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El cierre de comercios marca el fin del confinamiento en Lleida

El sector advierte que el 40% de los negocios podrían cerrar en esta crisis

Alfonso L. Congostrina
Terraza en un bar de la Seu Vella de Lleida
Terraza en un bar de la Seu Vella de Lleida.Javi Martín

La comarca leridana del Segrià, después de haber sufrido el mayor confinamiento de toda España como consecuencia de rebrotes en el contagio del coronavirus, comenzó el pasado jueves el proceso de desescalada. La apertura no admite grandes ligerezas, y en el caso de bares y restaurante no se permite el consumo dentro de los establecimientos y solo es posible en terrazas —al 50% de la ocupación— y hasta medianoche. Una alternativa no demasiado bien vista por la clientela de una zona que ayer alcanzó los 40 grados de temperatura. Por otro lado, el comercio no va bien y las franquicias de marcas comienzan a cerrar.

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La voz de alarma ha saltado esta misma semana. Franquicias asentadas en la ciudad han empezado a bajar las persianas. Un claro ejemplo es Massimo Dutti o el comercio de la cadena Casa Viva, ambos en la calle Mayor, que ya no volverán a abrir. El sector teme que sea una fuga en cadena en una crisis que solo no ha hecho más que empezar.

“El confinamiento se levantó la tarde del jueves y se ha empezado a notar en el ambiente”, admite Montse Bonet, dependienta de la tienda de moda Colonial en la plaza Sant Joan. ”Se está vendiendo, lo que no sé es si la gente está comprando para marcharse fuera de Lleida lo que queda de verano o para seguir aquí. Lo más preocupante de todo es que hay tiendas que han cerrado”.

El sector teme que el segundo confinamiento haya herido de muerte al comercio. “Entre el 30% y el 40% de los negocios es muy posible que no resistan esta crisis y acaben cerrando, Estamos hablando de una zona con no más de 2.500 comercios”, lamenta Josep Ramon París, secretario General de la Cámara de Comercio de Lleida. París admite que la cascada de anulaciones turísticas que hubo tras el confinamiento perimetral se recuperaran pronto. “Lo que sí podemos dar por perdido es la temporada de rebajas. Muchos vecinos a la que se ha podido salir de la ciudad han optado por abandonar el municipio rumbo a las segundas residencias de la Costa Daurada. Esta acción complicará, todavía más, la subsistencia de algunos comercios. Hay empresarios que han decidido adelantar sus jubilaciones, pero lo que realmente nos preocupa es la desertización del Eix Comercial (la calle Major). Se ha ido Massimo Dutti y otros comercios que eran motores dinamizadores de la zona. Tememos que arrastren a otros negocios”, admite París.

Si el futuro de los comercios es incierto, el de la hostelería no es nada optimista. Daniel Consuegra es el propietario de tres restaurantes, una peluquería, una constructora y más de un centenar de plazas de parquin en Lleida. Se define como empresario y la situación en la capital del Segrià le ha “obligado” a crear la plataforma Nueva Unidad Ciudadana (NUC). “Durante el Estado de Alarma tuvimos que cerrar. De hecho, yo había inaugurado un bufet libre 15 días antes y no lo he podido reabrir. Tuve que pedir un crédito y solicitar ERTE para mis 20 trabajadores. Fui el primero en Lleida en hacer reparto a domicilio para intentar levantar mis negocios. Cuando empezó la desescalada, los que teníamos terraza —solo la tengo en uno de los restaurantes— pudimos empezar a facturar. La gente tenía ganas de salir. En julio, la Generalitat se inventó el confinamiento perimetral de la ciudad y nos mató”, lamenta Consuegra. Varios empresarios se unieron a la plataforma NUC. Una de las acciones que han protagonizado en los últimos días ha sido la de romper platos, como protesta, ante el Ayuntamiento.

“Nos han confinado sin ERTE y sin ayudas. Nos han hundido y no tienen ningún plan. El Ayuntamiento no ha hecho nada por nosotros y la Generalitat lo que está intentando es utilizar Lleida como cabeza de turco porque somos la demarcación más débil. Somos el experimento que necesitan para que Torra pueda decir que estamos muy mal”, lamenta. Consuegra puede abrir las terrazas de sus establecimientos desde el lunes</CW>. Solo uno dispone de ella, y tiene que habilitarla al 50% y servir hasta medianoche. “Torra es el único médico que sabe que a partir de las 00.00 de la noche el virus es todavía más virulento y me obligan a cerrar. Durante el día no hay clientes porque hace calor y por la noche, cuando empieza a hacer un poco de fresca, tengo que cerrar. Mi dinero está en manos de unas supuestas bases científicas que nos están arruinando”, lamenta.

En la misma línea, Ramon Solsona, secretario general de la Federación de la Hostelería de Lleida, suplica: “Solo le pido a las administraciones que nos dejen morir dignamente. Que no nos engañen, que nos den ayudas a los autónomos y ERTE porque estamos ante el peor reto como empresarios. Puede que desaparezcamos entre el 25% y el 40% de los bares, restaurantes y hoteles de la zona”.


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