El exdirector de la Guardia Civil niega conocer a Koldo García y afea que el instituto armado incluyera su nombre en un informe
Leonardo Marcos sostiene que jamás coincidió con el exasesor de Ábalos y que no le filtró que estaba siendo investigado, en contra de lo que este apuntaba en una grabación telefónica incorporada al sumario
“No, nunca, jamás”. El que fuera director general de la Guardia Civil hasta el pasado 17 de septiembre, Leonardo Marcos, ha negado reiteradamente que conociera o se reuniera en algún momento con Koldo García, exayudante y persona de confianza del exministro socialista José Luis Ábalos y uno de los principales implicados en la supuesta trama de corrupción que penetró en varias administraciones públicas antes, durante y después de la pandemia de 2020. Marcos, que ha comparecido este lunes en la comisión de investigación del caso Koldo, ha negado también conocer al comandante Rubén Villalba, mando del instituto armado que presuntamente dotó de teléfonos encriptados a otro de los personajes claves del caso, el empresario Víctor de Aldama, y supuestamente recibió de la red pagos mensuales de 2.000 euros.
Leonardo Marcos ―que declaraba por videoconferencia desde Washington, donde fue destinado a la embajada española tras su cese al frente del instituto armado― también ha negado “total, absoluta y radicalmente” que él hubiera alertado a Koldo García de que estaba siendo investigado. Lo ha hecho después de que varios senadores le preguntaran expresamente por el contenido del último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en el que se recogía una conversación telefónica entre Koldo García y el comandante Villalba. En esta, el primero aseguraba que le estaban investigando y que lo sabía porque se lo había dicho el ahora exdirector general. El informe aclaraba a continuación en que “no hay indicios que corroboren” la veracidad del contenido de esa conversación y destacaba “la ligereza” con la que el exasesor de Ábalos hablaba de “sus relaciones con personas relevantes ante terceros, presumiblemente para darse cierta importancia”.
“No le conozco, no le he visto en mi vida, no he estado reunido con él, nunca nos hemos enviado un [mensaje de] WhatsApp ni escrito un correo electrónico, nunca he hablado con él. Nunca. No le conozco. No sé si le ha quedado claro”, ha sostenido Marcos en respuesta al senador de Vox Pelayo Gordillo, negando tajantemente que él fuera el autor de ese supuesto chivatazo. A continuación, ha añadido: “Nunca podría haberle dado ninguna información y menos una información que yo no conocía”. Marcos ha achacado las denuncias que por este hecho han puesto contra él dos asociaciones de guardias civiles, Jucil y AUGC, a una “venganza” por los expedientes disciplinarios que durante su etapa al frente del instituto armado abrió a varios de los dirigentes de estas organizaciones.
En sus respuestas para negar su vinculación, el ex alto cargo de Interior no solo ha puesto en duda la credibilidad de los interlocutores de aquella conversación y, en concreto, de Koldo ―”los investigadores han aclarado la tendencia de ciertos implicados a alardear de relaciones que no tienen”, ha señalado―, sino que incluso ha afeado implícitamente que los agentes de la UCO incluyeran su nombre en el informe. “La pregunta a lo mejor no es por qué este señor [en referencia al exasesor de Ábalos] plantea mi nombre, la pregunta es por qué con todos esos indicios tan débiles acaba mi nombre en ese informe”, ha planteado.
No ha sido la única vez que se ha desmarcado de la actuación de sus subordinados, en contraste con lo que el pasado jueves había hecho su superior, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien en su comparecencia también en esta comisión de investigación del Senado puso “la mano en el fuego por todos los funcionarios” de su departamento. Marcos ha evitado respaldar a quien fue su mano derecha en la dirección general, el general Manuel Llamas, director adjunto operativo (DAO) del instituto armado, y del que ha transcendido un supuesto mensaje dirigido a otro alto mando pidiéndole información sobre la investigación. “Desconozco estos hechos y en consecuencia no puedo pronunciarme sobre ellos”, se ha limitado a responder.
El ex director general de la Guardia Civil ha insistido en que nunca estuvo informado de la investigación del caso Koldo ni de ninguna otra ―”entre las funciones de director no está el seguimiento puntual y detallado de las muchas investigaciones de la Policía Judicial de la Guardia Civil”― y que no leyó ningún informe del caso ―”no es mi costumbre leer informes que no van dirigidos a mí”―. También ha negado que su actual destino en la embajada de España en Washington como agregado de información sea un premio por su labor al frente del instituto armado durante el escándalo. “Ningún premio, ningún silencio, nada que comprar, nada que ocultar”, ha remarcado en un tono irritado que se ha repetido en otros momentos de su comparecencia.
Marcos también ha hecho hincapié en que no conocía al comandante Villalba ―”¿usted pretende que yo conozca a todos los agentes de la Guardia Civil?” le ha respondido en tono enfadado a la senadora del PP Ana Beltrán cuando ella lo ha puesto en duda― y ha dicho que la primera noticia que tuvo de él fue cuando le informaron sobre su presunta implicación en la causa, lo que provocó que acordará su suspensión de funciones y, posteriormente, promoviera su cese. “Es la única relación que he tenido con este señor”, ha añadido. Los momentos más tensos se han vivido cuando la senadora Beltrán le ha acusado en varias ocasiones de mentir. “He contestado siempre con la verdad”, ha recalcado Marcos cuando el presidente de la comisión le ha ofrecido una última intervención.
El silencio del comandante
La sesión de la comisión ha continuado por la tarde con la comparecencia, precisamente, el comandante Villalba, al que un reciente informe de la UCO enviado al juez atribuía haber teijdo una relación “directa, personal y permanente” con Aldama. Entre las labores que el comandante bajo sospecha realizó presuntamente para la trama se encontraba, por ejemplo, proveerlos supuestamente de “líneas de comunicaciones seguras”, en referencia a teléfonos móviles encriptados, y que por ello cobraba una cantidad mensual. Sin embargo, el comandante Villalba se ha amparado en su condición de imputado en la causa para no responder este lunes a los senadores. “Actualmente me encuentro inmerso en una investigación judicial, por lo tanto, en su día no declaré ante su señoría [el juez Ismael Moreno] de la Audiencia Nacional, y por tal motivo tampoco la haré en esta sala. Me acojo a mi derecho a no declarar. No contestaré a ninguna pregunta”, han sido sus únicas palabras.
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