Campamentos de verano sin salir del Raval
Entidades, equipamientos y museos se unen para ofrecer actividades locales para los niños hasta septiembre
Actividades de verano más enriquecedoras, seguras y locales que nunca. Esa es la premisa de una treintena de entidades, equipamientos culturales y redes vecinales que se unieron en un grupo de trabajo, impulsado por la Fundación Tot Raval, para ofrecer a los casals de El Raval una oferta educativa de ocio para niños y jóvenes en su mismo barrio, en Barcelona. Con ilusión y mascarillas, los pequeños pueden disfrutar de hasta 35 opciones, en su mayoría gratis, como una búsqueda de un tesoro con una tripulación pirata en el Museo Marítimo, la construcción de mobiliario y juegos gigantes en el centro Impulsem o un taller de fotografía para plasmar las emociones vividas durante el confinamiento, en el Punto Infojove de Paral·lel.
En la Biblioteca Sant Pau Santa Creu, unos siete niños en una sesión de cuentos construyen una mariposa de colores con cartón, pegatinas circulares y recortes de papel. En otro espacio del centro, una docena de jóvenes de la Associació Esportiva Ciutat Vella participa en un taller de robótica donde aprenden lenguaje básico de programación en una tableta con el juego Minecraft. Unas de las monitoras, Nerea Martín, describe que los pequeños tienen que escoger unas instrucciones para que un personaje haga un recorrido. “Deben elegir los códigos para indicar hacia donde tiene que ir”, añade. El gel desinfectante y la división de los críos en grupos reducidos forma parte de la nueva convivencia adaptada a los protocolos sanitarios.
Desde Tot Raval explican que en abril detectaron una “gran inquietud” en las entidades que organizan casals y actividades en el barrio sobre cómo llevarían a cabo sus dinámicas por la pandemia. Por ello, en coordinación con el distrito de Ciutat Vella y la Taula Jove del Raval, hicieron un trabajo comunitario para analizar sus necesidades. “Se han tenido que hacer en condiciones diferentes de las de otros años, con medidas de distanciamiento y dificultades para desplazarse”, destacan. La iniciativa comenzó a finales de junio, cuando muchos campamentos de verano abrieron sus puertas en la capital catalana, y se realizarán hasta septiembre.
A unas calles de la biblioteca, en el Centro de Música y Escena del Raval Xamfrà, los niños aprenden al ritmo de la música. El profesor de audiovisual, Sergi Brió, menciona que en estos meses normalmente no tienen actividades pero que este año, “de forma extraordinaria”, están vinculados con el tejido social del barrio para ampliar la oferta de ocio. Sus propuestas se basan en la enseñanza social a través de melodías. “Normalmente viene gente diversas clases sociales, procedencias. Muchos en dificultades económicas”, apunta. Con percusiones y claves de madera imitan a los sonidos del ballet de El Cascanueces, compuesto por Chaikovski
Los retos del verano
La técnica en ámbito socioeducativo de la Fundación Tot Raval, Mercè Garet, asegura que pensaron en unas opciones para todos tipos de edades, desde los 3 años hasta mayores de 18. En total, estiman que unos 1.200 niños y jóvenes participarán en las dinámicas, de acuerdo con datos facilitados por la entidad. Mercè remarca que una de las razones por las que impulsaron este grupo de trabajo fue por la preocupación de los campamentos de verano para realizar actividades fuera de la ciudad. “Este año se decía que tenía que haber una reducción de capacidad de los vehículos de alquiler. En vez de coger un autobús tenían que poner cuatro y estos no tienen esa posibilidad”, apunta. Otro aspecto fue el reparto de los espacios disponibles para que no se pisaran los talones entre ellos. “Por suerte este barrio tiene mucha riqueza cultural, de tejido asociativo y educativo”, concluye.
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