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Las mareas blancas vuelven a manifestarse a favor de la sanidad pública en Andalucía

Usuarios y profesionales denuncian que desde hace siete meses el colapso en la atención primaria no ha disminuido, se ha aprobado un concierto millonario con la privada y no se ha cumplido el pacto con los sindicatos

Cierre del centro de salud Candelaria, en Sevilla, tras la aparición de grietas en el edificio.
Cierre del centro de salud Candelaria, en Sevilla, tras la aparición de grietas en el edificio.PACO PUENTES
Eva Saiz

“Esto no se puede consentir, estamos yendo a peor y por eso mañana vamos a salir a la calle”. Mari Carmen Priego es una vecina del barrio sevillano de Pino Montano que ha aprovechado que se ha desvelado a las tres de la mañana para meterse en la aplicación del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y encontrar un hueco libre para poder ser atendida por su médico de cabecera. “Si no llego a estar despierta de madrugada, me hubiera tenido que esperar hasta dentro de dos semanas, para entonces lo que me duele ahora o se me ha pasado o se me ha agravado”, explica. Ella es portavoz de la asociación Barrios Hartos y ha estado presente en las dos manifestaciones impulsadas por Mareas Blancas para alertar contra el deterioro de la sanidad pública en Andalucía. La última fue el pasado 25 de marzo. Desde entonces se han sucedido huelgas en atención primaria y un acuerdo previo a las elecciones municipales para su mejora, pero nada ha mejorado. Al contrario: los sindicatos que firmaron ese pacto denuncian que no se ha cumplido prácticamente nada, las listas de espera no se han reducido —aunque la administración no las actualiza desde junio de 2022― y para paliarlas, la Junta de Andalucía ha anunciado un concierto de 734 millones de euros con la sanidad privada.

“La situación es insostenible”, explica Sebastián Martín Recio, portavoz de las Mareas Blancas, que este sábado se manifestarán en todas las capitales de provincia andaluzas bajo el lema: Nos roban la sanidad, nos quitan la vida. “El Gobierno andaluz continúa descapitalizando en favor de la sanidad privada, mientras la ciudadanía sufre demoras en consultas, listas de espera interminables, retrasos en el diagnóstico de enfermedades, y los profesionales sanitarios se sienten maltratados y precarizados. El trato que se está dando a la gestión de la sanidad es miope”, señala.

En los siete meses que han pasado desde la última manifestación, la presión sobre el Gobierno que dirige el popular Juan Manuel Moreno en materia sanitaria no ha dejado de subir. En abril, días después de las marchas multitudinarias, comenzaron las huelgas en atención primaria convocadas por el Sindicato Médico Andaluz, que representa a más del 90% de estos profesionales en la comunidad, que reclamaban que se cumpliera el pacto que cerraron con la consejería a comienzos de años para la reducción de la agenda hasta los 35 pacientes por día para los médicos y 25 pacientes diarios para los pediatras y una consulta asistencial, un acuerdo que la Junta nunca ejecutó. Estos paros se sucedieron en paralelo a las negociaciones para un gran pacto por ese servicio que se suscribió la misma semana de las elecciones municipales con todos los sindicatos, salvo el SMA que se desmarcó, y que incluía la renuncia por parte de la Junta de la polémica orden de tarificación que abría las puertas a concertar la atención primaria.

“Cinco meses después de los 20 puntos del acuerdo solo se ha cumplido uno: el pago de 150 euros más en los puestos de difícil cobertura. De la eliminación de la privatización de la atención primaria o del uso de instalaciones del SAS por médicos privados no sabemos nada”, denuncia Antonio Macías, secretario general de Salud de UGT Andalucía. “Para los usuarios la situación es terrible, pero en el ámbito profesional no hay nada que se esté haciendo bien”, explica. Macías apunta las bolsas de médicos que llevan dos años sin actualizarse debido a un problema en el desarrollo de un programa informático y a falta de personal destinado a trabajar en la modificación del sistema, según justifica la Consejería de Salud. “Con esta parálisis los profesionales no pueden actualizar sus méritos y los nuevos no pueden acceder”. El sindicalista también llama la atención al avance sobre los nuevos presupuestos que les ha presentado la Junta en el que se incluye “el crecimiento” de 5.101 puestos en el SAS, de los que 4.848 efectivos son de consolidación de personal en la plantilla. “No es un incremento, porque lo que se hace es contratar 4.800 médicos de los 12.000 eventuales que ya están trabajando, el resto se va a ir a casa y no podrá acreditar sus méritos en la bolsa de trabajo”, advierte.

