Muere un temporero al incendiarse su chabola en Lucena del Puerto (Huelva)
Las llamas no se han extendido al resto del poblado y las primeras pesquisas apuntan a un accidente fortuito
Un hombre ha fallecido esta madrugada al incendiarse su chabola, ubicada en el poblado de Santa Catalina, uno de los 19 núcleos de infraviviendas del municipio onubense de Lucena del Puerto (3.459 habitantes). Las llamas, según ha confirmado su alcalde, Álvaro Regidor (PP), a este diario, se han circunscrito a esa construcción y no se han extendido al resto del asentamiento chabolista. Las primeras investigaciones apuntan a que el fuego podría haber tenido un origen accidental, según indica la Guardia Civil, aunque no se descartan otras posibles causas.
El fallecido tenía 40 años y era natural de Ghana, según ha explicado a EL PAÍS, Emma González, miembro de Huelva Acoge. “La vulnerabilidad en la que viven estas personas hace que pueda ocurrir cualquier cosa”, recalca. Santa Catalina es uno de los poblados chabolistas más extenso de Lucena. Una persona llamó al 112 sobre las 3.15 horas del viernes para informar de que había una chabola ardiendo y que dentro podría haber una persona, de acuerdo con el relato ofrecido por la Agencia Andaluza de Emergencias (EMA). Se dio avisó a los bomberos, Guardia Civil, Policía Local, Cruz Roja y al Centro de Emergencias Sanitarias, precisa la agencia. La subdelegada del Gobierno en Huelva, Mª José Rico, ha explicado que el origen del incendio podía deberse a una hoguera que el temporero encendió para calentarse durante la noche.
El fuego, una de las principales amenazas para los temporeros que viven en estos asentamientos construidos con palés de madera, cartón y plástico, no se ha cebado en vez con el resto de sus habitantes, como sí pasó el pasado mes de julio donde las llamas devoraron una treintena de chabolas en las que vivían unas 60 personas. En esta ocasión, ni siquiera había tantos temporeros alojados en el poblado. La campaña de la fresa apenas ha arrancado y la mayoría, explica González, se encuentran ahora en Jaén recogiendo aceituna. En estos momentos, en Santa Catalina viven unas 20 o 25 personas, indica la técnica. En plena campaña, precisa el regidor, en todos los asentamientos de Lucena pueden concentrarse entre 1.000 y 2.000 personas.
El chabolismo es un problema enquistado en Lucena y en el resto de las otras localidades donde se concentran la mayoría de estas villas miseria en la provincia de Huelva: Lepe, Palos de la Frontera y Moguer. En los últimos años, el Gobierno y la Junta de Andalucía han firmado convenios para poner fin a esta forma de vida indigna, cuyos logros avanzan muy lentamente. La pasada campaña se abrió, por fin, un albergue para temporeros en Lepe y en Lucena está prácticamente terminada su primera fase que apenas cuenta con alojamientos para 36 personas y que, como reconoce su alcalde, “no es la solución”. “Estamos pendientes de la segunda fase, que permitiría una ampliación de 100 plazas más, que supondría un alivio”, añade.
“Es importante que cuanto antes se habiliten más recursos habitacionales para albergar a los temporeros que van a llegar conforme avance la campaña de la fresa”, señala Paco Villa, miembro de Accem Huelva. Villa defiende que la responsabilidad de ofrecer albergues y otro tipo de vivienda no recaiga exclusivamente en esos municipios donde ya se han asentado los poblados chabolistas, sino que el resto de localidades a donde esos trabajadores se desplazan a trabajar también se impliquen en la búsqueda de soluciones. “Esto es un problema de toda la provincia”, sostiene.
Esta vez ha sido el fuego, pero las fuertes lluvias que han caído a lo largo del principio de la semana sobre el territorio también obligaron a evacuar a ocho personas que residen en uno de los poblados de Lucena del Puerto hasta un albergue provisional. Otro ejemplo de la fragilidad en la que constantemente viven estos trabajadores.
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