El Govern cifra en 362 los ancianos fallecidos en residencias por el coronavirus

La situación de emergencia que viven las residencias catalanas donde ha entrado el coronavirus ha obligado al departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, que desempeña las competencias en este ámbito, a dar explicaciones este miércoles en una rueda de prensa telemática. Según ha detallado el secretario de Asuntos Sociales y Familia de la Generalitat, Francesc Iglesias, la epidemia ha causado la muerte, hasta este martes, de 362 ancianos. De las 1.073 residencias que hay en Cataluña, en 158 hay personas que han dado positivo al test de coronavirus (que ascienden a 830 personas en total) y 317 centros (el 30% del total) tienen al menos algún caso con sintomatología compatible con el virus. 189 residentes están hospitalizados.

Desde el inicio de la epidemia en España, las residencias han sido un foco de preocupación por el rápido avance del virus, por la elevada tasa de mortalidad entre las personas de edad avanzada, y por la falta de personal y de equipos de protección individual suficientes en la mayoría de los centros. Los datos aportados ayer por el departamento de Asuntos Sociales dan cuenta de esta situación: además del número de ancianos fallecidos y contagiados, 3.184 trabajadores están aislados o tienen sintomatología, de un total de 75.000 trabajadores en este sector.

Iglesias ha recordado que los datos de fallecidos que ha aportado el departamento no son exactos, ya que no se puede confirmar que todos hayan sido a causa del coronavirus, a falta de las comprobaciones posteriores que deben hacer los servicios funerarios. Además, los datos de contagios tampoco son exactos, ya que no en todos los centros se han realizado los test suficientes. Por ese motivo el secretario ha aportado el dato de las personas con sintomatología compatible con covid-19.

Ante esta situación, el departamento ha tomado varias medidas. La primera fue comprar, por valor de 1,7 millones de euros, 550.000 equipos de protección individual. Estos equipos (mascarillas, guantes, batas y gafas protectoras) ya han llegado a los centros, y el Govern espera que lleguen más entregas en los próximos días. “Estamos trabajando para que este ya no sea el problema fundamental. Está en vías de solucionarse”, ha explicado el secretario. La falta de equipos de protección propició el contagio de trabajadores y las bajas han estresado las plantillas. Iglesias también ha hecho un llamamiento “a todos los profesionales que puedan trabajar en la cura de las personas mayores, porque este es el principal problema que hay ahora mismo, las bajas en las plantillas”.

La segunda medida importante que ha anunciado Iglesias es el traslado de ancianos con coronavirus que residían en centros demasiado pequeños para un aislamiento correcto, y que entre este miércoles y los próximos días serán trasladados a clínicas de mutuas laborales. Concretamente, se han abierto 123 plazas en las clínicas de Fremap y Copèrnic. En un principio el departamento había anunciado que sería en hoteles medicalizados, pero el traslado es está haciendo finalmente en estos centros, mientras que hoteles y albergues serán usados para personas con discapacidad intelectual. Por lo que respecta a las desinfecciones, se han llevado a cabo 168 actuaciones, de las cuales 103 han sido realizadas por los servicios propios de la Generalitat, 17 han ido a cargo de la Unidad Militar de Emergencias, y el resto las han asumido los entes locales. “No rechazaremos ninguna actuación de la UME, tenemos que usar todo lo que esté a nuestro alcance”, ha dicho Iglesias.

La Generalitat ya ha intervenido dos residencias privadas (una en Valls y otra en Sant Adrià de Besòs) por la incapacidad de gestión de la dirección, y el secretario no descartó que se pueda usar este mecanismo en otros casos, como por ejemplo en la residencia Prat de Tona (Osona), donde la dirección ha pedido ayuda y el departamento ha enviado una inspección para estudiar como proceder. Otro de los centros donde ha entrado el virus con fuerza es la residencia Santa María del Tura de Olot (Garrotxa). Un total de 17 ancianos han fallecido desde el inicio de la epidemia en este centro, otros cuatro han dado positivo y uno ha sido dado de alta del Hospital de Olot. Esta residencia, una de la siete que hay en la capital de la Garrotxa, contaba al inicio de esta crisis sanitaria con 113 residentes y pertenece al Institut de les Religioses de Sant Josep de Girona. El Ayuntamiento y el Departamento de Asuntos Sociales siguen diariamente sus necesidades y evolución, aunque Iglesias no dio detalles sobre las medidas que se están llevando a cabo en este centro.

La dirección ha informado que la semana pasada recibieron equipos de protección individual (EPIs), y esta semana han empezado a reincorporarse profesionales que hasta ahora se encontraban en aislamiento tras haber dado positivo. Han incorporado diez personas de refuerzo en las áreas asistencial y de limpieza y siguen buscando más personal en previsión de posibles bajas. Gracias a que disponen de unas grandes instalaciones, cada residente esta “aislado” en una habitación, -algunos de dos en dos- y es el personal quien entra en cada habitación, con las medidas de seguridad adecuadas y cambiándose el equipo necesario cada vez que se cambia de habitación. Además un equipo de profesionales llama a diario a las familias para informar del estado de los residentes.