“La Navidad será distinta: tendremos de invitado al virus y habrá que convivir con él”
El Govern avisa de que no habrá una cabalgata de Reyes tradicional y los expertos advierten de que, aunque baje la incidencia, habrá que limitar igualmente los encuentros sociales
Adiós a las Navidades tradicionales. Al menos, este año. La pandemia ha dado un vuelco al mundo y la Navidad no se escapa de esa voltereta. “La Navidad será distinta. Tendremos de invitado al virus y habrá que convivir con él”, zanja Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Barcelona. Todos los expertos consultados inciden en esta idea: las fiestas no serán como siempre. Ni siquiera en el mejor de los escenarios, con la curva epidémica bajo control, se podrá bajar la guardia y habrá que seguir limitando los encuentros sociales. Por lo pronto, el Govern ya ha anunciado que no se celebrará la tradicional cabalgata de Reyes, aunque están estudiando un desfile “alternativo” para sortear potenciales aglomeraciones.
Falta todavía algo más de mes y medio para la Navidad, pero ya acecha la incertidumbre. Con el virus disparado en buena parte de España —y Europa—, confinamientos perimetrales en marcha y fuertes restricciones sociales activadas, la pandemia deja en el aire la celebración de las fiestas de diciembre. Se trata, precisamente, de los eventos que más exponen al virus: largas reuniones familiares, comidas y cenas multitudinarias, aglomeraciones en la calle con actos y cabalgatas. El cóctel perfecto para alentar, pese a las tradicionales medidas de seguridad (mascarilla, distancia de seguridad y lavado de manos), la transmisión del coronavirus.
“Yo no me espero una mejoría de aquí a Navidad. Espero que se puedan congelar las cifras y eso ya me parece ser muy optimista. Pero cuando las cosas mejoren, habrá que seguir siendo conservadores”, sostiene Joaquín López-Contreras, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Sant Pau de Barcelona. Cataluña tiene una incidencia acumulada a 14 días de 818 casos por 100.000 habitantes. Las autoridades sanitarias recomiendan que esta cifra esté por debajo de 50 casos por 100.000 para poder tener controlada la transmisión del virus. “Desde el punto de vista familiar, lo veo muy negro. Reuniones familiares con mucha gente es impensable. Vamos a suponer que baja la curva, cae la presión sobre los hospitales y hay menos gente asintomática, ¿qué haces con tu madre o los abuelos? Siguen siendo una población vulnerable y hay que protegerla”, reflexiona López-Contreras.
Al final, el virus sigue en la comunidad. No se va de vacaciones, insisten los expertos. “A la gente hay que decirle que durante una temporada larga, hasta que llegue la vacuna, nos tocará vivir de otra manera, pensando que vendrán tiempos mejores. Pero ahora estamos sumergidos en un mar y si respiras debajo del agua, te ahogas, así que aguanta”, apunta Juan Pablo Horcajada, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar. Ahora que ha empezado a ralentizarse el ritmo de contagios en Cataluña, el Govern aspira a tener, como máximo, 1.000 contagios diarios —ahora tiene entre 4.000 y 5.000 nuevas infecciones cada día—, pero no saben cuánto tardarán en bajar a estos umbrales que, según ellos mismos reconocen, seguirán siendo muy elevados como para bajar la guardia.
Trilla pide “prudencia” y apunta a una concepción diferente de las fiestas navideñas. “Si llegáramos a Navidad con incidencias bajas, podrían ser unas fiestas no tan negras o tristes como preveían algunas. Quizás podremos hacer una Navidad más familiar y no tan extrafamiliar, celebrar una Navidad no muy florida”, señala el epidemiólogo, en alusión a celebrar las reuniones con burbujas de convivencia o ligeramente ampliadas, pero estables, sin mezclar grandes grupos familiares o de amigos ni encadenar encuentros con personas diferentes.
Donde más influirá la caída de la curva epidémica, no obstante, será en la actividad comercial. Mantener la campaña navideña es una de las prioridades para el sector y también para algunos gobiernos, que están recrudeciendo ahora las medidas restrictivas para bajar la curva y garantizar una temporada de compras sin grandes sobresaltos. “Si mantenemos las medidas de precaución, podremos mantener la campaña”, sostiene Trilla. “Seguirán siendo navidades restrictivas respecto al comercio, tendrán que regular aforos, entradas y salidas y que se haga de forma sensata”, agrega López-Contreras.
Cabalgata “alternativa”
Lo que sí es seguro es que la cabalgata de Reyes como se conoce tiene los días contados. Hay que evitar aglomeraciones y esos desfiles congregan multitudes que generan demasiado riesgo de transmisión del virus. “El formato clásico de cabalgata de ninguna manera sería viable, pero se están trabajando en alternativas”, ha indicado este jueves Sergio Delgado, subdirector general de Programas de Protección Civil.
“Hay líneas rojas evidentes y que seguramente estarán durante mucho tiempo. Una de ellas son las aglomeraciones, que comportan riesgos y hay que evitar. Las cabalgatas en el formato clásico están asociadas a estas aglomeraciones y es una línea roja. Los Reyes vendrán, pero no lo podrán hacer como siempre. De la misma manera que no podremos tener cenas grandes con amigos y familia”, ha apuntado Delgado.
Horcajada, más práctico, señala: “Plantearse como un drama vivir la Navidad como siempre, es un error. Hay que plantearse una Navidad diferente”.
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