Colau se abre a rebajas fiscales puntuales y a más ayudas a los sectores afectados por la pandemia en 2021
El gobierno municipal saca adelante en solitario la congelación de tasas e impuestos mientras la oposición le pide rebajas
La pandemia del coronavirus ha marcado el pleno ordinario del mes de octubre en el Ayuntamiento de Barcelona. La sesión ha arrancado con un posicionamiento común de todos los partidos para “ir a una” ante la crisis sanitaria y social. Y lo han mantenido hasta que ha llegado la hora de hablar de tasas e impuestos locales: el gobierno las quiere congelar y la oposición pide rebajas para los sectores y familias golpeadas por la pandemia. También se ha calentado el debate cuando comunes y PSC han pedido mejoras y apoyo a la Generalitat. El tono de la discrepancia, con todo, ha sido esta vez contenido, sin decibelios de más ni descalificaciones como en otras ocasiones.
La alcaldesa Ada Colau ha sacado adelante la aprobación inicial de las ordenanzas fiscales de 2021 (que congelan tasas e impuestos) solo con los votos del gobierno. El resto se han abstenido y ciudadanos ha votado en contra. En el turno de las proposiciones, el partido naranja y el PP han insistido en las bajadas y ayudas. Y la concejal de Hacienda, Montserrat Ballarín, se ha abierto a rebajas fiscales puntuales y más ayudas a los sectores afectados por la pandemia en 2021.
Ballarín ha argumentado que 2021 será un año especial, porque habrá recursos de fondos covid de varias administraciones, lo que permitirá hacer alguna rebaja, como pide la oposición: “2021 será un año extraordinario en muchos aspectos, tendremos recursos extraordinarios que se deben traducir en ayudas directas, fondos de rescate a sectores, recursos que puntualmente pueden permitir rebajas fiscales en sectores determinados, no de forma indiscriminada, pero sí en algún momento”. La edil, sin embargo, ha advertido de que el consistorio barcelonés “no lo puede hacer todo solo, el reto es enorme” y “será muy exigente con la Generalitat y el Gobierno [español]”.
Además, ha recordado las bonificaciones ya aplicadas desde la declaración del primer estado de alarma a comercios, restauración, cultura o deporte: la exención de la tasa de terrazas y basuras durante las semanas de cierre, el 75% de descuento para este año y 2021, los descuentos a los chiringuitos de la playa, las cuotas a los quioscos, la posibilidad de aplazar y fraccionar el IBI, o la ampliación de terrazas en carriles de circulación, para lo que se contrató a 73 personas.
Desde Ciudadanos, Luz Guilarte, ha señalado que las ayudas otorgadas hasta la fecha son “insuficientes, anecdóticas para la magnitud de la pandemia” y ha alertado de la posibilidad de que “miles de trabajadores sean despedidos porque las nuevas restricciones serán la estocada final para muchos sectores”. En este sentido ha recordado que el Ayuntamiento de Madrid ha concedido 168 millones en ayudas directas, que serían 80 en proporción en Barcelona, y una rebaja fiscal de 107 millones, además de rebajar el IBI.
El concejal de ERC Jordi Castellana ha lamentado que se hable de ayudas “anecdóticas”: “Pueden ser insuficientes, pero no anecdóticas”. Ferran Mascarell, de Junts per Catalunya, ha pedido que “no se utilice a la Generalitat de pararrayos y se reclame al Estado lo que hay que reclamar”.
El líder del PP en el consistorio, Josep Bou, ha tachado las ayudas de la Generalitat de “insuficientes, ridículas”. “O el Govern ignora la realidad del sector, o las finanzas están peor de lo que pensábamos o se dedican a cosas innecesarias como la Nasa catalana”, ha dicho, y ha pedido rebajas fiscales.
En una situación poco habitual, también el gobierno municipal ha presentado proposiciones. Las dos mirando a la Generalitat: los comunes, un refuerzo para la atención primaria; y el PSC, un plan de choque económico y social. Dos propuestas que han enfrentado al gobierno municipal con los partidos independentistas del Govern. Sobre todo al pedir el plan de choque, defendido por Jaume Collboni y apoyado por Jordi Martí, el concejal de Presupuesto del consistorio.
Martí ha afirmado que el incremento de fondos que tendrá la ciudad, en parte si se aprueban las cuentas del Gobierno español, es “espectacular” y que es necesario “reconocerlo y que también el gobierno de Cataluña apriete para que crezcan todavía más”. “Las transferencias del Estado crecerán un 9%, de 20 a 21 millones, los presupuestos estado crecerán un 29%, la inversión en Cataluña un 48% y en Barcelona más de 1.300 euros, el 50%, la más alta de los últimos años, además de lo que corresponda del fondo de 3.000 millones para las ciudades”.
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