La fuerza de ‘Turandot’ para dejar atrás al coronavirus

Las últimas palabras que Calaf entona en el aria Nessum Dorma, de la ópera Turandot, suenan a todo un reto. El célebre y emocionante “Vincerò, vincerò” es un canto a la esperanza y es el que ha escogido la Orquesta y el Coro del Liceo como himno musical frente a la pandemia del coronavirus. Exactamente 142 artistas del teatro -86 de la orquesta y 53 del coro- han grabado un vídeo con el lema Hora de vencer en el momento en que se inician las fases de desconfinamiento tras siete semanas desde que se decretó el estado de alarma. Una iniciativa que quiere agradecer el esfuerzo de todo el sector sanitario y acompañar a enfermos y familias. Y un canto de esperanza, también, para el resurgimiento de Barcelona -desierta en las imágenes del vídeo- y para el propio teatro, cerrado a cal y canto desde el 13 de marzo.

Se trata de un vídeo multipantalla en el que se suceden las apariciones de músicos y cantantes del coro desde sus casas, intercaladas con imágenes de una Barcelona desconocida: vacía. “Fue una grabación compleja, con sesiones de teléfono de 12 horas durante una semana”, explica Igor Cortadellas, director creativo, que buscaba que la luz fuera un elemento que definiera esa esperanza a la que alude el aria. “Ha sido todo un experimento y llamamos uno por uno a todos los artistas”, añade. El maestro Josep Pons y la directora del coro, Conxita Garcia, dirigen el himno musical, que tiene como protagonista al tenor Jorge de León, quien ha cambiado el galáctico escenario del Turandot que abrió esta temporada del Liceo -junto con Iréne Theorin- por las estancias de su domicilio.

“También ha sido complejo equilibrar un audio de grabaciones hechas en casa que no tienen las mismas condiciones que el escenario, sobre todo en los momentos musicales más épicos”, añade Cortadellas. El Nessum Dorma de Turandot, una de las obras más populares de Puccini, es un canto a la esperanza en la historia de la ópera y también lo es para el propio Liceo. Fue la obra con la que reabrió el teatro el 7 de octubre de 1999, tras la reconstrucción por el incendio de 1994. Y fue Turandot, también, la ópera elegida para celebrar el 20 aniversario de la reapertura, el pasado mes de octubre con un montaje futurista de Franc Aleu.

El Nessun Dorma del vídeo acaba con La Rambla atestada de gente, una imagen de esperanza, de vuelta a la actividad. Un reiniciar que el Liceo todavía no sabe cómo encarar. Los artistas han trabajado y ensayado en sus casas desde el inicio de la crisis y el teatro ha programado en su web varias óperas y espectáculos para los más pequeños. Ahora, tras conocerse las previsiones de las fases de la reactivación, el Liceo quiere empezar con “prudencia” el camino del retorno a la actividad cultural, según precisan fuentes del teatro, que añaden que tienen que “analizar” la forma de intentar adaptarse.

Desde marzo se ha cancelado toda actividad y de cara a los títulos del resto de la temporada de ópera solo restan dos: una es Carmen, de Bizet, en una producción del Liceo conjunta con el teatro de La Fenice y con Calixto Bieito como director artístico, que tiene funciones programadas para junio; el último título es Il Barbiere di Siviglia, de Rossini, desde el 21 de julio al 2 de agosto. La adaptación de los espectáculos de ópera, más allá de reducir el aforo, tiene otras variables importantes, como el tipo de espectáculo en sí mismo, que implica a muchos artistas. Muchos de ellos, además, vienen de otros países, por lo que la cuestión de la apertura de fronteras y la conexión aérea es esencial.