El adoquín que enfrenta a los familiares de una víctima en un campo de concentración y un alcalde de Palencia
Los descendientes de Antonio García Hevia, asesinado en Mauthausen, reclaman homenajes que el alcalde regidor ocultar


Se llaman Stolpersteine (piedras en el camino en alemán) porque son adoquines ligeramente por encima del resto, dorados y específicamente elevados para que aquel que se tropiece baje la mirada y recuerde a una víctima del Holocausto nazi. Hay casi 100.000 por toda Europa, pero la familia de Antonio García Hevia, que murió en el complejo de campos de concentración de Mauthausen-Gusen (Austria), ha tropezado con la negativa del Ayuntamiento de Hontoria del Cerrato (Palencia, 150 habitantes). El alcalde (PP) se opone a instalar uno de estos bloques y, en cambio, insta a los descendientes del represaliado a colocar una placa en el cementerio, sin apenas visibilidad. Los descendientes esgrimen las leyes de Memoria Histórica y reclaman el reconocimiento: “Esto no es una revancha”.
La polémica surgió cuando un pleno municipal comandado por el regidor, Juan Antonio Abarquero, rechazó el homenaje a su exvecino en el marco del 80º aniversario de la liberación del campo de exterminio donde este murió en 1941. La mayoría del PP en la sesión marcó la decisión de Hontoria del Cerrato e indignó a los descendientes de aquella víctima, que siguen pugnando para obtener el Stolperstein y que sea perceptible en el pueblo, no oculto en el cementerio. Este martes se celebró un nuevo encuentro municipal donde Abarquero, acompañado de varios cargos de su partido en Palencia, justificó su postura mientras leía un comunicado donde condenaba “todas las formas de violencia contra la libertad y la democracia”, e impulsaba “la memoria y el reconocimiento de todas las personas que padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura franquista”, equiparando a los franquistas con los represaliados como una misma forma de violencia.
El regidor argumentó que otros municipios han puesto ornamentos memorísticos en cementerios y negó haber dilatado o bloqueado homenajes al palentino que falleció en 1941, lo cual critican la oposición y los allegados del difunto. Pablo Pastor, de Izquierda Unida, insiste en que su formación apoyó “que se hiciera el acto como pide la familia y la asociación de memoria histórica, que el adoquín hay que ponerle en una calle de tránsito para que cumpla con el objetivo de reflexión sobre los muertos de los campos de concentración nazi, en especial de vecino Antonio. No tiene ningún sentido llevarlo al cementerio como queriendo esconderlo”.
El escenario indigna a Mariano Alfambra, cuya esposa es sobrina nieta de Antonio García Hevia. El hombre, sindicalista ferroviario jubilado, insiste en la perseverancia hasta conseguir el reconocimiento que merece el ancestro de su familia política. “En el cementerio no la vamos a poner, y si nos obligan no lo pondremos y esperaremos a las próximas elecciones para volver a intentarlo”, destaca Alfambra, consciente de que la resolución en Pleno municipal, ante la mayoría del PP, dificulta que puedan maniobrar en el ámbito local. La familia va a llevar el caso al Procurador del Común de Castilla y León y, ante la negativa que temen por el mando del PP en la comunidad, lo van a elevar al Defensor del Pueblo y a la Secretaría de Estado por la Memoria Histórica y Democrática.
El agraviado lamenta el rumbo del alcalde como “la salida más deshonesta posible del PP del Ayuntamiento; no es el Pleno en sí mismo sino el PP” y lo acusa de “no haber ni escrito el manifiesto que leyó”. Alfambra reniega de que el alcalde aluda a la Guerra Civil mencionando que en el cementerio también hay una placa a una persona que fue fusilada, pues los descendientes de García Hevia creen que “esto es una revancha, andan removiendo y quieren mezclar cuando no es una reivindicación de la Guerra Civil”. Instalar el adoquín o un mensaje en el camposanto, lamentan, implicaría solo verlo “los 1 de noviembre”. Los descendientes del represaliado, aseguran, seguirán insistiendo: “Nos hacen ver que la mitad para cada uno, sí hay adoquín pero se pone donde ellos digan. No cejaremos en ello”.
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