La Guardia Civil confisca un cocodrilo que decoraba un restaurante de Cambrils
Ninguna documentación acredita el origen del animal, que estaba disecado y colgado de una pared
La unidad de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha confiscado un ejemplar de cocodrilo cubano que lucía como elemento decorativo en el restaurante del Parc Samà de Cambrils, un jardín de 14 hectáreas al aire libre donde se expone una variedad de especies naturales y distintos tipos de fauna animal. El reptil estaba colgado de una de las paredes del restaurante y era presentado como uno de los reclamos del recinto, que ofrecía la posibilidad de "contemplar un magnífico ejemplar de cocodrilo que vivió en el parque desde su fundación y se ha conservado hasta nuestros días".
La Guardia Civil de Tarragona procedió a la intervención del cocodrilo, que había sido naturalizado por taxidermia, tras descubrir que no consta "ningún tipo de documentación" que amparase la situación legal del animal. Ni los dueños de la instalación, ni la veterinaria encargada de supervisar el núcleo zoológico aportaron información que pudiera corroborar el origen del cocodrilo, más allá de apuntar que el ejemplar estuvo en el parque desde su fundación y luego se ha conservado disecado. El Seprona procedió a levantar denuncia contra los responsables del recinto por la comisión de varias infracciones en materia de contrabando.
El cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer) es una especie protegida de reptil, en peligro de extinción. La Guardia Civil informa que la incautación del animal deriva de sus competencias por "erradicar la importación, exportación, comercio, tenencia o circulación de especies en peligro de extinción".
El Parque Samà (fundado por quien fuera alcalde de Barcelona, el marqués Salvador Samà) se promociona como un vistoso jardín botánico, donde se puede contemplar flora silvestre y donde conviven aves, ciervos y tortugas. Había albergado diferentes colecciones de animales exóticos, entre las que destacaron las aves traídas de Centroamérica. El parque defiende que el bienestar animal es “la absoluta prioridad”.
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