Una residencia en la zona más castigada por el virus en Cataluña suma 27 muertos

Para las residencias de ancianos, el virus es una amenaza. Para las residencias que, además, están en la zona más castigada por la enfermedad en Cataluña, es un embate terrible. El centro para mayores de la cadena Amavir en Vilanova del Camí, (Barcelona) uno de los municipios que hasta este domingo sufrían el confinamiento perimetral ordenado por la Generalitat, acumula 27 muertos en poco más de tres semanas. Uno cada día. El ritmo de fallecimientos ha crecido en los últimos días entre las críticas de los trabajadores y las protestas del Ayuntamiento, que amenaza a llevar a sus responsables ante la Fiscalía por negligencia en la gestión.

La falta de test impide saber con precisión cuántos de esos fallecidos lo son por coronavirus, aunque fuentes de la empresa dan por hecho que se trata de la mayoría. Solo se practicaron las pruebas a dos de los ancianos: uno murió en el hospital; el otro, en la residencia. “Somos cuidadores, pero no sanitarios. No nos están dejando derivar usuarios al hospital”, lamenta un portavoz de la empresa mientras la alcaldesa de la localidad, Noemí Trucharte, critica la falta de transparencia de los gestores. La tarde de este lunes, las dos partes celebran una reunión para afrontar la crisis junto a la doctora de referencia del centro, del CAP Anoia.

Las voces de alarma sobre lo que ocurría dentro de la residencia de Amavir -unas instalaciones a las afueras del municipio donde en marzo vivían 150 ancianos- llegaron a principios de abril ante el aumento de casos. Los empleados dibujaron a la alcaldesa un panorama crítico, con falta de materiales de protección y un 25% de la plantilla (de 98 trabajadores) de baja o en aislamiento por síntomas de coronavirus. El portavoz de la empresa replica que se han hecho nuevas contrataciones para cubrir las bajas y asegura que se han seguido “todas las indicaciones sanitarias” para contener los casos. Según el Consistorio, ya han llegado los test a la residencia para hacer las pruebas a los ancianos.

El Consistorio reprocha al centro que, según las trabajadoras, el aislamiento de los enfermos no se está haciendo de forma adecuada y que los empleados están “bajo mínimos”. La alcaldesa Trucharte lamenta, además, que no haya aceptado la ayuda del Ayuntamiento para desinfectar las instalaciones. La empresa lo niega y dice que ya había contratado, para este mismo lunes, una limpieza en profundidad y que por eso rechazó la asistencia que se le hizo llegar a través de los Bomberos y que iba a producirse el martes. “No tenía sentido desinfectar dos días seguidos”, argumenta un portavoz.

Con unos 12.000 habitantes, Vilanova del Camí es uno de los cuatro municipios de la Conca d’Òdena que han sufrido un confinamiento de su perímetro por los Mossos d’Esquadra. En esta zona la prevalencia del virus es más alta que en otros lugares de Cataluña, lo que puede ayudar a entender la elevada cifra de fallecidos. El contador se puso en marcha el 15 de marzo, cuando una mujer se rompió el fémur y fue trasladada al hospital. Allí dio positivo por coronavirus.

Desde entonces, la cifra de fallecidos ha registrado un aumento sostenido que se ha intensificado en los últimos días. Entre el 15 y el 31 de marzo murieron en la residencia 18 personas (1,05 por día). En los seis primeros días de abril han fallecido otros nueve ancianos (1,5). Un portavoz de la empresa admite que, desde principios de mes, hay “un pico de mortalidad”. Pero insiste en que se siguen las medidas: los ancianos están en sus habitaciones y los casos sospechosos están aislados.

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