El bus turístico se reinventa para el público local
Un recorrido por el vehículo panorámico que busca atraer a los barceloneses a redescubrir su ciudad
La parada del bus turístico de Barcelona espera a los visitantes a los pies de la estatua de Colón. En la cola hay solo algunos extranjeros, a diferencia de veranos pasados, cuando casi todos en la fila lo eran. La pandemia ha vaciado de viajeros las zonas más emblemáticas de la capital catalana, al igual que los recorridos de estos vehículos. Los que aguardan son, en muchos casos, residentes de la ciudad. Gente que ha sido seducida por una ruta que busca atraer a un público local para que se reencuentre con sus barrios y monumentos. Dos horas de viaje con cubrebocas y medidas sanitarias para conocer la historia, anécdotas y curiosidades de Barcelona.
El bus lleva a la gente por muchos rincones de la capital. Desde la plaza de Glòries, pasando por la Pedrera, hasta el Anillo Olímpico de Montjuïc, antes de volver al punto de salida.
A diferencia de los trayectos normales, es un recorrido que no tiene paradas. Pilar Serra, de 63 años, vive en el distrito de Horta-Guinardó. Comenta que decidió subirse porque piensa que la experiencia es una “oportunidad para redescubrir” su propia ciudad. “Es un servicio que sabes que está, pero que como barcelonés no puedes acceder normalmente cuando hay mucho turismo”, opina.
Operado por Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), en asociación con Turismo de Barcelona, solo se puede coger en tres horarios diarios de viernes a domingo por las tardes, hasta el 30 de agosto próximo. Las entradas tienen un coste de 10 euros para los adultos y de cinco euros para niños de entre 4 y 12 años. Además, los empleados realizan las explicaciones en vivo en catalán y castellano. Hasta el fin de semana pasado, según cifras de TMB, ha acogido a más de 2.300 visitantes.
El guía Daniel Pifarré destaca que, a diferencia de los trayectos habituales (que actualmente no están operativos), este viaje está pensado para locales que llevaban años pensando en subirse, pero que no lo hacían por el precio o la presencia de turistas. “El Ayuntamiento ha ideado un guion centrado en hablar de los barrios. También, nos han remarcado que hablemos de los mercados”, menciona. Pifarré asegura que los dos últimos horarios ofrecidos suelen estar llenos de vecinos.
Al pasar frente a la Sagrada Familia, muchas de las personas sacan sus móviles para tomar fotografías. Ningún otro edificio roba tantas miradas como la obra de Antoni Gaudí. Antes de que acabe el trayecto, Ana Romero detalla que se enteró de la ruta por su madre. “Como no salimos en verano por lo de la covid-19, pues nos pareció bien hacer algo aquí”, describe la joven, de 19 años. Al mismo tiempo que Romero baja del vehículo con una amiga, unos 50 visitantes ya esperan para entrar al bus. Es su turno de redescubrir su propia ciudad vacía de turistas tras los meses del confinamiento.
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