud de la Generalitat, ha admitido los contratiempos este domingo en una entrevista en TV-3. “No hay enfermeras en el mercado para poder contratar”, ha dicho Cabezas, lo que “obliga a pagar jornadas complementarias”. A mediados de diciembre, la consejera Vergés presumió en el Parlament de que 2.500 enfermeras acudiesen al llamamiento para vacunar, pese a que solo se necesitaban 500. Sin embargo, el sector tiene una tasa de paro nula, y las enfermeras que vacunan lo hacen como una tarea extraordinaria además de su trabajo. Las dificultades para organizar este personal con sus empleos y los días de descanso han dificultado el inicio de la campaña. El departamento de Salud no aclara cuántas de estas 500 enfermeras están efectivamente vacunando ni cuántas están pendientes de formación.

Cabezas defiende que la Generalitat está sobradamente preparada. Pero asume que hay diversos factores que han trastocado los planes. “Con el avance al 27 de diciembre de la fecha inicial, esto ha puesto una semana extra de presión en el sistema”, justifica.

Salud quiere recuperar parte del tiempo perdido para intentar cumplir, pese a los problemas, con los plazos previstos: según anunció la consejera Vergés, unas 500.000 personas deben haberse vacunado en el primer trimestre del año. Hasta este domingo, solo el 0,1% de la población ha recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer. La Generalitat contaba con tener vacunadas, en dos semanas, a las 104.000 personas que viven y trabajan en las más de 1.400 residencias de ancianos de Cataluña. Salud asegura que ya ha logrado reforzar los equipos de enfermeras y que a partir de ahora vacunarán todos los días de la semana, también los domingos.

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La patronal de las residencias ACRA también asume que los contratiempos han sido un revés. “Vamos un poco lentos, entre los problemas logísticos... Todo eso retrasa unos 15 días. No pasa nada, porque al final... Pero sí es verdad que son días complicados, porque se empiezan a notar los efectos de Navidad: se han aumentado los contagios y nosotros también lo notamos”, ha afirmado su presidenta, Cinta Pascual, en Rac-1.

El Departamento de Salud ya ha enviado a diversas residencias de Cataluña el nuevo calendario de vacunación. Pascual explica que, al constatar el “parón” en el ritmo de vacunaciones, se reunió el pasado 30 de diciembre con los responsables del departamento. Allí, ACRA —que aglutina al 70% de las residencias— pidió un nuevo calendario para organizarse.

Mientras la vacunación avanza al ralentí, los datos epidemiológicos empeoran. Todos los indicadores lo demuestran. El riesgo de rebrote —que mide el potencial de crecimiento del virus— ha aumentado 54 puntos en un solo día y se sitúa en 422. La velocidad de propagación del virus (Rt) alcanza el 1,1. Los más de 1.480 nuevos contagios —con 81 nuevos ingresos en hospitales y 12 pacientes más en las uci— añade presión a la red de hospitales, ya en situación precaria. En las últimas 24 horas, según los datos publicados por Salud, han muerto por coronavirus otras 45 personas.

El Procicat debate más restricciones

El Procicat se reúne este lunes para analizar la situación epidemiológica en Cataluña, que empeora con el transcurrir de las horas. Las fiestas de Navidad empiezan a notarse en la expansión del virus y el órgano no descarta adoptar nuevas medidas, más restrictivas, para frenar la cadena de contagios. La directora general de Protección Civil, Isabel Ferrer, ha asegurado en una entrevista en TV-3 que “las medidas que se puedan tomar están todas sobre la mesa y se tomarán las que la autoridad sanitaria diga que son imprescindibles para poder controlar la pandemia”. El objetivo, ha insistido, es “salvar el máximo número de vidas”, por lo que, si hay que adoptar medidas más drásticas (como el cierre de la restauración), “se hará”. Es probable, ha añadido, que se modifiquen los perímetros del confinamiento, en vigor hasta el 11 de enero.

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