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Mañueco, un presidente acostumbrado a prorrogar los presupuestos

El presidente de Castilla y León, sin mayoría, carece de números para aprobar las cuentas tras la salida de Vox en julio, con quien mantiene mala relación

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, durante el mensaje institucional de Año Nuevo, ofrecido desde la Catedral de León.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, durante el mensaje institucional de Año Nuevo, ofrecido desde la Catedral de León.Junta de Castilla y León (Junta de Castilla y León/EFE)
Juan Navarro

La Junta de Castilla y León prorroga los Presupuestos de 2024 para aplicarse en 2025. La historia no se repite pero rima: se trata de la quinta vez que se estiran las cuentas en los seis años de Alfonso Fernández Mañueco (PP) al mando de la Junta. Los tiempos parlamentarios; el adelanto electoral autonómico de 2022, urdido a espaldas de Ciudadanos; o la salida de Vox en julio pasado de la primera coalición autonómica con los ultras. se han ido sucediendo como causas concatenadas de este desajuste. El PP presentó en octubre un “anteproyecto de Ley de Presupuestos” expansivo y pregonado por Mañueco, pero con asterisco: no hay números parlamentarios para aprobarlo. Tampoco cuajaron las tímidas negociaciones. La oposición critica el “trampantojo”, “farsa” y electoralismo de un “ardid” orquestado por el barón popular para culpar al resto de la parálisis y vender su proactividad ante eventuales elecciones.

El fiasco actual constituye la quinta prórroga. La primera fue en 2019, al llegar a la Junta en coalición con Ciudadanos y extender las cuentas de 2018. En 2020, con la pandemia, se aplicaron nuevamente los de 2018. Los de 2021 se aprobaron, con Cs en el Ejecutivo. Los de 2022 no avanzaron por la argucia de Mañueco de adelantar las elecciones. Ya con Vox se consiguió aprobar los de 2023, que se prorrogaron para 2024. Y el pasado mayo se validó el último proyecto, poco antes de la ruptura con los ultras, que condenó a 2025 a seguir con las actuales, la quinta vez. Los últimos meses han evidenciado el estancamiento de la política castellana y leonesa. Vox se distanció en verano de Mañueco, quedando el presidente de la Junta con 31 de 81 procuradores en las Cortes. Minoría traducida en algún varapalo parlamentario y en alianzas rivales, también en materia presupuestaria. El techo de gasto sí salió adelante en noviembre con la abstención del PSOE y el voto en contra de Vox.

El portavoz de la Junta y titular de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, ha ejecutado toda clase de malabarismos verbales para insistir en el propósito de su partido por aprobar los Presupuestos mientras señalaba al arco parlamentario autonómico y nacional. Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , lo acusaba de “política de brazos caídos” semanas antes de admitir que tampoco su territorio tendrá cuentas públicas. Eso sí, menos común resulta el hecho de la quinta prórroga en seis años. Carriedo expuso una “pinza” entre los antagónicos PSOE y Vox para dañar a Mañueco y aseguró haber dialogado con todos los partidos en busca de acuerdos, si bien estos denuncian que esos movimientos apenas mostraron interés real. Tal inacción, acusan, se fundamenta en que el PP ni siquiera llevó a las Cortes ese anteproyecto. En el entorno del barón popular denuncian que, en el caso de Vox, la predisposición a sentarse a la mesa para negociar ha sido nimia. Mañueco ha terminado el año con una carta-balance reivindicando su política de “diálogo y mano tendida”, instando a la “estabilidad” de Castilla y León mediante un “entendimiento” con los grupos tras ofrecerles “insistentemente” vías de acuerdo que los demás agentes no ven con igual consideración.

Reprimendas de la oposición

El líder socialista, Luis Tudanca, incidió en lo que suponen las contradicciones de la Junta, durante el pleno donde maniobró para comprometer al PP con el techo de gasto: “Apoyar los Presupuestos de Castilla y León, sí, porque es bueno para la comunidad. Apoyar los Presupuestos en España, no, porque es bueno para Pedro Sánchez. Igual hay que trabajar un poco más los razonamientos”. La secretaria de Organización del PSOE, Ana Sánchez, reaccionó así a la confirmación de la prórroga: “Tienen la cara de cemento armado”. El PP se ha negado a incorporar las peticiones socialistas alegando que estas ya aparecían en su anteproyecto.

Más reprimendas han llegado por parte de su exsocio, Juan García-Gallardo (Vox). El exvicepresidente de la Junta lleva semanas castigando el “electoralismo” de Mañueco y acusándolo de trazar unos Presupuestos cercanos al PSOE. “Lo que ha seguido es un intento fallido de construir un relato. Anunciaron los Presupuestos a bombo y platillo en la Junta, hicieron presentaciones en todas las sedes provinciales del PP… Ha sido sonrojante”, censura Gallardo. “Nos convocaron a reuniones sin orden del día, de 30 minutos, donde el PP quiso hablar de temas políticamente agotados, una tomadura de pelo”, señala García-Gallardo, sobre la “estafa política” y “bochorno” del PP.

Otro crítico con Mañueco, el también exvicepresidente Francisco Igea (ex de Ciudadanos), aprecia un “escenario ideal que le permite mantener su red clientelar sin cambios, ni nuevas exigencias”, pues “es feliz en la inacción, profundamente vago e incompetente para el acuerdo”. Ángel Ceña, de Soria ¡Ya!, tilda de “paripé” las escenas de la Junta, que no ha querido negociar “ni se ha movido un milímetro”: “Si estás en minoría, has de negociar”. Luis Mariano Santos, de la Unión del Pueblo Leonés, recalca que el bipartidismo cayó y ahora toca hablar con más formaciones: “Por muchas rondas prometiendo proyectos faraónicos que solo le compran los medios que viven de la publicidad institucional, seguiremos con cuentas prorrogadas que no resuelven problemas”. Pedro Pascual, de Por Ávila, apeló sin éxito a “buscar acuerdos desde el trabajo y el diálogo”. Y Pablo Fernández, de Podemos, recalca sobre Mañueco “su absoluta incapacidad para articular acuerdos y llegar a consensos con los otros grupos”: “Es un político que no sabe hacer política”.

De fondo, el calendario electoral, con febrero de 2026 como fecha oficial de los comicios.. Salvo giro sorpresivo del dirigente popular.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
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