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La Reina impulsa la ayuda de España en Cabo Verde

El país africano, con un crecimiento del 5% y referente en derechos humanos, aún sufre para proteger a las mujeres, objetivo principal de la cooperación española al desarrollo

La reina Letizia es recibida por una mujer caboverdiana en su visita a la comunidad terapéutica Fazenda Esperança, en Trindade (isla de Santiago), este jueves.
Belén Domínguez Cebrián

Niñas abusadas y maltratadas, costureras, peixeiras (pescaderas), prostitutas, víctimas de trata... La reina Letizia cierra este jueves su viaje de cooperación a Cabo Verde (500.000 habitantes), el décimo que realiza de la mano de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid), dando visibilidad también a los hombres con una visita junto a la primera dama, Débora Katisa Carvalho, a Fazenda Esperança, una especie de Proyecto Hombre a través del que se intentan desengancharse de sus adicciones ―drogas y alcohol― y reinsertarse en una sociedad que lo que busca es avanzar.

Pese a que el país encabeza el índice de Freedom House de países africanos en cuanto al respeto de los derechos políticos y libertades civiles que lo convierte en un “referente” en materia de derechos humanos para el resto del continente, según el Ministerio de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, está aún a caballo entre la pobreza y cierto despertar económico (tiene un crecimiento del 5%) y eso se palpa nada más llegar. Entre las casitas de cemento visto y nunca terminadas de Praia, la capital del país, se pueden ver edificios de nueva construcción, calles limpias y asfaltadas, hoteles con piscina y vistas al mar en el que algunos europeos buscan tomar el sol, negocios ―ya hay asentadas unas 100 Pymes españolas― e incluso la imponente Universidad, construida a principios de este siglo con capital chino a imagen y semejanza de una gran pagoda roja.

Pero en las comunidades más alejadas como Porto Mosquito, una localidad pesquera de 800 habitantes que pone fin a una carretera que serpentea junto a la costa, parece que el tiempo se detiene; los cerdos, las cabras y las gallinas conviven con cientos de niños que en la tarde del miércoles se bañaban en la cala frente a la aldea mientras las madres y abuelas charlaban sentadas a la sombra de un par de árboles y los hombres trabajaban en sus barcas de madera, apiladas en fila sobre la rocosa playa. “Hay carencias y el Gobierno [español] está comprometido con el desarrollo del país, pero faltan muchas cosas por hacer”, remarca Patricia Ramos, coordinadora de la Aecid en Cabo Verde, que alaba la fuerza de la población por “querer salir adelante”.

La reina Letizia durante su visita al 'Programa piloto de localización de los ODS en Cabo Verde', este martes durante su visita al archipiélago africano.

La aparente tranquilidad de estas comunidades caboverdianas, sin embargo, esconde una realidad que el país, junto a la ayuda internacional que representa el 3,7% del PIB, según Iliana Olivié, investigadora del Real Instituto Elcano, se está esforzando en mejorar: embarazos tempranos, altos niveles de alcoholismo, prostitución, violencia de género, abandono escolar... Y la cooperación española en su conjunto ha invertido 15 millones de euros entre 2015 y 2023, pero que asciende a más de 100 millones en los últimos 20 años. “Es importantísimo para nosotros que los españoles conozcan cómo se está gastando el dinero; y también mostrárselo a los caboverdianos”, continúa Ramos.

La Reina, como también suele hacer en su agenda oficial en España, ha concluido este viaje insistiendo en una lacra que, en mayor o menor medida, existe en todos los países: la violencia machista. En Cabo Verde, el 11% de las mujeres ha denunciado violencia de género, aunque la realidad que no se plasma aún en datos ni estadísticas oficiales ―algo para lo que España empuja asesorando en leyes como la de Equidad y Paridad o la de Violencia de Género― deja entrever una realidad mucho más dramática en la que una de cada dos mujeres habría sufrido algún tipo de abuso o agresión.

