Abascal, contra la “oposición de tumbona”
El líder de Vox pide más cancha para medirse a Sánchez, mientras su grupo pierde perfil parlamentario
![El líder de Vox, Santiago Abasca, y la portavoz, Pepa Millán, durante la sesión de control al Gobierno en diciembre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IRFFULSNJVBOFHOGRD2XSBKT6A.jpg?auth=1a990a4eb9b2af7ec3c89fee46ed6cf59b7e40c6cd35fdc92274a89bde2b8822&width=414)
![Xosé Hermida](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe025824d-9859-458b-8543-f59a30f56188.png?auth=766204d1330997a091ada06595599afc403caa66d06fcbdee1e75b92e1fc62d8&width=100&height=100&smart=true)
Vox vive en una paradoja: el viento le sopla a favor en las encuestas, al tiempo que su presencia en la gran caja de resonancia de la política, el Congreso, se ha achicado notablemente. Su líder, Santiago Abascal, ha sido siempre una presencia más bien fugaz en el hemiciclo. Y la marcha de figuras como Iván Espinosa de los Monteros o la histriónica Macarena Olona, sustituidos por jóvenes más grises como Pepa Millán o José María Figaredo, ha restado protagonismo a la formación, obligada a competir con el lanzallamas retórico de Miguel Tellado y sus acompañantes del grupo popular.
Alberto Núñez Feijóo no lo citó expresamente, pero nadie tuvo dudas de que se estaba refiriendo a Abascal cuando, días atrás, el líder del PP presumió de que él no practica la “oposición de tumbona y de dedito levantado”. Los chascarrillos sobre la supuesta alergia al trabajo del jefe de Vox son una constante desde hace tiempo. En el partido lo tachan de leyenda urbana y aseguran que si se deja ver poco en el hemiciclo, es porque está en su despacho recibiendo a gente o tratando otras cuestiones. Y destacan que siempre acude con puntualidad en el momento de las votaciones. Sobre esto último las cifras lo respaldan: de las 55 jornadas de votación que ha habido en el Congreso esta legislatura, el líder de la extrema derecha solo ha faltado a dos, frente a las 30 ausencias de Feijóo y las 32 de Pedro Sánchez.
También es verdad que, desde mediados de diciembre, Abascal no ha asomado por la Cámara. En los tres últimos plenos se ha acogido al voto telemático, ya que oficialmente dispone de permiso de paternidad tras el nacimiento de su quinto hijo en julio. Eso le ha permitido ausentarse de ocho de las 25 jornadas de votación celebradas desde el verano y cumplir el trámite a distancia.
Encaramado a la ola de la cumbre ultra del pasado fin de semana en Madrid, Abascal reaparecerá este miércoles en la primera sesión de control al Gobierno del año. El habitual tono retumbante de su pregunta permite anticipar una demostración de fervor trumpista como las que ya ha prodigado estos días: “¿Hasta cuándo va a seguir dinamitando las relaciones con los socios internacionales naturales de España para ponerse al lado de dictadores o terroristas?”. Los ecos que llegan desde Washington marcarán la cita en el Congreso y, desde el lado contrario, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, preguntará al presidente cómo piensa afrontar la “ola reaccionaria”.
Abascal no ha vuelto a hablar en el pleno desde el pasado 27 de noviembre, cuando dio la réplica a la comparecencia de Sánchez sobre las consecuencias de la dana en Valencia. En el cupo que se establece en función de la representatividad de cada grupo, al líder de Vox le corresponde una pregunta al presidente cada tres sesiones de control. De tal modo que desde el comienzo de la legislatura solo le ha podido formular seis. La formación se queja de que, con 33 diputados, dispone de las mismas oportunidades que otros con mucha menor representatividad como ERC o Junts (siete cada una). Este martes presentará un escrito a la Mesa de la Cámara para pedir que se amplíe su cuota a fin de que sea “verdaderamente proporcional a su apoyo electoral y su representación parlamentaria”. Vox también argumenta que en cada pleno los dos partidos del Gobierno, PSOE y Sumar, renuncian a las nueve preguntas de que dispondrían, por lo que propone distribuirlas entre la oposición.
En su afán por desmontar esa idea de que sus diputados vivan tumbados a la bartola, como insinuaba Feijóo, el grupo de la extrema derecha ha elaborado una estadística para defender lo contrario. Sus casi 5.000 iniciativas presentadas suponen 150 por cada uno de sus parlamentarios, un promedio superior a las 118 del grupo popular. Cuál es el gran motivo de su línea opositora lo pone en evidencia otra estadística, elaborada por la web independiente Qué hacen los diputados: 651 de esas iniciativas, más del 12%, tienen por objeto la inmigración.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
![Xosé Hermida](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe025824d-9859-458b-8543-f59a30f56188.png?auth=766204d1330997a091ada06595599afc403caa66d06fcbdee1e75b92e1fc62d8&width=100&height=100&smart=true)