Cataluña constata que se ralentiza la velocidad de transmisión del virus

El crecimiento de la curva epidémica en Cataluña se ralentiza. Aunque la comunidad sigue sumando casos —este domingo se han comunicado unas 4.000 nuevas infecciones, aunque no todos pertenecen al día anterior—, el ritmo de contagio es menor. La Rt, que mide a cuántas personas infecta, de media, un positivo, sigue bajando y, si bien llegó a estar la semana pasada en 1,61 —por cada 100 casos se infectaban otros 161— ahora se sitúa en 1,21.

Precisamente, esta reducción en la velocidad de transmisión ha precipitado también una caída en el indicador de riesgo de rebrote, que estima el crecimiento potencial de la epidemia: ahora está en 889 puntos, una cifra todavía muy elevada, pero inferior al récord de 1.018 puntos registrado el 23 de octubre.

Los contagios continúan y el Govern insiste en no bajar la guardia. La incidencia acumulada a 14 días sigue siendo muy alta (770 casos por 100.000 habitantes) y la pandemia vuelve a cebarse con las residencias de ancianos, donde viven uno de los colectivos más vulnerables: en la última semana se han detectado más de un millar de casos y 65 fallecidos en ese entorno. La Generalitat, de hecho, ha intervenido el centro Ítaca Fortuny de Reus tras detectar que 54 de los 69 residentes y 20 trabajadores (casi la mitad de la plantilla) habían dado positivo. El Govern ha matizado que la dirección del centro actuó correctamente, pero la falta de personal precipitó la intervención.

Donde tampoco se aprecia todavía la ralentización del crecimiento de la curva epidémica es en los hospitales. La presión asistencial persiste y, según los datos de la Generalitat, ya hay 2.524 pacientes con covid-19 ingresados, 465 en cuidados intensivos.

Pese al optimismo que supone la ligera caída de la Rt, todavía queda mucho por mejorar y las restricciones sociales, como el confinamiento perimetral de la comunidad (y también por municipios en fin de semana), se mantienen. De hecho, entre la noche del sábado y este domingo por la mañana, los Mossos d’Esquadra levantaron 1.139 actas de sanción, de las cuales 587 se produjeron durante el toque de queda (de 22.00 a 6.00). Según la policía autonómica, el incumplimiento del confinamiento nocturno ha sido el principal motivo de multa. De hecho, también han tenido que cerrar una decena de locales durante el fin de semana por incumplir el horario permitido de apertura.

Con todo, el confinamiento perimetral está logrando lo que perseguía: reducir la movilidad. Comparado con el primer fin de semana de octubre, el tráfico en el área metropolitana de Barcelona ha caído casi un 85% en entradas y salidas.

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