“Siguen achicharrando vocaciones”, se lamenta desde Granada Marta García Ceballos, médico de atención primaria. “Se nos dice que tenemos el mayor presupuesto de la historia, pero en junio ya se había agotado y eso ha supuesto un recorte drástico en las contrataciones. El verano ha sido desastroso, pero es que el otoño no está siendo mejor”, afirma. “La presión social ha provocado que la Junta renuncie a la privatización de la atención primaria y, en el caso de Granada, a que no se cierre el centro de infecciones de transmisión sexual, pero las listas de espera se han incrementado en atención hospitalaria, quirúrgica y en atención primaria están entre siete días o dos semanas”, sostiene.

Más de un millón de personas en lista de espera

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La Junta de Andalucía lleva sin poner al día las listas de espera desde junio de 2022 debido, de nuevo, a un problema informático. El Gobierno andaluz sí ha mandado los datos actualizados al Ministerio de Sanidad y está esperando a que los publique para incluirlos en la página web del SAS. La Consejería de Salud reconoce el incremento, aunque no lo cuantifica, y es en tratar de paliarlo en donde justifica el nuevo concierto con la sanidad privada de 734 millones de euros.

“Eso solo evidencia la pésima gestión por parte del Gobierno andaluz”, señala Luis González, responsable de Sanidad de CC OO en Andalucía. González alude al último informe elaborado por su organización sindical sobre la situación de las listas de espera en la comunidad, elaborado con los datos del Ministerio de Sanidad de 2022, ante la falta de información oficial actualizada de la Junta. En él se concluye que hay más de un millón de personas que cuenta los días para ser intervenidas u obtener una cita de atención especializada. El tiempo de espera para cirugía se sitúa en 134 días —14 más que en España― y el 25%de los pacientes pendientes de ser operados esperan más de seis meses —cinco puntos por encima de la media nacional―, de acuerdo con el documento. En el caso de las listas de espera para una primera cita de atención especializada, la comunidad se mantiene 20 puntos por encima del conjunto del país. 881.000 andaluces están pendiente de una cita con un especialista hospitalario y el tiempo de espera es el más alto de España: 123 días.

“Estamos constatando que las consultas de continuidad de los hospitales están disminuyendo”, señala González. “El SAS ha invertido gran cantidad de millones en sanidad privada indecente para quitar listas de espera mientras tiene quirófanos cerrados por no querer contratar ni cumplir el estatuto marco pactando horas fuera de cómputo con sus trabajadores”, explica un profesional del Hospital Universitario Virgen del Mar de Cádiz, que pide mantener su anonimato.

La Junta se escuda en que la falta de médicos y opone que con el PSOE se realizaron más conciertos y más onerosos para las arcas autonómicas que los que está firmando el PP. “Un empeoramiento de las listas de espera no puede justificarse en la falta de médicos, que afecta a todo el país, y que en Andalucía no es generalizable a todas las especialidades, porque además en algunas de ellas la ratio se ha incrementado”, advierte el portavoz de Mareas Blancas. La Consejería también ha querido atemperar las críticas anunciando a mediados de octubre una oferta pública de empleo de casi 4.000 plazas, pero de la que algunos sindicatos recelan. “No se nos ha contado cómo va a ser la baremación de los méritos”, apunta Macías.

“Esta mañana han cerrado el centro de salud de La Candelaria por grietas y están derivando a los pacientes al de Amate, que ya está saturadísimo”, indica Priego. “Este es otro motivo más para salir mañana a la calle”, abunda. “El caso de este centro de salud define el estado de nuestra sanidad pública: está agrietada y en peligro de que se nos derrumbe encima”, apuntala González.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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