_
_
_
_

Las coaliciones de Unidas Podemos sobreviven un año después de la ruptura en la izquierda

Los acuerdos se mantienen en siete comunidades y en los principales ayuntamientos donde obtuvieron representación en las últimas elecciones

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, durante un pleno en el Congreso de los Diputados del pasado 19 de diciembre.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, durante un pleno en el Congreso de los Diputados del pasado 19 de diciembre.Fernando Sánchez (Europa Press)
Paula Chouza

El 16 de agosto de 2023, un día antes de la constitución de las Cortes, Yolanda Díaz reunía por primera vez a los diputados de Sumar en el Congreso. Aquel día estaba previsto que todo el grupo se hiciera la foto de familia para inaugurar la legislatura en las escaleras de entrada al palacio, junto a los Leones, pero faltó a la cita la líder de Podemos, Ione Belarra, y la instantánea nunca se pudo tomar. La anécdota la contaba meses después de la ruptura un parlamentario, que añadía que aquella primera ausencia no presagiaba ya nada bueno. Con la salida de Podemos al Grupo Mixto fueron muchos los que vaticinaron una reacción en cadena en los territorios. Un año después, sin embargo, la unidad resiste en las 24 capitales de provincia y las siete comunidades en las que la candidatura conjunta de Podemos e IU obtuvo representación en los últimos comicios.

¿Sentido de la responsabilidad? ¿Simple supervivencia? “Probablemente una mezcla de ambas. Cuando una coalición nace solo por necesidad, está condenada al fracaso. Hay que hacer política cuatro años”, opina la politóloga andaluza Ana Salazar, quien ha visto cómo en su comunidad los partidos del grupo Por Andalucía se han podido entender cada vez mejor. Aquel pacto electoral entre las izquierdas alumbrado en el último minuto empezó muy mal, los primeros meses de legislatura fueron difíciles, pero hoy se habla ya de una reedición del acuerdo para 2026. La confluencia cuenta con cinco diputados (tres de la formación de Ione Belarra, una de IU y otra de Más País). “El proyecto ha madurado y el grupo ha llegado a un punto de equilibrio y entendimiento, trabajando por la misma causa. Desde la oposición, han logrado abanderar temas como la sanidad o el apoyo al Consejo de RTVA”, considera Salazar.

Tras una campaña en primarias sin críticas a Sumar, la reciente designación de Raquel Martínez como coordinadora autonómica de Podemos podría favorecer la unidad, coinciden varias voces. Aunque el partido evita pronunciarse sobre una cita para la que queda año y medio, una eternidad en política, el trabajo está en marcha. Dentro de IU, el PCA hizo pública en octubre su propuesta para volver a presentarse juntos. Sería un cambio de tendencia después de lo sucedido este año en Galicia, Euskadi, Cataluña —donde Podemos ni estuvo— o Europa. “No se trata de hacer solo una candidatura, sino de lanzar un proceso de confluencia y movilización. Hay gente desencantada con lo que sucedió que ha agradecido la iniciativa”, explica el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Toni Valero. En su opinión, son tres los elementos clave para que el pacto fructifique. “Que se establezcan métodos democráticos consensuados para elaborar las candidaturas, que no haya vetos y que sea un proceso en el que se mantenga el máximo decoro, evitando generar un ruido que haga que la gente se quede en casa”, reflexiona Valero, quien ve en la desmovilización de la izquierda el gran problema y subraya que desde que Javier Arenas era el candidato del PP a la presidencia de la Junta (la última vez en 2012) el número de votantes de la derecha ha sido prácticamente el mismo.

Las autonómicas de mayo de 2023 comportaron un profundo retroceso en el espacio, saliendo de cinco de los seis gobiernos que compartían. Para esos comicios hubo acuerdo entre Podemos e IU en 10 de las 12 comunidades en juego, y tan solo en cinco de esos territorios con pacto lograron mantenerse dentro de los parlamentos. Todas ellas resisten unidas. Son Navarra, La Rioja, Baleares, Murcia y Extremadura. A estas hay que sumar Castilla y León, que fue a elecciones en febrero de 2022 y, previsiblemente, será la próxima en abrir las urnas. Asturias y Aragón representaron hace año y medio las excepciones. Ahí concurrieron por separado y en el primer caso entró IU (coaligada a otras fuerzas y con presencia en Gobierno) y en el segundo, ambos con un diputado cada uno.

