A la normalidad se llega corriendo

Cuando Artur Bossy corre por las calles de Barcelona, no hay forma de atraparlo. Lo suyo son las carreras populares. Ya suma cuatro victorias consecutivas entre la Cursa dels Nassos, Bombers y la Mercè, donde ganó en 2018 y 2019. Este licenciado en derecho de 26 años ha convertido las victorias en Barcelona en algo normal; y mañana por la mañana buscará su tercer trofeo de la Cursa de la Mercè más anormal. La edición de este año está marcada por la reducción de participantes, repartidos en series que se celebran hoy y mañana; y por la posibilidad de correr a distancia mediante un geolocalizador.

Bossy es una de las caras más visibles de la Cursa de la Mercè, uno de los referentes del deporte popular en Barcelona. “La carrera debe ser un escaparate. Si esta edición sale bien, otras entidades se atreverán a organizar más certámenes. Tenemos que dar ejemplo. Es hora de que las carreras populares tengan un punto de inflexión y recuperar la normalidad poco a poco”.

La carrera tiene un recorrido de 10 kilómetros y se disputará por grupos del mismo nivel con un máximo de 375 corredores por serie. “Correr en plena pandemia genera un poco de incertidumbre y el circuito es un poco extraño”, admite Bossy, que durante el confinamiento se compró una cinta para poder entrenar en casa. “Fue duro correr mirando a una pared lila en el aparcamiento de casa durante horas”, bromea. “Y juro que a pesar de vivir en la montaña [Cànoves i Samalús, en el Vallès Oriental] no me salté la cuarentena para entrenar”.

La Cursa de la Mercè será la quinta carrera que disputa Bossy durante la pandemia, todas de nivel profesional. En Barcelona se ahorrará pasar una prueba PCR, un requisito para acceder al resto de competiciones. “¡Son muy desagradables! Pero a partir de la segunda, ya te acostumbras”, bromea.

Mascarilla en la salida

La excepcionalidad de esta edición impide que los favoritos como Bossy compartan recorrido con los demás. Marta Reina, que competirá junto a sus compañeros del Club Esportiu Mossos d’Esquadra, no busca ninguna marca persona. “Me apunté inicialmente al grupo rápido, pero después me cambié de serie”, explica. Una lesión y el confinamiento le impidieron seguir una rutina de entrenamiento como le hubiera gustado. “Cuando empezó el desconfinamiento y se pudo salir a correr fue una liberación”, añade, “y ahora tengo mucha ilusión por competir de nuevo”. Reina entrena unos cinco días a la semana, y no acepta del todo la idea de que todos los trabajadores del cuerpo policial están en forma. “No todo el mundo se cuida”, bromea.

La corredora se pone más seria cuando habla de la pandemia. “No tengo miedo de correr entre la gente”, asegura. “Tenemos que llevar la mascarilla durante la salida [es una de las normas], pero creo que la voy a llevar un rato más, hasta que el grupo se estire bien. Llevar la mascarilla mientras se practica deporte no es un gran problema”.

Las restricciones impiden que participen más de 3.000 corredores en Barcelona. La organización propone realizar la prueba a distancia, a través de una aplicación que solo puede activarse una vez y que parece querer recordar que en plena pandemia, a la normalidad se llega antes corriendo.