Una Diada atípica certifica el cambio de ciclo en el independentismo
La manifestación secesionista y la ofrenda floral a Casanova se celebran bajo las medidas de seguridad por la pandemia
Cataluña celebró este viernes su fiesta, la Diada, con actos de menor formato que las grandes manifestaciones de los últimos años organizadas por la ANC y Òmnium. La pandemia no ha ayudado a sacar a la gente a la calle pero, según los discursos de los líderes de ambas entidades, tampoco ha servido la división entre los partidos secesionistas. “Sit and talk (siéntense y hablen). Estamos hartos de la táctica”, ha pedido la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie durante el acto central organizado por la Assemblea en Barcelona. Junts y ERC, pese a sus llamamientos mutuos a la unidad, continuaron contraponiendo sus proyectos y el independentismo sigue sin pactar el horizonte político catalán.
Al acto central de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en Barcelona, junto a la Delegación de la Agencia Tributaria, no han asistido políticos. Las 137 sillas que se distribuían por los cuatro carriles de la calle de Aragón, para cumplir con la distancia física, estaban ocupados por miembros de la entidad, que se habían registrado por Internet. La Diada no ha sido el baño de masas al que estaban acostumbradas las formaciones independentistas. Según la ANC, participaron 59.500 personas en 131 actos por toda Cataluña.
Los discursos tanto de Paluzie como de Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium, han sido muy duros contra la estrategia de Junts y ERC y han logrado arrancar aplausos en un público poco dinámico. “No más batallas y debates estériles. No os dejéis llevar por los intereses de partido, pensad en todo el país”, ha pedido Mauri. Ambos dirigentes han coincidido en exigir que se fije “ya” un horizonte para lograr la independencia.
“La paciencia de la gente no durará para siempre”, ha advertido Paluzie. La ANC siempre ha sido criticada por los republicanos, que consideran que se decanta por los postulados de Junts. La presidenta de la entidad, sin embargo, no ha ahorrado críticas para ambas formaciones, a las que ve “perdidas”. “Puigdemont y Junqueras, leed cada uno el libro del otro. Reflexionad y hacer una propuesta conjunta. El libro que queremos leer es el que tenga las dos firmas”, añadió.
Esas publicaciones han marcado el inicio del curso político en Cataluña y plasman la diferencia de estrategia. En sus memorias, el expresident huido en Bélgica deja negro sobre blanco muchos reproches contra sus socios en el Govern y también ahonda en su idea de confrontación con el Estado. Los líderes de ERC, por su parte, insisten en la idea de ampliar la base del independentismo, especialmente en el área metropolitana de Barcelona, para forzar la celebración de un referéndum mediante la presión política.
Los dos socios del Govern han participado juntos en la tradicional ofrenda a Rafael Casanova, el líder de la resistencia de la capital catalana en la Guerra de Sucesión en 1714. Esa fue la única imagen de unidad del día. Ya en sus intervenciones propias, el abismo que los divide se volvió a hacer patente. “Ha llegado el momento de hacer de la confrontación inteligente una herramienta para continuar llevando adelante la voluntad del pueblo catalán”, asegura el manifiesto de Junts por la Diada.
ERC, por su parte, insistió en la necesidad de pactar cuál será la respuesta del Govern ante la posible ratificación de la inhabilitación del president. El Tribunal Supremo revisará el recurso de Quim Torra el próximo jueves contra la sentencia por desobediencia. “Queremos emplazar a todos los independentistas a encontrar una salida que invierta en el futuro”, defendió la secretaria general de ERC, Marta Rovira, huida de la justicia en Suiza.
Paluzie defendió las manifestaciones pese al contexto de la pandemia. “El derecho de manifestación no puede ser el único sacrificado y estamos contribuyendo a defenderlo”, dijo. La oposición, por su parte, coincidió en pedir elecciones anticipadas. “Necesitamos un nuevo inicio”, dijo el líder del PSC, Miquel Iceta, en un video que dirigió a la militancia. El portavoz de los comunes, Joan Mena, ha lamentado que la pandemia ha llegado con “el peor Gobierno en el peor momento posible” y pidió un cambio para la “reconstrucción”.
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