En varias comunidades, los diputados son de un único partido y el compromiso se limita ya a lo económico. En Murcia y Baleares, donde se obtuvo un solo escaño, el representante de Podemos debe dejar paso al de IU a medio mandato, es decir, en julio del próximo año. Será la prueba de fuego definitiva para medir el grado de cumplimiento de los acuerdos. “El ruido de Madrid no ayuda, y la competencia electoral tampoco”, señala un dirigente de los partidos de la coalición en Baleares. “La relación aquí es correcta, pero eso es solo un punto de partida y quedan aún casi tres años”, advierte. En el conjunto de España, hasta ahora, las desavenencias se han limitado a cuestiones económicas, por ejemplo, en Euskadi y La Rioja. En general, las direcciones territoriales consultadas no reportan problemas.

Todas las fuentes citan a Extremadura como ejemplo del buen desempeño. “Llevamos cinco años trabajando sin problemas, pero nunca nos ponen en el mapa”, lamenta Irene de Miguel, portavoz de Unidas por Extremadura, que el 28-M logró revalidar los cuatro diputados obtenidos ya en 2019. “Creo que el éxito radica en que no funcionamos como coalición electoral, con cupos, sino como confluencia. Actuamos como un grupo solidario y cohesionado y hasta los trabajadores los compartimos entre todos, sin importar de qué partido sean, además de tomar las decisiones por consenso”, explica. “Tenemos una mesa política que se reúne de manera periódica para abordar las líneas estratégicas y los conflictos, conformada tanto por gente del grupo parlamentario como por cargos de los partidos. Además, aunque la confluencia empezó de arriba abajo, hemos trabajado para construir por la base y ya tenemos asambleas municipales en las que no solo están Podemos e IU, sino también otros colectivos de izquierdas”, expone.

Para ella, el camino es, sin duda, el de la unidad, y así lo planteó a sus compañeros antes de presentarse a la reelección como coordinadora autonómica de Podemos, puesto en el que acaba de ser revalidada este diciembre con el 95% de apoyos. “En Extremadura tenemos muy claro que separados no vamos a ningún sitio y que hay que ir a más, no a menos. Se ha actuado con respeto a cada organización, sabiendo que nos unen más cosas de las que nos separan (...) hasta la gente más reacia comprende que el futuro pasa por entenderse”, afirma. De Miguel, partidaria de los acuerdos, discrepó sobre la estrategia de la cúpula con Sumar antes de las generales, pero sostiene que desde la dirección estatal le han dejado tomar siempre todas las decisiones con autonomía.

Crisis de representación en ayuntamientos

La debacle del 28-M ahondó la crisis de representación de UP en los consistorios. La lista conjunta no logró entrar en los ayuntamientos de Madrid y Valencia y los comunes perdieron la alcaldía de Barcelona, el último gran bastión del espacio. La recesión fue tal que “a efectos de contabilidad de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) Podemos no tiene ni una sola alcaldía”, recuerda un alto cargo de la coalición Sumar.

La organización de Belarra e IU fueron juntas en 39 de las 52 capitales de provincia españolas y únicamente en 24 de ellas lograron concejales. En la madrileña Alcorcón (donde cogobierna con el PSOE la candidatura Ganar Alcorcón), Ferrol y Santiago aún existen. Izquierda Unida firmó más de 1.000 alianzas en ese proceso electoral, y aunque también sufrió el duro golpe, retuvo ayuntamientos como Rivas o Mieres.

En el ámbito municipal, la pelea del Congreso queda lejos, pero con un Sumar carente todavía de estructura territorial y Podemos fuera de juego, la cita de 2027 representa un desafío enorme. Con este panorama, Compromís, Más Madrid, Chunta y otras organizaciones de carácter autonómico jugarán un papel esencial en la reconfiguración del espacio, clave para sostener gobiernos con los socialistas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Paula Chouza
Periodista de Política en EL PAÍS. Participó en el lanzamiento de EL PAÍS América en México. Trabajó en el Ayuntamiento de A Coruña y fue becaria del Congreso de los Diputados, CRTVG o Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Marketing Político y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_