La Reina recorre una pequeña exposición de prendas realizadas por mujeres beneficiarias del proyecto, a 25 de marzo de 2025, en Ciudad de Pedra Badejo (Santa Cruz, Cabo Verde).
REINA;QUEEN;LETIZIA;COOPERATIVA;CORTE;COSTURA;CABO;VERDE;2025
Casa de S.M. el Rey
25/03/2025
PEDRA BADEJO (CABO VERDE), 25/03/2025.- Una mujer cose a máquina en una cooperativa de corte y costura del proyecto 'Empoderamiento y autonomía económica de las mujeres' en Pedra Badejo (Cabo Verde), país donde la reina Letizia se encuentra de viaje para conocer el trabajo de la Cooperación Española. EFE/ Chema Moya

Después de haber visitado un par de casas de acogida de niñas menores de edad que han sido agredidas y violadas, en muchas ocasiones por sus propios familiares, o un taller de corte y costura, donde la cooperación española contribuye a formarlas en un oficio para que tengan autonomía económica y empiecen a cotizar a la seguridad social, la reina Letizia ha seguido conociendo otras realidades de esta mitad de la población tan machacada como la prostitución o la trata, algo poco visible, pero que existe en este archipiélago atlántico.

Milagros González, religiosa adoratriz nacida en Algeciras (Cádiz) hace 60 años y con una fuerza y alegría contagiosa, llegó al archipiélago en 2018 y se dedica a apoyar, acompañar y, en definitiva, sacar a niñas que se ven obligadas a ejercer la prostitución. Kredita Na Bo (”Cree en ti”, en criollo) es el nombre de su proyecto, uno de los que ha visitado este jueves la reina Letizia y al que la Aecid contribuye con más de 300.000 euros para luchar contra la explotación sexual y la trata. González asegura que, aunque no es perceptible, hay turismo sexual.

Turismo y Cambio Climático

“El turismo trae cosas buenas y cosas malas”, resume la religiosa. Y es que, por otro lado, es el motor principal que engrasa la economía (representa el 25% del PIB) y en el que se están poniendo todas las esperanzas de crecimiento. Por eso, y precisamente por la vulnerabilidad añadida que representa el Cambio Climático en un país difuminado en 10 islas (nueve pobladas), la cooperación española está poniendo el acento en el desarrollo sostenible a través de la economía azul.

Es decir, el uso de los recursos que ofrece el océano Atlántico enfocado a la generación de empleo para que hombres jóvenes y mujeres salgan del ostracismo y contribuyan a la economía local, con producto local. En un país donde prácticamente no hay superficie cultivable y casi nunca llueve, “no hay recurso natural más allá del mar”, insiste Ramos.

En la ciudad con tintes coloniales de Mindelo (80.000 habitantes), en la isla de San Vicente, la Reina pudo hablar con las peixeiras, el estrato más denostado y estigmatizado de la sociedad caboverdiana entre otros motivos por su oficio callejero que impregna de olor a pez todo su cuerpo. María lleva 32 años vendiendo pescado y, gracias a la Asociación de Pescaderas de Mindelo y a ONG como Paz y Desarrollo ―a través de las cuales el Gobierno español contribuye con más de un millón de euros― ahora presume con la cabeza bien alta envuelta en un turbante morado de su medio de vida. “Nuestro esfuerzo, nuestro trabajo, nuestra asociación”, coreaban con el puño en alto una veintena de peixeiras ante la visita de la Reina.

ISLA DE SAN VICENTE (CABO VERDE), 26/03/2025.- Dos pescadoras en el mercado municipal de Mindelo, Cabo Verde, donde la reina Letizia realiza una visita para conocer otros proyectos relacionados con la pesca artesanal sostenible y cómo se mejoran los derechos de las mujeres pescaderas. EFE/Chema Moya


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Sobre la firma

Belén Domínguez Cebrián
Cubre Casa Real y Defensa. Pasó 10 años en Internacional cubriendo inmigración y países nórdicos y bálticos. Estuvo en la corresponsalía de Bruselas. Licenciada en Derecho y Políticas (UAM); diplomada en Relaciones Internacionales (Universidad de Kent); Máster de periodismo (UAM/EL PAÍS); y Observadora Electoral (Escuela Diplomática).
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