El brote en Tremp desata la alarma en las residencias de mayores
Familiares y trabajadores de residencias critican el sistema de la Generalitat que promueve el traslado de enfermos de covid a centros que han sido medicalizados
El impacto de la pandemia en las residencias está provocando brotes virulentos como el de la residencia Sant Hospital de Tremp, que la semana pasada triplicó los contagios y fue intervenida por la Generalitat. Familiares y sindicatos lamentan que se llegara tarde —ya se han registrado 18 muertos— y que el Govern no vigilara especialmente un centro calificado como “de referencia”, es decir, apto para acoger y tratar a ancianos contagiados de otras residencias de la zona. Precisamente, la estrategia de llevar a ancianos contagiados a residencias sin virus ha sido este miércoles objeto de una protesta en el Parlament por parte de familiares.
La inquietud por la situación de las residencias de personas mayores ha vuelto con la llegada de nuevos brotes. La situación es mejor que en la primera ola, pero empiezan a registrarse episodios puntuales de descontrol y la mortalidad entre los ancianos es mayor que en verano.
El más reciente ha sido el de la residencia Sant Hospital de Tremp, que tiene 113 pacientes contagiados, de un total de 141, y 31 profesionales positivos de una plantilla de 70. Desde que empezó el brote, han muerto 18 usuarios como consecuencia del virus, y cuatro por otras causas. Esta residencia, gestionada por la Fundación Fiella, fue una excepción durante la primera ola de la pandemia de coronavirus y solo tuvo un contagio. No ha tenido la misma suerte con la segunda ola. El centro sufrió la semana pasada un rebrote muy virulento en el que se triplicaron los casos, y llegó a tener más del 80% de los usuarios y los trabajadores contagiados. La residencia se quedó sin plantilla y sin equipo directivo, que tuvo que confinarse al dar positivo por covid-19. El sábado pasado, la Generalitat se vio obligada a intervenir el centro. Fuentes cercanas a la gestión destacan que la situación que se encontró en el centro fue “muy complicada” y que el brote no está controlado.
La virulencia del brote y la situación a la que se llegó contrasta con la especial vigilancia que, sobre el papel, la Generalitat tenía hacia esta residencia. El centro fue catalogado en julio como centro de referencia, y se programaron obras para instalar respiradores de oxígeno. El objetivo era que se pudiese tratar en el mismo centro a usuarios positivos de covid-19, pero también a usuarios de otras residencias de la zona que fuesen contagiados. Este miércoles, ni el departamento de Salud ni la consejera Alba Vergés han podido descartar que, previo al brote, se hubiese trasladado al centro de Tremp a usuarios de otras residencias contagiados. “No me consta”, se ha limitado a decir Vergés.
“Siempre ha sido una residencia bastante opaca en su gestión, al ser de una fundación religiosa. El sindicato, por ejemplo, no ha podido entrar nunca”, explica Helena Motos, responsable del sector de la geriatría en CC OO de Lleida. El sindicato recuerda que parte de la plantilla de la residencia estaba subcontratada mediante una empresa de limpieza. “La Generalitat tiene que investigarlo, ya que se supone que las residencias que han medicalizado son las que tenían la estructura suficiente para sectorizar usuarios contagiados y aceptar pacientes de otros centros”, apunta la sindicalista. “La tendría que haber supervisado de mucho más cerca, porque ahora la cosa está muy mal y todos están buscando personal”, lamenta Motos.
Familiares y trabajadores de residencias de Terrassa y Sant Feliu de Llobregat han protestado este miércoles en el Parlament contra el sistema que promueve el traslado de ancianos con covid-19 a centros libres del virus. El pasado mes de julio, el departamento de Salud ideó un plan para preparar a las residencias y menguar la presión en hospitales, y una de las estrategias era equipar médicamente algunas residencias. Así, se designaron 37 residencias de personas mayores y 12 residencias de personas con discapacidad para que acogiesen a ancianos contagiados y los tratasen con los sistemas de oxígeno.
Por ahora, se han trasladado a estos centros de referencia 877 usuarios, según los datos que maneja el sindicato UGT. Javi Moreno, secretario de Servicios Sociales e Igualdad de este sindicato, considera que es una buena medida, ya que se ha conseguido reducir la mortalidad, y, también mediante los cribajes que ahora se vuelven a hacer cada 15 días, se reducen también los contagios. La consejera Vergés ha defendido en el Parlament este sistema como una “red” de apoyo mutuo que permite que “la cosa no vaya a peor”.
Sin embargo, este sistema se encontrado de frente con los familiares de algunas residencias “de referencia”, que no quieren que sus familiares estén en contacto con ancianos contagiados que vengan de otros centros. “A la que entra un positivo, estás perdido. Es un escándalo que se haya hecho este plan, los ancianos tienen todo el derecho a ser atendidos en hospitales, o sino, en centros que solo se dediquen a usuarios con coronavirus, pero llevarlos a centros sanos es como poner una bomba”, se quejaba hoy la portavoz del colectivo.
Un tercio de las muertes por covid ocurren en geriátricos
La mortalidad ha aumentado en los últimos tiempos entre los ancianos que viven en residencias. Según los datos del departamento de Salud, la semana pasada se registraron 297 fallecidos por coronavirus en Cataluña, 105 de los cuales, en residencias. Desde que empezó la pandemia, han muerto 7.376 ancianos en residencias. La situación en los centros de personas mayores está mucho más controlada que al inicio de la pandemia, pero los centros no son ajenos al repunte de casos que hay fuera. Según los datos de la Generalitat, del total de 1.047 residencias, un 75% están catalogadas como “verdes”, es decir, libres de coronavirus; un 16% son “naranjas”, tienen casos positivos pero están bien sectorizados y aislados, con un control del brote; y un 9% (98 residencias) tienen casos descontrolados de coronavirus. El total de positivos en centros de mayores está entorno al 1,8% de la población en residencias, mientras que durante la primera ola estaba en un 4%. El departamento de Salud retomó a finales del mes pasado los cribajes cada 15 días para detectar asintomáticos.
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