Más de tres años concentrándose por la sanidad rural: los vecinos de 43 pueblos de Zamora piden “dignidad”
Desde la Junta de Castilla y León afirman que la media de pacientes por médico en esta zona es mucho más baja que la nacional y, aunque las competencias sanitarias sean autonómicas, exigen al Gobierno central dar una solución para las plazas de difícil cobertura

Son pocos, en las concentraciones y en la comarca, lo que no es óbice para recibir unos servicios públicos de la misma calidad que los pobladores de la ciudad. Y eso afecta especialmente a la sanidad rural. A pesar de que las carencias sanitarias parecen endémicas en muchas zonas de la España más despoblada, los vecinos y vecinas de la Comarca de Sayago, en Zamora, no se rinden.
Cada sábado desde el 3 de julio de 2021, exceptuando los días en los que el cielo no da tregua, se reúnen por la mañana en el centro de salud de Bermillo de Sayago, un municipio de 1.206 habitantes (eran 1.436 en 2000), de cuya Zona Básica de Salud (ZBS) dependen 43 pueblos. En total, alrededor de 4.392 cartillas para 13 médicos, siempre que las bajas o las jubilaciones no cubiertas no mermen la plantilla. A este respecto, desde la Junta de Castilla y León señalan que la media de pacientes por médico es de 369, “muy por debajo de la media nacional, que es de 1.351″.
Sayago por la sanidad pública
En esas concentraciones, las personas de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Sayago recuerdan que llevan más de 1.000 días esperando. Armados con carteles que exhiben mensajes como “Sayago por la sanidad pública” o “Sanidad rural digna”, leen cada vez que se reúnen un manifiesto con sus reivindicaciones. Quien se encarga de poner voz a esas quejas es Prudencia Garrote, de 76 años, que lleva toda la vida en la pedanía de Monumenta (23 habitantes), que corresponde al municipio de Luelmo (149).
En la concentración del pasado 1 de marzo ―la número 173―, Garrote dejó claro un sentimiento generalizado: “Por ser menos personas en los pueblos, no podemos tener menos derechos, no somos ciudadanos de segunda, no somos números”. La despoblación, continuó con el manifiesto, “se combate manteniendo los servicios públicos en primer lugar”. “La falta de servicios lleva a más despoblación y al desastre humano, económico y medioambiental de las comarcas”, agregó, ante la aprobación de sus vecinos, que sufren las mismas carencias que ella.
Periodicidad de las consultas y la cita previa
Tres fueron las reivindicaciones principales que expusieron en la protesta 173. La primera: “Que los médicos vuelvan a tener consulta periódica en todos los pueblos, sea cual sea el número de cartillas”. Actualmente, aclaran, “las localidades más pequeñas, que antes tenían consultas semanales, han pasado, con suerte, a tenerlas mensuales”.
Es el caso, precisamente, de Garrote: “Es que en Monumenta hemos empeorado. Antes nos venía dos veces al mes, ahora ya solo una. Vamos a tener que arrodillarnos ante el alcalde”. Y esa vez que acude el facultativo es casi “de regalo”, puesto que, como explican fuentes de la Junta, a la frecuentación de la atención presencial de los consultorios médicos locales se han aplicado los criterios establecidos en la Orden de 6 de junio de 1986, de la Consejería de Bienestar Social, que estatuye que en los núcleos de población de menos de 100 habitantes, la consulta presencial será a demanda.
Para mejorar la sanidad rural que reciben, los vecinos y vecinas dependientes del Centro de Salud de Bermillo de Sayago, también reclaman algo que parece obvio pero que ya no lo es: “que las consultas se hagan en días y en horas conocidos por todos”. Exigen que los horarios estén expuestos en la puerta de los consultorios de todos los pueblos, “tal y como siempre se hizo”. El no dar la información de esta manera, destacan, “da lugar a un descontrol y a una incertidumbre que no merecemos los pacientes”. Y el enfado se acrecienta y la sensación de abandono, más aún.
La tercera gran demanda tiene que ver con la necesidad de solicitar cita previa. Los usuarios de la sanidad rural sostienen que no es necesaria, “si se cumplen los días y horarios establecidos por cada pueblo”. Es decir, que abogan por lo que han hecho toda la vida, y toda la vida ha funcionado. Y recuerdan que el Procurador del Común de Castilla y León ya ha dado la razón a los vecinos de la plataforma de Tábara, también muy activa en la defensa de la sanidad rural.
La dificultad de que los médicos vayan al medio rural
En torno a la gran problemática con la sanidad rural, se cierne el hecho de que los médicos y las médicas, en ocasiones, no quieren ocupar estas plazas. También a estos profesionales se refiere Garrote, explicando sus motivos: “Algunos tienen que hacer una media de 50 o 60 kilómetros diarios. Reivindicamos también mejores condiciones para ellos, que puedan crecer profesionalmente, porque, si están bien, mejor nos irá también a nosotros”.
Las Cortes de Castilla y León, tal y como han informado a EL PAÍS en la Junta, “están tramitando la proposición de ley de medidas extraordinarias para impulsar la provisión estable y permanente de puestos sanitarios de difícil cobertura, en la que se contemplan incentivos económicos y no económicos”. Hay un grave problema de falta de profesionales que es común a todas las comunidades, reconocen, y, aunque las competencias sanitarias son autonómicas, tiran la pelota al tejado del Gobierno central, porque aseguran que es desde ahí donde se debe “dar una solución definitiva para abordar este problema de plazas de difícil cobertura”.
La Consejería de Sanidad de Castilla y León destaca como ejemplo de medidas con especial incidencia en la sanidad rural las relacionadas con la telemedicina, como teledermatología o teleoftalmología, o la atención a pacientes crónicos “con el apoyo del hospital dando continuidad asistencial y evitando desplazamientos innecesarios”.
Las mismas fuentes defienden que “las nuevas tecnologías están ayudando mucho a diseñar nuevas prestaciones en la cartera de servicios de los centros de salud rurales, con interconsultas no presenciales, consultas telefónicas, etcétera”. Y, en el caso concreto de Bermillo de Sayago, argumentan que su cartera de servicios cuenta con salud bucodental, preparación al parto, pediatría, rehabilitación y trabajador social. En cuanto a equipamiento, además del habitual, dispone de un ecógrafo y un retinógrafo, subrayan. El problema es que esos materiales puedan ser usados una vez al mes y los vecinos no sepan además cuándo les toca.
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